CaixaBank mejora condiciones del ERE y ofrece prejubilaciones a los 54 años
Los sindicatos aseguran que la nueva propuesta sigue aún lejos de sus objetivos y convocan huelga para el día 22
Parece que el acuerdo entre sindicatos y CaixaBank sobre el expediente de regulación de empleo (ERE) que intentan alcanzar ambas partes se quedará para el último día, el 29 de junio, pese a que BBVA ya llegó a un acuerdo con sus empleados también para poner en marcha su ERE. CaixaBank mantuvo ayer una nueva reunión con los sindicatos en la que ha planteado un aumento de las indemnizaciones que recibirían los empleados que salgan de la empresa.
Esta última propuesta incrementa las compensaciones previstas para todos los colectivos y contempla un nuevo esquema de indemnizaciones para los empleados de entre 56 y 63 años, que podrán elegir entre una mayor base salarial o una mayor aportación al plan de pensiones, según han explicado fuentes de la entidad a este periódico. La dirección de CaixaBank, además, accede a prejubilar a sus empleados desde los 54 años.
Pese a esta nueva oferta, los sindicatos siguen considerando la propuesta insuficiente por las condiciones de trabajo, las indemnizaciones y el nuevo modelo comercial que propone el banco, aseguran fuentes sindicales. Los sindicatos, de hecho, han convocado huelga en CaixaBank para el 22 de junio.
CaixaBank mantiene por ahora en 7.400 el número de extinciones de contrato previstas en el ERE y en 686 las recolocaciones de trabajadores en empresas filiales, como también el límite máximo de empleados mayores de 52 años que pueden adscribirse al plan de extinciones de contrato, que sigue fijado en el 60%.
En el caso de los trabajadores de 56 a 63 años que se acojan al ERE, la empresa eleva el porcentaje de la indemnización al 56% y les ofrece la posibilidad de elegir entre dos opciones de indemnización.
Así, podrán escoger entre cobrar una renta mensual correspondiente al 56% del salario fijo, manteniendo el 60% de las aportaciones de ahorro al plan de pensiones, o bien percibir una renta del 56% del salario, incluyendo tanto remuneración fija como variable del año 2021, con tope de 10.000 euros, y sin aportaciones de ahorro de la entidad al plan de pensiones. Los sindicatos reclaman una retribución del 61% para los empleados del tramo de más edad que quieran apuntarse al ERE, sin descuento por desempleo y con aportación al plan de pensiones.
En cualquiera de las dos opciones, señalan desde CaixaBank, se abonaría también el convenio con la Seguridad Social hasta que el empleado cumpliera los 63 años.
Por su parte, los trabajadores de 54 y 55 años recibirían, hasta cumplir 61 o 62 años, una renta mensual correspondiente al 54% de su salario fijo, así como el 60% de las aportaciones de ahorro al plan de pensiones. También se mantendría el pago del convenio especial con la Seguridad Social hasta los 63 años. Este sistema es como una prejubilación, como ofrecen en BBVA a partir de los 50 años y en Santander desde los 53 años de edad.
CaixaBank, por otro lado, eleva la indemnización de los trabajadores de 52 y 53 años a un pago único del 52% del salario fijo multiplicado por 6, y para los menores de 52 años prevé primas por antigüedad de entre 1.000 y 5.000 euros, en función de si llevan más de diez años en la entidad. Para los menores de 52 años, la compensación se mantiene en los 35 días por año de la oferta anterior, con un tope de 24 mensualidades.
Otras claves
Previsión de acuerdo. Los sindicatos confían en llegar a un acuerdo con CaixaBank al límite del cierre del proceso de negociaciones, que se produce el próximo 29 de junio. Inicialmente este periodo vencía a principios de mes, pero ambas partes acordaron prorrogarlo. El consejero delegado, Gonzalo Gortázar, ya ha comentado en más de una ocasión que el banco espera alcanzar un acuerdo con los sindicatos. Pero de momento los sindicatos tienen previsto volver a convocar movilizaciones.
Coste elevado. Los sindicatos habían propuesto a CaixaBank prejubilaciones a partir de los 49 años de edad, algo que la entidad considera inasumible por su alto coste, unos 4.000 millones de euros sumaban las peticiones de los representantes de los empleados.