La pandemia impulsa el renting de seminuevos
Las alquiladoras redirigen los coches que han finalizado sus contratos hacia pymes, autónomos y particulares. Así retrasan su salida a un mercado de ocasión con precios a la baja
El renting siempre ha estado pendiente del mercado de vehículos de ocasión, porque es ahí a donde van a parar sus flotas cuando finaliza el contrato de alquiler. Y la realidad es que este segmento está sufriendo una saturación de stock a causa de la pandemia que está presionando a la baja el precio al que las arrendadoras esperan liquidar los vehículos cuando los clientes se los devuelvan.
El mercado de usados recibió el año pasado 547.000 coches menores de cinco años, el 44% de los cuales procedió del rent a car (151.000) y el renting (89.000), negocios que se han visto afectados por la caída del turismo y el auge del teletrabajo, según datos de la consultora MSI para el portal Sumauto.
El exceso de oferta ha provocado que el precio medio de estos vehículos baje. En el caso de los que tienen una antigüedad de hasta cinco años, que son los que normalmente proceden del renting, este ha bajado un 3,5% desde los 19.384 euros que registraba en marzo de 2020 a los 18.699 del mismo mes de 2021, de acuerdo con datos de Coches.com para Ganvam.
Este descenso es perjudicial para las firmas de renting porque, cuando adquirieron los vehículos hace tres o cuatro años, estimaron que, llegado el momento, podrían deshacerse de ellos a un precio más alto. Es, además, en base a ese cálculo, conocido como valor residual, como fijan la mensualidad que pagará el cliente durante la vigencia del contrato, por lo que acertar en él resulta clave para la rentabilidad de las operaciones.
La modalidad se beneficia de la creciente preferencia por el pago por uso
Hasta hace poco, las empresas del sector solo tenían una forma de solventar el problema: proponer a sus clientes que en vez de devolverles el vehículo, se queden con él uno, dos o tres años más a cambio de una pequeña rebaja de la cuota mensual. De esta forma ganan tiempo, a la espera de que los precios en el mercado secundario se recuperen.
A esta salida, a la que ya recurrieron con intensidad durante la recesión de 2008, se ha sumado últimamente una segunda opción favorecida por los cambios en los hábitos de movilidad de los españoles: el renting de vehículo seminuevo.
La estrategia consiste en redirigir bajo fórmulas de pago por uso los automóviles dados de baja por los clientes hacia pymes o autónomos que los necesitan por temporadas o para cubrir picos de actividad. De esta otra forma consiguen también mantener a los coches dentro del circuito del renting en vez de liquidarlos en el mercado de ocasión a un valor por debajo del previsto hace cuatro años.
Es ideal para empresas que necesitan flotas para cubrir sus picos de actividad
“No es algo nuevo; para determinadas compañías es una modalidad habitual, sobre todo aquellas enfocadas en vehículo profesional”, señala José-Martín Castro Acebes, presidente de la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER). “Antes de la pandemia, ya encontrábamos la posibilidad de arrendar coches usados, porque, en general, cualquier empresa del sector puede ofrecer esta tipología de producto”, aclara.
Puerta de entrada
Aunque de esta modalidad empezó a hablarse hace dos años, Castro reconoce que el Covid ha hecho que “sea más visible” y que algunas compañías hayan potenciado el modelo, acercándolo también al cliente particular, que puede acceder así a un automóvil con todos los servicios incluidos y con una cuota más baja. “Es una puerta de entrada para aquellos que se acercan al renting por primera vez”, destaca.
ALD Automotive, por ejemplo, lanzó en septiembre ReDrive, servicio que pone al alcance de particulares el alquiler de coches seminuevos procedentes de su flota. “Aunque llevábamos tiempo trabajando en ello, la crisis ha favorecido este lanzamiento, pues, al ser más asequibles, los vehículos de ocasión pueden ser una efectiva palanca de liquidez para muchas familias, ahora que su capacidad adquisitiva se ha visto mermada por la pandemia”, dice Antonio Cruz, subdirector general de ALD España.
Se trata, explica, de un tipo de renting muy flexible, con contratos muy cortos, de 12 meses prorrogables, al cabo de los cuales el usuario tiene la opción de comprar el automóvil con el reembolso de la mitad de las cuotas abonadas. Los coches tienen una antigüedad de solo tres o cuatro años frente a la edad media de 13 años del parque de usados en España, y su kilometraje oscila entre los 40.000 y los 100.000 km.
LeasePlan, por su parte, abrazó el used car lease hace tres años. “Para el usuario tiene sus pros y sus contras. El coche no es nuevo, pero las tarifas son más bajas y el mantenimiento lo cubre todo”, sopesa David Henche, director de marketing corporativo del grupo.
Actualmente, este servicio representa menos del 2% de su flota de 100.000 vehículos. “Nunca será un producto masivo, pero sí es muy táctico porque en momentos de incertidumbre como los actuales, en que las empresas se están replanteando los compromisos que pueden asumir a corto, medio y largo plazo, proporciona una flexibilidad que el renting tradicional no puede aportar”, expone.
