El INE rebaja al 10,8% la caída del PIB en 2020 pero constata que la economía no creció nada en otoño
Mejora en dos décimas el saldo de cierre del año al incrementar del 16,4% al 17,1% el avance de la economía en el verano, si bien rebaja al 0% el movimiento del otoño pese a la estimación inicial de que se creció un 0,4% en el cuarto trimestre
La debacle económica de 2020 como consecuencia de la pandemia del Covid-19 fue ligeramente más tenue de lo esperado hasta ahora gracias al repunte del verano, pero el PIB concluyó el año ya sin resuello, según la revisión de los datos provisionales publicada el viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, de una parte, el organismo rebaja del 11% al 10,8% la caída interanual de volumen del Producto Interior Bruto, una ligera mejora que se debe fundamentalmente a un mayor repunte de la actividad del pasado verano, pero que sigue arrojando la mayor debacle económica sufrida por el país desde la Guerra Civil.
En concreto, el INE estima que la actividad económica rebotó un 17,1% durante el periodo estival, frente a su estimación previa de que lo había hecho un 16,4%, lo que aumenta el efecto de rebote tras el parón que supuso el Gran Confinamiento y la parálisis de toda la actividad no esencial durante el estado de alarma vigente durante la primavera de 2020.
De otra parte, sin embargo, el INE rebaja del 0,4% al 0% el avance del PIB en el cuarto trimestre del año, lo que indica que la recuperación de la actividad no solo perdió prácticamente toda su intensidad, sino que cerró el otoño congelada.
Este punto es especialmente preocupante porque da al traste con la impresión de que la economía española había sido la excepción en el entorno comunitario, desmarcándose de las caídas generalizadas con un leve avance en vertical que finalmente se demuestra que fue un movimiento plano.
Incluso contando con que se había logrado un tímido crecimiento a cierre de año, organismos como el Banco de España ya vienen asumiendo que el primer trimestre de 2021 concluirá con un nuevo retroceso al terreno negativo (tras el -5,4% del primer trimestre de 2020 y el -17,8% de la primavera) por la embestida de la tercera ola del Covid-19 y las restricciones puestas en marcha para contenerla. Es decir, que el PIB inicia el año desde una situación de partida más frágil de la esperada, lo que contribuye a alimentar el temor de que la actividad culminará los tres primeros meses del año con un nuevo descenso.
Así, ya antes de esta revisión a la baja sobre la evolución del otoño, el bache de este invierno había llevado al Banco de España a estimar que la economía española cerrará el periodo de enero a marzo con un descenso del 0,4% en su escenario central, del 0,9% en el más pesimista, o con un alza del 0,4% en la proyección más optimista, una que parece alejarse tras la revisión del INE.
Como resultado, el supervisor financiero rebajó del 6,8% al 6% el avance del PIB en 2021, frente al 7,2% inercial que espera el Gobierno en sus previsiones oficiales, que incrementan el alza al 9,8% al asumir que las ayudas europeas supondrán un empuje adicional. El Banco de España ya incluye esa aportación, de solo un punto frente a los 2,6 que prevé el Ejecutivo, en su proyección de aumento del 6%, al estimar que España solo ejecutará el 55% de las ayudas comunitarias. Economía ha avanzado que no revisará sus previsiones hasta conocer el cierre de PIB del primer trimestre del año.
El INE recuerda que la revisión realizada el viernes permite ofrecer cifras de un corte ya más definitivo, pues la estimación inicialmente ofrecida el 29 de enero, de que el PIB cedió un 11% en 2020 tras subir un 0,4% en otoño, se hizo básicamente con datos de cierre de noviembre. A partir de ahí, Estadística detalla que la variación interanual del PIB culmina en el -8,9% en lugar del -8,6%, terminando 2020 en los 1.121.698 millones de euros, un 9,9% menos que en 2019 a precios corrientes.
El INE explica que la contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB fue de −6,2 puntos, y la demanda externa supuso −2,7 puntos. Las exportaciones caen el 16,3% interanual y las importaciones, un 9,4%.
Inversión pública al alza
Los datos indican que el gasto público registró un alza del 3,8% en 2020, la más alta desde 2009, mientras que el consumo de los hogares protagonizó un descenso del 12,4%, el mayor de la serie histórica. La inversión, a su vez, cedió un 11,4%, el peor dato en 11 años.
Por sectores, la caída interanual de la actividad es del 10% en servicios (llega al -22% en comercio, transporte y hostelería); del 12,7% en construcción; del 3,6% en industria y solo crece, un 8,2%, en agricultura, pesca y ganadería. Los impuestos ceden un 11,7%.
Caída del empleo
En el terreno laboral, en términos de horas trabajadas, la variación intertrimestral del otoño fue del 1%, con descensos del 0,2% en las jornadas a tiempo completo. En términos interanuales, las horas trabajadas se desploman un 6,1%, mientras que los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo caen un 5,2%. La cifra supone una pérdida de 962.000 puestos de trabajo a tiempo completo en el año.
El coste laboral unitario, de otro lado, avanzó un 4,9% en otoño mientras que la renta nacional bruta creció un 0,6% y la disponible lo hizo un 0,1%, en comparativa intertrimestral (-7,7% y -8,2%, en términos interanuales, respectivamente). Por su parte, el deflactor implícito del PIB aumenta un 0,8% respecto al mismo trimestre de 2019.