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Bruselas propone formalmente mantener suspendidos los objetivos de déficit en 2022

La Comisión presenta su paquete de recomendaciones del semestre instando al Consejo Europeo a mantener las reglas fiscales en el limbo un año más

Juande Portillo

La Comisión Europea ha dado finalmente este miércoles un paso en firme para tratar de dar aire adicional a las maltrechas economías europeas de cara a la recuperación de la crisis del Covid-19 apostando por mantener suspendidas las reglas fiscales también durante el ejercicio 2022, tras liberar a los Estados miembros de los objetivos de reducción de déficit y deuda pública en 2020 y 2021.

Durante la presentación de su paquete económico de primavera, Bruselas ha presentado formalmente una propuesta que ya venía abogando por abrazar en los últimos meses y que serán los países comunitarios, en el Consejo Europeo, quienes terminen de decidir si aceptan.

El plan ha sido presentado en rueda de prensa por el vicepresidente ejecutivo para Una Economía al Servicio de las Personas, Valdis Dombrovskis; el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, y el comisario de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit.

“La UE en su conjunto está previsto que llegue a los niveles económicos preciris este año pero con diferencias entre países. Esperamos que todos regresen a niveles previos a la crisis a finales del año que viene”, ha anticipado Dombrovskis.

“La cláusula de escape general [que permitió suspender las reglas fiscales] seguirá aplicándose en 2022 pero no será así en 2023. En segundo lugar volvemos a confirmar que los Estados miembros deberían evitar retirar de forma prematura” los estímulos fiscales, ha dicho, confiando en que la recuperación económica permita ir conteniendo los déficits y la deuda pública.

“A medio plazo es importante tener un enfoque creíble”, ha defendido, abriendo la puerta a modular las reglas fiscales previas a la crisis. “No sabemos cuáles son los efectos permanentes de la crisis ni el impacto concreto del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Por eso nuestros criterios siguen siendo cualitativos y no hemos iniciado procedimientos de déficit excesivo”, ha añadido, recordando que sigue abierto uno sobre Rumanía.

En todo caso, a medio plazo, cuando la recuperación económica lo permita, los países deberían tomar medidas para reconducir sus cuentas públicas, ha advertido Dombrovskis.

El representante de la Comisión Europea ha subrayado que las economías europeas afrontan conjuntamente el reto de dejar atrás la crisis del Covid y superar sus desequilibrios previos. En este sentido, ha destacado que Chipre, Grecia e Italia siguen presentando graves ineficiencias mientras que un grupo de nueve países que incluye a Francia, Irlanda o España, presentan algunas deficiencias a corregir.

Medidas fiscales

Gentiloni, por su parte, ha destacado que el crecimiento de la economía europea se espera que supere el 4% en los dos próximos años. “No hemos salido aun del todo de la crisis pero estamos saliendo”, ha dicho, destacando la respuesta comunitaria a la crisis.

“Vamos a continuar con la cláusula de escape en 2022” , ha remachado. “Una vez disminuyan los riesgos sanitarios, las medidas presupuestarias de manera gradual irán tomando un carácter más focalizado para ayudar a trabajadores y empresas para abordar el mundo posCovid”, ha dicho, apuntando a que desde 2022 los países deberán tomar medidas específicas para acabar con las desigualdades territoriales, tendiendo a contener el gasto corriente y a elevar la inversión en investigación e infraestructuras.

“Después del 2022, los Estados tendrán que garantizar la sostenibilidad fiscal a largo plazo. En cuanto a las finanzas públicas, se deben priorizar las inversiones que fomenten el crecimiento, en particular las digitales y verdes”, ha expuesto, reclamando “reformas para que la fiscalidad vaya más a impuestos medioambientales y no al empleo y luchar contra la competencia fiscal tan perjudicial”.

“A medida que salgamos de la crisis vamos a tener que hacer frente a una deuda mayor. Los niveles de déficit deberán reducirse de los niveles extraordinarios de 2020 pero de manera que no volvamos a caer en los errores de sacrificar la inversión pública y el gasto productivo”, ha añadido.

España está incluida entre los países a los que se pide prudencia en el gasto, evitando incrementar la partida estructural y apostar por nuevas inversiones que fortalezcan el crecimiento, a la vez que se le pide vigilar la solvencia del sistema financiero y paliar el efecto negativo de Sareb sobre sus cuentas públicas.

La cláusula de escape

Las reglas fiscales quedaron suspendidas en primavera de 2020 tras activarse la llamada cláusula de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento una vez constatado el inédito impacto de la crisis del Covid-19. El paso libera a los países del cumplimiento de los umbrales recomendados de deuda pública, del 60% sobre el PIB, y desequilibrio presupuestario, campo en el que a partir del 3% se activa el protocolo de déficit excesivo que implica ajustes para reconducir el agujero fiscal.

La medida ha permitido dar aire a todos los socios europeos y en especial a España, cuya deuda pública saltó en 2020 del 95,5% al 120% del PIB, y donde el déficit escaló del 2,8% al 11% en el año.

La idea de la Comisión es dejar en suspenso las reglas fiscales un año más para reactivarlas en 2023 cuando se espera que el grueso de economías comunitarias haya consolidado la recuperación de la crisis y, ya de nuevo desde niveles de PIB previos a la pandemia, estén en disposición de acometer los ajustes necesarios para sanear sus cuentas.

La propuesta de Bruselas se hace firme una vez tanteada la posición de los distintos socios, por lo que no se espera que el Consejo Europeo ponga trabas a la medida. El debate que promete abrirse ahora es qué tipo de reglas fiscales deben reimplantarse desde 2023, para cuando Gobiernos como el español están pidiendo un marco menos ortodoxo y favorable a las inversiones asociadas a los planes de recuperación.

Gentiloni ha aseverado que lograr un acuerdo en este punto será "difícil" pero ha asegurado que la Comisión está comprometida a lograr un acuerdo en la discusión que se abrirá en el segundo semestre de este año. Dombrovskis por su parte ha matizado que el grado de recuperación dirá hasta que punto las exigencias de prudencia fiscal pasan a ser cuantitativas o siguen siendo cualitativas.

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