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El Foco
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Fondos europeos: la apuesta por la arquitectura y la rehabilitación

Una gestión eficiente de los recursos será fundamental para generar empleo estable y acelerar la transformación del parque de viviendas

CINCO DÍAS

En 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill afirmó: “Nosotros damos forma a los edificios y estos nos darán forma a nosotros”. Pero nuestros edificios, viviendas, pueblos y ciudades actuales reflejan la sociedad y el tiempo en el que se construyeron, no el actual y mucho menos el futuro que queremos. Respondían a una sociedad que estamos dejando rápidamente atrás, inconsciente de los límites de los recursos naturales y los efectos de la acción humana sobre el medio ambiente. Ahora, es necesario asumir su transformación como un elemento clave para garantizar el bienestar de las personas y el equilibrio medioambiental de forma que sirvan al progreso social y no lo lastren.

Los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) y la ola de renovación que promueve la UE son una oportunidad única para subir a ese tren que está en marcha en otros países europeos y que a España le urge aprovechar con estrategias y políticas adecuadas y poniendo los medios necesarios para facilitar y apoyar la labor de los arquitectos y profesionales que deberán llevarlas a cabo.

Desde el Neolítico, crear y modificar nuestro entorno construido ha sido determinante para mejorar nuestra calidad de vida. Esta actividad ha venido ocupando, aproximadamente, a una de cada diez personas, constituyendo un motor económico estable que produce bienes no perecederos que configuran un patrimonio que disfrutamos varias generaciones. En situaciones como la actual, tras grandes crisis, crear o adaptar el entorno construido a las nuevas necesidades requiere acelerar esa actividad para que, además, actúe como palanca de recuperación.

En las últimas décadas, la velocidad de los cambios inducidos por las innovaciones tecnológicas y sus consecuencias han transformado profundamente nuestros modos de vida, trabajo y ocio y la relación con el medio ambiente. Entre los nuevos factores que exigen adaptar el parque construido cabe destacar que los edificios consumen el 30% de la energía final del país y generan el 36% de los gases de efecto invernadero. Adaptar sus prestaciones está a nuestro alcance para detener el cambio climático. También urge mejorar la accesibilidad de las viviendas, pues sus carencias impiden a 1,8 millones de personas con movilidad reducida salir de sus casas por sí mismas. Además, nuestros edificios deberían recuperar buena parte del confort que el confinamiento nos ha hecho valorar, como terrazas, galerías y espacios polivalentes y la ventilación e iluminación naturales; readaptarlos a las nuevas formas de vida e incorporar las ventajas de la digitalización.

La puesta al día de las viviendas debe servir para incorporar al parque de alquiler las que están sin uso por déficits de habitabilidad o seguridad. Y es necesario afrontar transformaciones más profundas en tejidos y estructuras urbanas, ya que la zonificación multiplica los desplazamientos innecesarios, aumentando contaminación y pérdidas de tiempo y reduciendo la calidad de vida y la cohesión social.

En la UE, antes de la pandemia ya estaba asumida la necesidad de impulsar la renovación masiva de edificios y espacios públicos como condición necesaria para una modernización que nos permita afrontar los cambios sociales y los retos medioambientales. La calidad del patrimonio construido en Europa es un valor estratégico diferencial y un elemento de identidad y cohesión social identificado en políticas, como la impulsada con la Declaración de Davos con la baukultur (cultura del habitar) y más recientemente con la Nueva Bauhaus, más necesarias que nunca para transitar con éxito a una sociedad más sostenible y competitiva.

Dentro de la ola de renovación vinculada al MRR, el Gobierno prevé destinar 6.000 millones de euros para pasar de las 30.000 viviendas que aproximadamente se rehabilitan al año en España a 480.000 entre 2021 y 2023. Una gestión eficiente de esos fondos será esencial para generar empleo estable y de calidad, beneficiar al mayor número de familias y acelerar la transformación del parque edificado en un reto que nos compromete a todos.

Desde nuestra organización, estamos elaborando instrumentos de apoyo y trabajamos estrechamente con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para maximizar los recursos históricos que recibirá España y la oportunidad única de promover con ellos la mejora de nuestras viviendas, edificios, ciudades y territorios despoblados, activando la economía.

Para una gestión eficiente se precisa una adecuada definición de programas y ayudas con el fin de establecer, en diálogo con el sector, objetivos específicos y establecer reglas que prioricen su aplicabilidad, simplificando la gestión sin perder rigor. También se requiere una visión integral, teniendo en cuenta las necesidades y posibilidades de actualización de cada edificio, su ciclo de vida completo y los tiempos para realizar las inversiones. Solo así se optimizarán las intervenciones y se evitará el derroche de recursos que supondrían actuaciones rápidas que, a medio o largo plazo, tuvieran que ser sustituidas. Por ello, es fundamental identificar las necesidades concretas de viviendas y edificios, su potencial real de mejora, la relación coste-beneficio y las posibles sinergias entre ellas, y establecer a partir de ahí programas de intervención adecuados y asequibles para cada propietario o comunidad, maximizando las ayudas públicas.

Por último, ante la enorme cantidad de actuaciones que es necesario abordar, puesto que la actualización de las 480.000 viviendas representa un pequeño porcentaje de las necesidades de un parque de 25,7 millones, también será clave apoyar la gestión a pie de calle de los profesionales, desde arquitectos a administradores de fincas, pues su labor de asesoramiento en la toma de decisiones y en todo el proceso hasta el final de las obras requiere de vínculos de confianza.

Transformar el entorno construido para que nuestro país transite hacia una sociedad más sostenible, competitiva y moderna es un proyecto colectivo que hemos asumido en un compromiso individual y colectivo como el reto profesional de nuestra generación, convencidos de que alcanzarlo será nuestro mejor legado.

Lluis Comerón es Presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España

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