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Las dos dudas sobre las SPAC dejan margen para un negocio inteligente

La actividad se ha frenado por las alertas del regulador bursátil de EE UU y por la venta de acciones de alto crecimiento

Compadezcámonos del mundo de las empresas con un propósito especial de compra (SPAC, por sus siglas en inglés) y sus recientes problemas. Hay escepticismo en cuanto a las adquisiciones que pretenden realizar estas empresas de cheque en blanco y al valor de sus propias acciones. Pero también hay un lado positivo: estas dos dudas dejan margen para un negocio inteligente y casi sin riesgos.

El mundo de las SPAC vive tal frenesí que el récord de aproximadamente 250 ofertas públicas de venta de acciones (OPV) en Estados Unidos en 2020, con las que se recaudaron 83.000 millones de dólares, ha sido superado en ambos indicadores solo en el primer trimestre de este año, según SPAC Research. Sin embargo, la actividad se ha frenado debido a que el regulador bursátil estadounidense ha emitido varias señales de alarma y a la venta de acciones de alto crecimiento en general.

Con más de 400 de estos instrumentos buscando objetivos todavía, las valoraciones de las fusiones de-SPAC, la palabra elegante con la que el sector designa sus transacciones, empezaban a crear las condiciones para una burbuja. Los acuerdos dependen de que entidades como BlackRock y Fidelity se conviertan en co-inversores junto a las SPAC, lo que aporta credibilidad y fondos. Estas empresas se muestran cada vez más recelosas, y eso, según los banqueros, hace que el valors de las fusiones de SPAC disminuya. Por ejemplo, CF Finance Acquisition Corp III, financiada por Cantor Fitzgerald, redujo la valoración previamente acordada del objetivo AEye, una empresa de tecnología para coches autónomos, en un 20% hasta los 1.500 millones de dólares a principios de este mes.

Los que adquieren acciones de SPAC –entre los que se incluyen a menudo inversores minoristas, especialmente después de que se anuncien los acuerdos– también han perdido entusiasmo. De las 36 SPAC con acuerdos anunciados en abril y mayo cuyo seguimiento ha realizado SPAC Research, 25 cotizan a precios de acciones inferiores a 10 dólares, el precio estándar de las OPV de las SPAC respaldado por el efectivo que posee el instrumento.

Esa es la clave de la oportunidad. Los inversores de las SPAC, por lo general, tienen derecho a amortizar las acciones a 10 dólares antes de que se cierre una fusión. La compra de acciones por debajo de ese valor significa que pueden asegurarse un rendimiento simplemente pidiendo que les devuelvan su dinero. Si creen que un objetivo concreto de una fusión de SPAC aumentará el valor, pueden mantener sus títulos.

Y mejor todavía, la mayoría de las SPAC llevan aparejadas warrants, básicamente opciones para adquirir acciones más adelante. Los compradores que quieran estas unidades que combinan acciones y warrants tienen que arriesgarse poco después de una OPV de una SPAC, antes de que las dos partes coticen por separado. Pero los inversores astutos que consiguen unidades por menos de 10 dólares pueden amortizar las acciones a cambio de un pequeño beneficio, y aun así conseguir aumentarlo con el warrant. Eso es casi dinero regalado.

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