Hoteles y restaurantes exigen bonos turísticos para los vacunados mayores de 60 años
Ya hay 4,3 millones inmunizados que podrían viajar de forma segura. Sanidad espera que esa cifra llegue a 12 millones en temporada alta
La desaparición del turismo está poniendo contra las cuerdas a bares, restaurantes y hoteles, que han sido las actividades más perjudicadas en España en términos de actividad y empleo por la crisis sanitaria del coronavirus. Pese a que los datos de afiliación de abril, hechos públicos la pasada semana el Ministerio de Empleo, reflejan que el número de trabajadores turísticos con el empleo suspendido al cierre de abril era el más bajo desde octubre (376.000 empleados), la realidad es que ese mes es el arranque de la temporada alta y que la cifra de ocupados debería ser muchos más alta. A los trabajadores en ERTE hay que sumar los 80.000 empleos perdidos en el último año.
No se ha producido la reactivación esperada ni se le espera en el corto plazo, ya que no se atisba una eliminación inmediata de las restricciones de movilidad. Las tres grandes actividades del turismo encadenan seis meses suponiendo el 60% del empleo suspendido en España. Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, asegura que la situación es límite para muchas empresas y por ello pide acciones decididas al gobierno para reactivar la demanda nacional ante la más que posible parálisis de la internacional. “No tenemos a la vista políticas de recuperación de la demanda y existe mucha pasividad con la reactivación de los programas de vacaciones del Imserso”.
Apuesta país
Gallego recalca que de las 12 millones de personas en España por encima de los 60 años, ya hay 4,3 millones con la pauta completa y que la puesta en marcha de un sistema de bonos que financiaran los viajes en verano serviría para compensar el ajuste que va a sufrir el turismo internacional en los próximos meses. “Quéfácil sería haber puesto en marcha un plan para vacunar a todos los habitantes de Canarias y Baleares y así generar archipiélagos libres del coronavirus. Habrían sido apuestas país con un claro efecto multiplicador”.
Los hoteles habían depositado todas sus esperanzas en la reactivación del programa del Imserso, paralizado desde marzo de 2020 y cuyo regreso había anunciado la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, pero la lentitud en la tramitación legal de los pliegos les ha llevado a unirse a la hostelería en la petición de lanzar bonos turísticos para los mayores de 60 años vacunados. “Iniciativas como el imserso o los bonos turísticos son tremendamente rentables, porque con una pequeña inversión generas demanda y empleo”, recalca Ramón Estalella, secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), que representa a 15.000 hoteles.
En su opinión, el Ejecutivo debería “calcar” el modelo de bonos lanzados por la Comunidad Valenciana “por la sencillez del esquema y por el importante resultado que ha ofrecido en miles de pernoctaciones”.
Ese programa, que cuenta con un presupuesto de 12 millones de euros, ha repartido 30.000 bonos entre 2020 y 2021 a los empadronados en la Comunidad Valenciana para que realicen viajes en su propia comunidad. Los requisitos para participar son mínimos y eso ha provocado una avalancha de solicitudes ante la fuerte demanda acumulada tras un año de confinamientos y cierres perimetrales. Hay más de 58.000 personas en lista de espera y a finales de abril solo se habían resultado 22.000 de ellas.
Una señal de optimismo
Los bonos lanzados por la Comunidad Valenciana financian hasta un máximo del 70% del viaje y 600 euros. Una vez realizada la solicitud, recibes un código QR en el teléfono móvil, que puede ser canjeado en una agencia de viajes o en un hotel. Actualmente está en vigor el segundo plazo de disfrute de los bonos (del 1 de enero al 15 de junio de 2021) y el tercero se prolongará del 15 de septiembre hasta el 31 de diciembre.
Hoteles y restaurantes recalcan que el lanzamiento de bonos turísticos para que los mayores de 60 años vacunados pudieran disfrutar de vacaciones seguras, tras más de un año sin movilidad, sería un buen mensaje para uno de los colectivos más afectados y al mismo tiempo mandaría una señal de optimismo para hoteles, bares y restaurantes, que no han logrado recuperar la normalidad tras trece meses de pandemia.
De hecho, los turistas inmunizados, al margen de los españoles, se van a convertir en la pieza más codiciada para los destinos turísticos de sol y playa. Ante las dificultades para atraer turistas de largo radio, la lucha por atraer viajeros se va a centrar en Reino Unido, el país más cercano que alcanzará más rápido la inmunidad de rebaño. El objetivo del Reino Unido es permitir los viajes internacionales desde el 17 de mayo y Baleares o Canarias ya negocian el establecimiento de corredores seguros.
Las pegas de los hoteleros al programa del Imserso
Veto. Las empresas hoteleras consideran que los bonos turísticos a mayores de 60 años y la activación del programa de vacaciones del Imserso son las dos herramientas más importantes para reactivar la demanda en un contexto tan complejo como el del coronavirus. Pese a ello no están dispuestos a pagar un alto precio y exigen cambios en el programa para mejorar los precios que perciben y para llegar a la rentabilidad.
Pérdidas. Creen que la última oferta les conduce a pérdidas. En el último programa del Imsero cobramos 42 euros por habitación con pensión completa y animación y agua y vino incluido. Si descontamos los costes, apenas nos quedan 16 euros por habitación, con lo que no cubre el incremento del precio de la energía, del precio del combustible o las mejoras en los convenios laborales. Con el precio que se paga por plaza y con la exigencia de un un trabajador por cada 7,5 clientes, los salarios que se pueden pagar no superarían los 1.000 euros, lo que queda fuera de los salarios fijados en los convenios regionales o sectoriales, que oscilan entre 1.200 y 1.500 euros”, aseguró.
Precios. El concurso fijaba una actualización de precios del 0,92% para 2020 y la congelación para 2021 y 2022, los dos años fijados en la prórroga, algo que no aceptan los hoteleros, que piden que se priorice a los hoteles de cuatro estrellas como gestores.