Francia recibe luz verde para su plan de 20.000 millones en ayudas a empresas
El modelo usará capital privado avalado en un 30% por el Estado
El Gobierno de Francia ha recibido la luz verde de las autoridades de competencia europeas para su plan de ayudas a empresas, valorado en 20.000 millones, que se canalizará a través de créditos participativos y deuda subordinada. El mecanismo concebido por el Ejecutivo galo pasa por la concesión, vía bancaria, de estos préstamos al sector productivo, antes de que traspasarlos a un vehículo de inversión de capital privado. El decir, la financiación será privada, pero estará avalada en un 30% por el Estado, motivo por el que el sistema requiere de la aprobación de Bruselas.
Los préstamos, que combinan deuda y capital por lo que sirven para reforzar la solvencia empresarial, para aportar liquidez y no computan como deuda en los balances, lo que permitirá elevar la inversión. Están condicionados a que las empresas usen los fondos para invertir, no para repagar deudas actuales, indicaron las autoridades europeas, y se benefician de un periodo de carencia de cuatro años.
La financiación privada se prevé proceda de entidades de seguros o fondos que busquen rendimientos superiores a otras inversiones, aprovechando la cobertura pública. La financiación privada y la participación de la banca es la vía que ha buscado París para evitar que las ayudas se conviertan en una financiación a fondo perdido a firmas moribundas. El modelo francés está siendo observado de cerca por otros estados de la UE que buscan vías para apoyar el sector productivo.
Francia, como otros países, ya inyectó 130.000 millones en créditos blandos avalados por el estado para cubrir necesidades de liquidez durante la pandemia. Ahora las necesidades empresariales pasan por reforzar la solvencia para evitar cierres empresariales y salvar millones de empleos en la UE.
Los préstamos participativos son similares al capital en el sentido de que están subordinados a todas las demás deudas y, a menudo, vienen acompañados de una participación en los beneficios. No obstante, al igual que los préstamos tienen un tipo de interés fijo y no otorgan al acreedor ningún derecho de voto.