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Financiación

Las empresas se lanzan a emitir deuda híbrida para conservar sus ratings

Se han colocado ya 4.350 millones en el año y hay más en preparación

Deuda híbrida
Belén Trincado / Cinco Días

Avalancha de emisiones de deuda híbrida entre las empresas españolas. En lo que va de año se han colocado ya 4.350 millones de euros en este tipo de pasivo, frente a los 6.250 millones que se emitieron en todo 2020. Repsol ha sido la última compañía en optar por esta tipología de deuda. La semana pasada vendió 750 millones de euros en híbridos en una colocación que logró una demanda de 1.750 millones. Un elevado interés por parte de los inversores que también se ha reflejado en el resto de colocaciones realizadas hasta la fecha.

Los bonos híbridos son un tipo de deuda subordinada que suele ser perpetua o con vencimientos a largo plazo, en la que emisor se reserva el derecho de amortización anticipada a partir de determinadas fechas.

Regina Gil Hernández, global head de Crédito de BBVA, reconoce que “los híbridos tienen más riesgo que el mismo bono en deuda senior pues son instrumentos subordinados, pero también ofrecen más rentabilidad”.

“Las emisiones de este tipo de deuda ya fueron cruciales el año pasado, y esperamos que en este 2021 se mantengan, al menos, los volúmenes emitidos en 2020. Los híbridos son un instrumento que permite a las compañías preservar sus ratings, pues, en términos generales, computan al 50% como capital para las agencias de calificación. Varias compañías se han lanzado en 2021 y habrá más emisiones en los meses venideros”, explica Loreto Benito, responsable de emisiones corporativas para Natixis.

BBVA calcula que se emitirán hasta 8.000 millones de este tipo de deuda en España en 2020

Abertis se encargó de abrir el mercado este año con una colocación de 600 millones de euros con un cupón del 2,63%. Después salieron Iberdrola y Telefónica. La utility presidida por Ignacio Galán ha emitido 2.000 millones en este tipo de deuda en dos tramos distintos. El primero con un cupón del 1,45% y recompra posible en seis años y el segundo, con un 1,825% y con la call en nueve años. Esta fue la mayor colocación de deuda de este tipo por una empresa española, tras recibir demanda por más de 10.000 millones.

La teleco, por su parte, ha puesto en el mercado 1.000 millones de euros en deuda híbrida con un cupón del 2,38% y con recompra fijada en 2029. Junto a ellas está EDP, firma de origen portugés aunque con sede en Madrid, que colocó 750 millones en enero con un cupón del 1,95% y opción de amortización en 5,25 años.

“Algunos inversores suelen preferir recibir un mayor interés de emisores que consideran de buena calidad crediticia, aunque sea con productos subordinados, como los híbridos, antes que la alternativa de emisores high yield (sobre todo si hay que ir a ratings bajos por debajo de BB-)”, explica Gil Hernández.

La deuda híbrida es un instrumento que las agencias de rating consideran mitad capital mitad deuda. De ahí que faculte a las empresas para obtener financiación sin deteriorar sus ratios financieros, algo clave para lograr financiación. Además, en caso de quiebra o liquidación sus tenedores se sitúan por delante de los accionistas en el orden de prelación de cobro y por debajo de los acreedores sénior y otros subordinados.

Abertis, Telefónica, Iberdrola y Repsol ya han acudido al mercado

Para el ejercicio 2021 BBVA estima que las empresas españolas emitirán entre 7.000 y 8.000 millones de euros en deuda híbrida, “entre las refinanciaciones que quedan y las estrenos operaciones oportunistas que puedan ir saliendo". "Es previsible que en el primer trimestre se haya concentrado una buena parte, pero la tendencia seguirá a lo largo del año. Las empresas con actividad intensa de M&A están mirando este tipo de deuda, con el que contentan a los accionistas al conseguir liquidez para seguir las compras y también a los bonistas al proteger los ratings”, comenta la global head de Crédito de BBVA.

Deuda no apta para el BCE

 

No elegible. La deuda híbrida de las empresas no financieras no entra dentro de la tipología de pasivo que puede comprar el BCE a través de sus programas de compra de deuda al tener carácter subordinado y, por lo tanto, no cumplir con la calificación mínima de BBB-, según Standard & Poor’s y Fitch, o de Baa3, según Moody’s. EL BCE tampoco puede comprar aquellas emisiones con diferentes rentabilidades en función de determinados hitos, como suele ocurrir con los híbridos, que pagan más con el paso del tiempo. Si bien, las empresas han sacado partido a la anestesia insuflada por Lagarde en el mercado logrando una rebaja de los diferenciales de las emisiones.

Entorno de tipos cero. Con la actual política monetaria ultralaxa, la deuda híbrida se sitúa en el foco de interés de los inversores. “Es un activo interesante para los inversores, en un entorno de búsqueda de rentabilidades más atractivas respecto a las satisfechas por los bonos clásicos”, reconoce Loreto Benito, responsable de emisiones corporativas de Natixis.

 

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