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Fútbol

La Superliga certifica su fracaso y aboca a sus clubes a reconducir su relación con la UEFA

La mayoría de sus impulsores abandonan la idea ante las voces en su contra. El proyecto apenas se ha tenido en pie tres días

El presidente del Real Madrid,Florentino Perez
El presidente del Real Madrid,Florentino PerezManu Fernandez (AP)
Javier García Ropero

El proyecto de la Superliga europea de fútbol certificó su fracaso apenas tres días después de haber nacido. En realidad, la iniciativa concebida por sus impulsores para “salvar” la industria del fútbol quedó herida de muerte en 48 horas, cuando en la medianoche del martes al miércoles los seis equipos ingleses partícipes abandonaron el barco capitaneado por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.

La salida en bloque de estos, presionados por las protestas de los aficionados y por las amenazas veladas del Gobierno británico, fue el principio del fin. Durante la jornada de ayer se sumaron a la lista de arrepentidos los tres equipos italianos, Inter, AC Milan y Juventus. Este último el gran agitador de la Superliga de la mano del Real Madrid, y que se dio por vencido porque “en la actualidad hay pocas posibilidades de que el proyecto se complete en la forma originalmente concebida”, según explicó en un comunicado.

Ni siquiera el hecho de que su presidente, Andrea Agnelli, ocupara una de las vicepresidencias del torneo evitó el cambio de opinión. Lo mismo ocurrió con el Manchester United el martes. También abandonó el Atlético de Madrid. A cierre de esta edición, el único de los equipos españoles en desechar la Superliga a la vista de su falta de recorrido. “El Atlético de Madrid tomó la decisión el pasado lunes de sumarse a este proyecto atendiendo a unas circunstancias que a día de hoy ya no se dan”, apuntó el club.

Solo resisten a la Superliga, al menos de manera oficial, los dos principales equipos españoles: Real Madrid y FC Barcelona. Ninguno de ellos hizo valoración alguna durante el miércoles. Los últimos de un ambicioso proyecto que prometía reformar la industria del fútbol, que planteaba unos ingresos de 3.500 millones como pago inicial a sus fundadores y prometía generar alrededor de 4.000 en concepto de derechos audiovisuales junto a JP Morgan y Key Capital.

La Superliga, que se presentó de madrugada en un comunicado de prensa, reaccionó en la mañana de ayer también con una nota en la que decía que, “dadas las circunstancias, vamos a reconsiderar las medidas apropiadas para rediseñar este proyecto, teniendo siempre en mente ofrecer a los aficionados la mejor experiencia posible y reforzar la solidaridad para toda la comunidad futbolística”.

Brecha sin cerrar

El fracaso de la Superliga supone una victoria a corto plazo para UEFA y FIFA, aunque no resuelve la brecha abierta con los principales clubes del continente. Todas las partes están condenadas a un entendimiento: ni el G12 de la Superliga puede emprender un torneo paralelo, ni la UEFA puede permitirse prescindir de los clubes que más negocio generan. Estos no solo reclaman un formato de Liga de Campeones más atractivo y que, por tanto, genere más ingresos. También reclaman más control de los recursos que generan y que son gestionados por entidades con demostrados problemas de gobernanza.

El nuevo formato anunciado el lunes, y apoyado por Bayern de Múnich y PSG, y la intención de la UEFA de buscar socios financieros, es el primer paso para resolver un conflicto que perdurará.

Juventus y Manchester United pierden 300 millones de capitalización en dos días

 

En sus tres días de existencia, la Superliga de fútbol ha provocado una montaña rusa en forma reacciones, comunicados y también en las cotizaciones bursátiles de algunos de los equipos involucrados.

En el caso de estos, la euforia desatada el lunes a raíz del anuncio de la competición se ha desinflado de forma inmediata. Juventus y Manchester United, los dos equipos con presencia en los parqués, han perdido 300 millones de capitalización entre el lunes y el cierre bursátil de este miércoles.

El que más ha sufrido los vaivenes de la Superliga ha sido el equipo italiano. El valor de sus títulos se disparó un 18% en el inicio de la semana. Los 233 millones de euros que, de media, recibirían los clubes fundadores de la Superliga para paliar los efectos del Covid-19 y las perspectivas de negocio desataron la euforia de los inversores. Ese día la capitalización del club turinés llegó a los 1.212 millones de euros. Pero tan pronto como esa euforia llegó, se fue.

Durante la tarde del martes comenzaron los rumores de desbandada por parte de los equipos ingleses, principalmente Chelsea y Manchester United. La acción lo notó con una caída del 4,4%, aunque el inicio del fin de la Superliga, con la salida de los seis clubes británicos, llegó una vez cerrada la sesión. Ayer el batacazo fue cercano al 14%. Las acciones cayeron hasta los 0,75 euros por título, por los 0,91 que valían al cierre del lunes. Una diferencia que se traduce en una pérdida de capitalización de 200 millones, ya que esta se situaba ayer en los 1.000 millones.

Las acciones del Manchester United, que cotizan en la Bolsa de Nueva York, sí registraban avances durante la jornada de ayer, del 1,85%, tras haber caído un 6% el martes. En el inicio de la semana superaron la barrera de los 17 dólares, creciendo cerca de un 7%. Ese día la capitalización alcanzaba los 2.336 millones de euros. Ayer eran 100 millones menos.

Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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