Laporta ya es presidente del Barcelona tras resolver el culebrón de los avales
Ha tomado posesión del cargo tras poder reunir los 124 millones que exigen los estatutos del club
Joan Laporta ha tomado posesión este miércoles del cargo de presidente del FC Barcelona, una vez se proclamó vencedor de las elecciones del pasado 7 de marzo y tras unas últimas horas en las que la repetición electoral sobrevoló sobre el club azulgrana.
Y todo a cuenta de los avales que Laporta y su junta directiva debían aportar para poder acceder al cargo, y que, como marcan los estatutos del club, debían cubrir un 15% del presupuesto anual del club, el equivalente a 124,6 millones de euros. El ya nuevo presidente culé, que comienza una segunda etapa en el puesto tras ocupar el puesto entre 2003 y 2010, tuvo la certeza de que contaba con los avales necesarios en la madrugada del martes al miércoles, a escasas horas de expirar el plazo, lo que hubiese provocado una repetición electoral.
Finalmente Laporta encontró los cerca de 70 millones en avales que necesitaba y que el patrimonio de sus directivos no llegaba a cubrir. La solución la encontró a través de una doble vía. La primera la encontró en la compañía de energías renovables Audax, que aportará alrededor de 40 millones a través de su vicepresidente, Eduard Romeu, culé confeso. Este entrará en la junta directiva de Laporta con voz y mando en la parcela económica, con posibilidades de hacerse con una vicepresidencia. Otra cantidad la aporta Jaume Roures, fundador de Mediapro, con alrededor de 30 millones de euros, según informó Expansión. El aval de 124,6 millones fue emitido por Sabadell y validado por LaLiga durante el miércoles.
“La situación económica será una prioridad para esta junta directiva. El club tiene que ser sostenible económicamente y tenemos un plan de choque para ello”, ha dicho Laporta en su discurso de toma de posesión en el Camp Nou. “La situación no nos espanta. Si hay que tomar decisiones en interés del Barcelona las tomaremos”, dijo.
Joan Laporta aterriza en el Barcelona en medio de una grave crisis económica, con una deuda neta de casi 500 millones de euros al cierre de la pasada temporada, en la que perdió 97 millones de euros por la caída de los ingresos derivada de la pandemia.