El alquiler de usados no es en absoluto nuevo para Northgate, que lleva 35 años explotando este negocio bajo la fórmula del renting flexible, en el que los contratos se reducen de años a meses (el mínimo es uno) y el cliente no tiene que pagar penalizaciones por devoluciones anticipadas.
Bajo esta premisa, los autos “pueden ser seminuevos o incluso nuevos dependiendo de la demanda y el plazo estimado de alquiler. En ese sentido, la flota es dinámica”, señala Eduardo de la Rocha, director comercial de la firma.
Una vez agotado su ciclo, los coches pasan a otra división que se encarga de venderlos en el mercado de ocasión. “La crisis provocada por el Covid-19 ha incrementado tanto la demanda de renting flexible como la de venta de usados a empresas y particulares”, confirma.
Otra modalidad en la que tiene cabida el seminuevo y en la que el renting ha visto un filón de negocio interesante es la suscripción. Aquí, la duración de los contratos se reduce a días y, en ciertos casos, el conductor puede cambiar de modelo cuando lo requiera.
Alphabet empezó a desarrollar este concepto antes de la pandemia, pero admite que esta precipitó su lanzamiento porque “encaja a la perfección con unos hábitos de movilidad muy marcados por las circunstancias derivadas de la crisis, como son la digitalización, el pago por uso y la demanda de productos cada vez más flexibles”.
Mobility Flex, el servicio de Alphabet, ofrece a particulares BMW y Mini, tanto de combustión como eléctricos e híbridos enchufables, con menos de un año de edad y un kilometraje de entre 15.000 y 20.000 km, que pueden pedir online desde un mes hasta un máximo de 24. Los que superen los 12 meses pueden cambiar de modelo sin coste.
El reto de vender en el momento adecuado
La gran pregunta es si al darle a los coches un segundo ciclo de vida en el renting con la prórroga de contratos o su alquiler como seminuevos, las empresas arrendadoras corren el riesgo de que, a la larga, el problema que intentan esquivar hoy (la caída de precios en el mercado de ocasión) sea más grande mañana, ya que dentro de dos o tres años el desgaste del vehículo será aún mayor.
José-Martín Castro, presidente de la Asociación Española de Renting de Vehículos, afirma al respecto que “nadie como las compañías del sector para identificar oportunidades en la curva de valores residuales”. “No se trata de retrasarlos per se, sino, únicamente, cuando se cumplen una serie de condiciones: oportunidad de mercado, vida residual del bien e interés del cliente porque la operación se adecúa a sus intereses”, explica.
“Esta estrategia –continúa– es solo una más de las que aplicamos para satisfacer la demanda y las necesidades de flexibilidad de nuestros clientes, y además, en este caso, ayuda a mitigar el tener que acudir al mercado de ocasión cuando este pudiera mostrar síntomas de debilidad”, argumenta.
La consultora MSI estima que el valor residual ha caído alrededor de un 30% en 2020. Pero desde la AER aseguran que este no ha sufrido impactos significativos como consecuencia del Covid. “Salvo los meses del primer confinamiento, el mercado ha funcionado con bastante normalidad”, apuntan.
De manera orientativa, porque depende de los criterios de cada operador, precisan que la depreciación media de un turismo es de entre el 35% y el 40% de su valor original, mientras que en furgonetas suele estar entre un 20% y un 25%, “aunque aquí las condiciones de uso e intensidad de trabajo pesan mucho”, matizan.
Antonio Cruz, subdirector general de ALD, descarta que la venta de seminuevos al final de los contratos vaya a ser necesariamente más difícil. “La antigüedad media de los vehículos es de casi 13 años. Con este panorama, los vehículos procedentes del renting de usados tendrían como máximo seis años, por lo que se convierten en una gran oportunidad para los clientes que buscan la confianza de un coche bien mantenido y con todo el historial de uso desde la primera matriculación”, resalta.
Protagonistas del mercado
Wabi. Los bancos también se están apuntando a nuevas fórmulas más flexibles de arrendamiento. Es el caso de Santander que ha lanzado Wabi, un servicio de suscripción que no cobra un derecho de entrada ni exige permanencia (el cliente puede renovar mes a mes si lo desea). Los coches se reservan a través de una app y están disponibles en 48 horas. El usuario puede cambiar de modelo cuando lo desee. A diferencia del renting flexible, cuyos precios varían en función de los meses que se soliciten, aquí el coste es fijo y suele ser más alto al no estar sujeto a un tiempo de permanencia.
Talleres. El auge del renting de seminuevos ha tenido también su impacto en el mantenimiento y la reparación. José Luis Gata, responsable de mercado posventa de Solera, explica que si esta fórmula incentiva que más conductores se pasen al renting, se trasvasará actividad entre talleres, de aquellos más enfocados en particulares hacia aquellos más enfocados en empresas. No obstante, aclara que, de momento, si bien la tendencia del renting de coches de ocasión va cogiendo fuerza, todavía es pequeña y hoy en día prima la propiedad.
Demanda. De acuerdo con una encuesta realizada en noviembre del año pasado por el portal Coches.net, el 74% de los españoles está dispuesto a alquilar un vehículo usado. Más de la mitad considera que la antigüedad idónea sería de entre dos y tres años.