España ha captado ya el 33% de la financiación a largo plazo para 2021
El coste de emisión sigue en negativo pese al alza de las rentabilidades. El martes España espera recibir los 4.057 millones del SURE
La actividad económica empieza poco a poco a remontar el vuelo, pero aún la ansiada normalidad está lejos. En un contexto en el que la puesta en marcha de nuevas restricciones se sucede día tras día, las necesidades de financiación de los Estados continúan siendo elevadas. Captar recursos para financiar los planes de recuperación y las ayudas desplegadas por los Gobiernos a la vez que sufragar los abultados déficits se han convertido en una de las prioridades de los tesoros. El Tesoro Público español no queda al margen de esta corriente, una tendencia que ha llevado a los emisores públicos europeos a colocar 500.000 millones de bonos en tiempo récord. El organismo que preside Carlos San Basilio cerrará el primer trimestre con el 30,13% de sus necesidades de financiación ya cubiertas.
España ha captado más de 83.000 millones en letras, bonos y obligaciones a través de emisiones. A este importe hay que sumar los 4.057 millones que llegarán el martes del fondo SURE, cuantía que eleva el volumen total a los 87.117 millones. Por delante quedan nueve meses para captar los cerca de 202.021 millones restantes y cumplir con el objetivo de 289.138 millones de euros en emisiones brutas, el mayor de la historia.
Como viene siendo habitual, en los últimos tres meses el Tesoro ha mantenido un equilibrio entre la deuda a corto y largo plazo, pero ha sido en este último tramo donde más se ha afanado. Si se incluye el dinero logrado vía mercado de capitales y las aportaciones europeas, España cerrará marzo con el 32,95% de su programa a medio y largo plazo ya ejecutado, unos 60.757 millones de euros. En lo que a letras se refiere el organismo dependiente del Ministerio de Economía ha adjudicado 26.360 millones, el 25,16% de la previsión total.
La prevalencia de las emisiones a largo plazo frente a las de más corto plazo obedece en gran medida a las emisiones sindicadas realizadas hasta la fecha. En los primeros tres meses del año el Tesoro ha efectuado dos operaciones de este tipo a través de las cuales ha vendido 15.000 millones. El grueso de este importe corresponde a la tradicional emisión sindicada a 10 años que celebra en las primeras semanas del año. En esta ocasión el Tesoro obtuvo 10.000 millones al precio más bajo de su historia para una operación sindicada a 10 años. Un mes después y siguiendo la tendencia de emisiones a largo plazo que impera en Europa, España levantó 5.000 millones en deuda a 50 años, la segunda vez en su historia que el Tesoro emite una referencia a este duración.
Como ya se pudo comprobar en 2020, el interés de los inversores por el papel español sigue siendo elevado. Si bien en las subastas tradicionales las órdenes de compra han superado ampliamente el importe colocado, ha sido en las emisiones sindicadas donde mejor se ha reflejado la confianza de los inversores en la deuda española. Si se suman las órdenes de compra recibidas en la colocación con vencimiento en 2031 (55.000 millones) y las registradas en la emisión a 50 años (65.000 millones), la demanda conjunta alcanza los 120.000 millones de euros.
Este apetito por la deuda española y las buenas condiciones financieras fruto de las medidas desplegadas por el BCE han permitido a España seguir rebajando el coste medio de la deuda en circulación, que según datos del Tesoro cerrará marzo el 1,8%, mínimo histórico. No logra revalidar los récords el coste de las nuevas emisiones. El alza de las rentabilidades en el mercado secundario de deuda ante las expectativas de inflación se ha dejado sentir en el mercado primario. Aunque España ha seguido vendiendo deuda a precios atractivos, el coste medio de las nuevas emisiones ha repuntado ligeramente pero consigue mantenerse en terreno negativo (-0,03%, frente al -0,08% de enero).
El BCE, clave para mantener a raya los precios
Compras. Como ya se vio en 2020, cuando el estallido de la crisis disparó la rentabilidad de la deuda española al 1,2%, máximos de febrero de 2019, el papel del BCE ha sido esencial para devolver la tranquilidad al mercado de deuda. La puesta en marcha del programa de compras antipandemia y sus posteriores ampliaciones han ayudado a mantener bajo control el coste de financiación. A finales de 2020 principios de 2021 España llegó a cobrar por su deuda a 10 años, una situación que parecía inalcanzable en abril de 2020 cuando los rendimientos positivos se trasladaron a las emisiones a más corto plazo.En las últimas semanas el compromiso de Lagarde de elevar las compras de deuda en los próximos meses ha sido suficiente para contener el alza de los rendimientos.
Retos. La emisión del primer bono verde es uno de los retos a los que se enfrenta el Tesoro en los próximos meses. Está previsto que España haga su debut en este tipo de activos en la segunda mitad del año. El Tesoro espera captar entre 5.000 y 10.000 millones en una referencia a 20 años. El pasado 3 de marzo Italia realizó su primera emisión verde en la que adjudicó 8.500 millones de euros a 24 años con una demanda de 80.000 millones.