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La hora en la que Madrid se olvidó del toque de queda

Con el fin del estado de alarma, la comunidad se despide este domingo de las restricciones de movilidad nocturna y de la prohibición de reuniones en domicilios entre no convivientes

Ambiente en la Puerta del Sol de Madrid este domingo, tras el fin del estado de alarma.
Ambiente en la Puerta del Sol de Madrid este domingo, tras el fin del estado de alarma.Luca Piergiovanni (EFE)
Gabriela López Escalante

La euforia no esperó hasta medianoche. España se ha despedido a las 0.00 horas de este domingo del estado de alarma, pero las calles madrileñas celebraron su fin olvidándose de la última hora con toque de queda en la región. Pasadas las 23.00 horas, la rebeldía fue la norma.

“Pero, ¿qué hace toda esta gente aquí?”, preguntó un chico desde su coche, señalando a una veintena de jóvenes que ocupaba una acera en la calle Génova, a la afueras de un restaurante, mientras decidían dónde continuar —o empezar— la fiesta. Con el decaimiento del estado de alarma, el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso también ha eliminado la prohibición de las reuniones en domicilios entre no convivientes a partir de este domingo.

La hostelería, que cerró su última noche con el horario de las 23.00, despidió a comensales que se enfilaron hacia las tiendas de conveniencia para conseguir el aprovisionamiento de las siguientes horas.

Ambiente en la Plaza Santa Ana, este sábado, antes del último toque de queda en Madrid.
Ambiente en la Plaza Santa Ana, este sábado, antes del último toque de queda en Madrid.Luca Piergiovanni (EFE)

Un establecimiento de 24 horas en la Avenida Filipinas recibió la avalancha de los rezagados antes de medianoche. Y algunos, confiando a ciegas en el letrero de la tienda, se acercaron incluso pasadas las doce. “Ya solo estamos despachando por delivery”, repetía el encargado cada vez que los transeúntes se acercaban a la puerta para preguntar si podían entrar a comprar rápidamente. El recordatorio de la vuelta del a domicilio sin restricciones alivió a los más entonados.

“Ya podemos trabajar corrido toda la madrugada”, señaló un rider que circulaba por el Paseo de Recoletos en vía a retirar un pedido. Las mochilas de Glovo, Uber Eats y Deliveroo se agolparon en las últimas horas del sábado y las primeras del domingo a las puertas de algunas cadenas de comida rápida que extendieron el servicio hasta las 2.00 de la madrugada. Pero otras opciones, como SuperGlovo (el supermercado propio de la cadena de delivery), se mantuvieron disponibles durante toda la madrugada.

Un repartidor de Glovo, este sábado, en la calle Cea Bermúdez pasadas las 23.00 horas.
Un repartidor de Glovo, este sábado, en la calle Cea Bermúdez pasadas las 23.00 horas.G.L.

Los coches policiales también se repitieron en el paisaje de la capital. Antes de medianoche recorrían a toda velocidad y con el estruendo de las sirenas algunas de las calles más concurridas, como Gran Vía, y los barrios más populares, como Malasaña, donde se han producido concentraciones y aglomeraciones de jóvenes, que al grito de “puto toque de queda” y “libertad” se han reunido en la Plaza 2 de mayo, sin guardar las distancias y, algunos, sin mascarillas, según EFE.

El escudriño policial antes de las doce también se hizo presente en la calle Cea Bermúdez (Chamberí), en la que circulando en contrasentido, tres coches de la Policía Nacional cercaron la fachada de la discoteca Sala Look, donde supuestamente se estaba llevando a cabo una fiesta ilegal. Los policías accedieron al establecimiento y salieron un par de minutos más tarde sin que hubiera detenidos. Solo un chico estaba siendo interrogado a las afueras del local.

Coche de la Policía Nacional durante una inspección en un local nocturno, este sábado.
Coche de la Policía Nacional durante una inspección en un local nocturno, este sábado.G.L.

En la Puerta del Sol, según EFE, la Policía Local desalojó la plaza en torno a las 23.30 horas ante la aglomeración de la gente que se quedó en las calles aledañas esperando a que el reloj marcara las doce de la noche y decayese el estado de alarma.

Pero una hora después del levantamiento, unos 400 jóvenes seguían bebiendo, bailando y gritando sin cesar “libertad” y “Ayuso”, frente a la Real Casa de Correos, la sede del Gobierno regional.

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