La segunda internacionalización se le atraganta a Mapfre
El grupo sopesa vender la filial en Indonesa tras reestructurar el negocio en EE UU
La segunda fase de la internacionalización de Mapfre no está funcionando tan bien como la primera. En 2010 Mapfre ganó 933 millones de euros y superó los 20.000 millones de ingresos. Una década después, los ingresos anuales ya rebasan los 25.000 millones de euros, pero las ganancias están menguando: solo 526 millones de beneficio en 2020.
Las causas que explican esta situación son complejas: el efecto divisa, que lleva años afectando a los ingresos en el negocio internacional, algunos eventos meteorológicos extremos... pero hay un elemento subyacente, la mala evolución de la segunda oleada de internacionalización del gran grupo asegurador español.
Ayer, la agencia Bloomberg publicó que el grupo Mapfre está sondeando la venta de su participación mayoritaria en una de las mayores aseguradoras de Indonesia, Asuransi Bina Dana Arta, ABDA. La aseguradora no ha querido hacer declaraciones, pero fuentes del mercado confirman que ha contratado a un asesor externo para deshacerse del 62% de ABDA (con un valor de mercado de uno 160 millones de euros).
La aseguradora española entró por primera vez en Indonesia en 2013 después de comprar una participación del 20% en ABDA y, posteriormente, la ha ido aumentando a lo largo de los años hasta alcanzar el 62%.
El grupo quería completar su aventura asiática con el desembarco en China, pero también fue un proyecto frustrado. En 2015 anunció que quería hacerse un hueco en el mercado chino, para empezar a vender seguros online, pero dos años después no había llegado a recibir la autorización. En 2020, hartos de esperar las preceptivas aprobaciones de los reguladores, acabó desechando el proyecto.
Otra de las operaciones recientes que no terminan de fraguar han sido la compra de las filiales en Alemania e Italia al grupo Direct Line, en 2014, por 550 millones de euros. En los resultados de 2020, la compañía tuvo que hacer un saneamiento del fondo de comercio del negocio de Italia, de 46 millones de euros, al constatar que las perspectivas son peores de lo previsto. También revisó a la baja el fondo de comercio de Indonesia y de Turquía. El grupo planeaba integrar la filial italiana en Verti, su negocio online, pero al final ha acabado descartándolo.
Tras la adquisición de esas dos filiales, Mapfre recordaba que el beneficio antes de impuestos conjunto había sido en 2013 de 19,5 millones de euros. Pero en 2020, su resultado atribuido fue tan solo de 7 millones de euros.
La primera oleada de internacionalización de Mapfre se produjo en los años 80 y llevó a la compañía (entonces una mutualidad) a entrar en muchos países de Latinoamérica: Colombia, Chile, Argentina, México, Puerto Rico, Venezuela... Un negocio que a día de hoy tiene casi el mismo peso en primas que España y Portugal. Y representa un tercio del beneficio del grupo.
La expansión de 2007
La segunda fase de la internacionalización comenzó en 2007, con dos operaciones de calado, que han supuesto un importante quebradero de cabeza para el grupo: Estados Unidos y Turquía. En marzo de ese año se anunció un acuerdo para comprar el 80% del capital de la aseguradora turca Genel Sigorta por 285 millones de euros. Y en octubre anunció su entrada en el mercado de EE UU con la compra de la aseguradora Commerce por 1.538 millones de euros, la mayor adquisición hecha por la empresa en su historia.
Respecto a Turquía, el grupo revisó a la baja el fondo de comercio de su filial, apuntándose unas pérdidas de 21 millones de euros. El constante deterioro del valor de la lira turca ha dañado mucho el negocio. En 2019 llegó a depreciarse un 75% frente al dólar.
En Estados Unidos, el grupo decidió en 2017 abandonar cinco estados en los que la compañía no era rentable. Y en 2019 se tuvo que apuntar unas pérdidas de 173 millones de euros al revisar el fondo de comercio de las filiales de Estados Unidos, Indonesia (ahora en venta), e Italia.
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