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Un presidente fuerte es la mejor forma de arreglar el lío de BT

La vacante creada por Du Plessis será difícil de cubrir.

Logo de BT en su sede, en Londres.
Logo de BT en su sede, en Londres.SIMON DAWSON (REUTERS)

Dirigir el consejo de BT nunca ha sido para pusilánimes. El presidente debe hacer malabarismos con las exigencias de los clientes, el Gobierno, los empleados y un ejército de accionistas. La vacante creada por Jan du Plessis, cuya salida la semana pasada fue seguida de acusaciones de que había sido empujado por el CEO, Philip Jansen, será difícil de cubrir.

Las circunstancias que condujeron a la sorpresiva jubilación siguen siendo vagas. A sus 67 años y tras casi dos décadas como presidente de gigantes como SAB Miller y Rio Tinto, se ha ganado un descanso. Pero Sky News informó de que Jansen había exigido la salida de Du Plessis, en plena frustración por la lentitud en la toma de decisiones. BT niega “desajustes” entre consejo y dirección.

Sea como fuere, una desavenencia entre el presidente y el CEO es preocupante en cualquier empresa, y más aún en una de 16.000 millones de euros con una cotización languideciente, 100.000 empleados y la necesidad de conectar 20 millones de hogares a fibra total para 2027. Más preocupante aún para los accionistas es la perspectiva de que un consejo se enfrente a esos problemas mientras lucha por frenar a su muy dinámico CEO.

Una de las soluciones que se barajan para los problemas de financiación es la venta de una participación en su lucrativa división de red de banda ancha Openreach. Dadas las elevadas valoraciones de las infraestructuras de telecos, la unidad, que genera casi 3.400 millones de ebitda, atraería un interés significativo del private equity, así que su valoración superaría ampliamente los 23.000 millones, basándose en las operaciones del sector de 2020. Los ingresos podrían ayudar a pagar un despliegue más enérgico de conexiones, algo que sin duda agradaría al Gobierno.

Es loable que Du Plessis quisiera andar con cuidado, pero también que Jansen, un exgenio del private equity y las fintech, piense de forma creativa en cómo dar un giro. Cualquier decisión importante tendrá que esperar a que el sucesor esté en su lugar. Inversores, consejeros –y Jansen– saldrían ganando si BT pusiera a un peso pesado.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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