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Google retrasa dos años la eliminación de las cookies de seguimiento

La compañía cede ante la presión de anunciantes y reguladores. Dice que quiere hacerlo en unos plazos que no pongan en riesgos los modelos comerciales ni faciliten el reemplazo de las cookies por otras formas de rastreo individual

Google reconoció este jueves que necesita más tiempo para eliminar las cookies de terceros de su navegador Chrome, que inicialmente había estimado para el año que viene, pero que ahora pospone hasta finales de 2023. La decisión de retrasarlo llega después de que la medida anunciada por el gigante de la publicidad digital generara serias preocupaciones entre los anunciantes, sus competidores y los reguladores de competencia, tanto en EE UU como en Europa.

Con su iniciativa Privacy Sandbox, Google explica que trabaja en tecnologías que protejan la privacidad de los usuarios al mismo tiempo que las empresas y los desarrolladores tienen a su disposición herramientas que les permiten mantener sus negocios digitales.

Aunque la compañía siempre ha defendido que su intención es proteger la privacidad de los usuarios, muchos rivales han acusado a la multinacional de utilizar la medida para ganar cuota de mercado en el negocio publicitario. Así, y tras una investigación, la Autoridad de mercados y Competencia del Reino Unido (CMA) acordó este mes supervisar los cambios previstos en Chrome.

También este martes se conoció que Bruselas abría una investigación a la compañía para determinar si comete práticas monopolítisticas en el mercado publicitario, y apuntó que una de las prácticas que no le gustan son las restricciones que impone Google a competidores en el acceso a datos con interés publicitario sobre la identidad o el comportamiento de los internautas que sí están disponibles para Google.

Google ha justificado ahora su decisión de retrasar la medida anunciada asegurando que aún no está claro cómo hará la industria para poder seguir recopilando datos de los usuarios cuando ella elimine las cookies de su navegador, el más usado del mundo (su cuota de mercado es del 70%).

“Pese a los considerables avances hechos, resulta evidente que todo el ecosistema necesita más tiempo para llevar a cabo este proceso como es debido”, ha dicho Vinay Goel, director de Ingeniería de Privacidad de la compañía en un comunicado. En este añade que necesitan "avanzar a un ritmo responsable, concediendo el tiempo suficiente para que se debata públicamente las soluciones adecuadas y para que los editores y el sector publicitario puedan migrar sus servicios”.

La finalidad de su iniciativa, han insistido, es retirar las cookies de terceros del navegador Chrome, y hacerlo en unos plazos que no pongan en riesgos los modelos comerciales ni faciliten el reemplazo de las cookies por otras formas de rastreo individual. Y ello trabajando con la comunidad web, para que pueda debatir y adoptar las medidas propuestas.

La nueva previsión de Google establece dos fases. La primera, que se iniciará a partir de finales de 2022, tendrá una duración estimada de nueve meses y en ella la compañía realizará un “seguimiento exhaustivo de la adopción de la tecnología y los comentarios recibidos”. En la segunda fase, a partir de mediados de 2023, Chrome comenzará a eliminar gradualmente las cookies de terceros durante un periodo de tres meses, hasta su total eliminación finales de 2023.

La decisión tomada por Google ha recibido algunas duras críticas como la del profesor del IE Business School, Enrique Dans, quien en su blog acusa a la compañía de "desprecio al usuario". Según este experto, Google con su decisión de posponer el bloqueo de las cookes de terceras partes con el fin de permitir que la industria de la publicidad segmentada pueda adaptarse al cambio, "deja claras sus prioridades y quienes son sus verdaderos clientes ante los que responde, y quiénes somos simple materia prima con la que comercia".

En esta línea, añade que la posición en la que Google está en este momento es únicamente responsabilidad suya: "Si retira las cookies de tercera parte, daña los intereses de otras compañías de publicidad digital, incrementa su dominio de ese mercado, y se hace mucho más vulnerable a denuncias e investigadores de las autoridades antimonopolio de todo el mundo. Y si no las retira, se convierte en el malo que no protege los intereses de sus usuarios y que se niega a respetar su privacidad". Dans critica que, ante esta tesitura, Google haya decidido optar por "seguir atacando los intereses de los usuarios, la parte más débil, y confiar en que eso no generará ningún tipo de reacción salvo entre los más militantes, una minoría escasamente representativa".

Según indica Google, hasta el momento se han presentado más de 30 propuestas distintas para afrontar el mundo postcookies. Muchas voces aseguran que el problema no es eliminar las cookies sino por lo que las sustituirá, FloC, un sistema que agrupa usuarios con los mismos intereses de modo que los navegadores puedan habilitar publicidad online basada en intereses colectivos y no individuales, pero hay voces que cuestionan la solución, pues creen que no impedirá rastrear a una persona.

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