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El mejor plan B para Carrefour puede ser comprar Casino

Crear un líder nacional fuerte ayudaría a defenderse de rivales extranjeros y de los minoristas online

Carrefour de París.
Carrefour de París.BENOIT TESSIER (REUTERS)

El mejor plan B para Carrefour se encuentra en su propio patio trasero. Las acciones del mayor minorista de Europa se mantienen cerca de un mínimo de cinco años después de que el Gobierno francés bloqueara su adquisición por 20.000 millones de dólares por parte de la empresa canadiense Alimentation Couche-Tard. La mejor opción para el CEO del grupo galo, Alexandre Bompard, puede ser ir de compras él mismo. Su rival nacional Casino encaja en el proyecto.

Bompard podría estar tentado a no hacer nada. Ya van dos años de su plan de recuperación quinquenal, que se espera que vea el margen de ebitda del supermercado francés aumentar a un próspero 6,5% en 2022, según los datos de Refinitiv.

Sin embargo, la línea principal del grupo está estancada y es probable que su mercado interno principal se vuelva cada vez más competitivo a medida que los minoristas online y las tiendas de descuento se hagan con más cuota de mercado. Las acciones de Carrefour han perdido casi un tercio de su valor durante su mandato.

Disgregar Carrefour es una opción. El grupo de 13.000 millones de euros tiene cuatro divisiones: Francia, Europa, una pequeña empresa asiática y una participación del 72% en una unidad latinoamericana que cotiza en Bolsa. Sumadas, podrían valer 23.000 millones de euros incluyendo la deuda, según un cálculo nuestro que valora el negocio de Brasil a valor de mercado, Francia al 30% de las ventas de 2019, y Europa y Asia al 45% y 50% respectivamente. Eso implica un 26% más respecto al precio actual de las acciones.

Sin embargo, sin el negocio brasileño, en rápido crecimiento, la unidad francesa de Carrefour, que en 2019 representaba casi la mitad de las ventas, sería más vulnerable a la rápida expansión de las tiendas de descuento alemanas. Por tanto, Bompard podría intentar aumentar el volumen de ventas en Francia. El objetivo más probable es Casino, de 3.000 millones de euros, cuyas rentables tiendas de conveniencia urbanas encajarían perfectamente con sus hipermercados suburbanos. El precio de sus acciones está hundido por la deuda de su propietario, Rallye, de Jean-Charles Naouri.

Supongamos que Carrefour paga una prima del 30% por Casino, valorando el grupo en 3.700 millones de euros. Recortar las tiendas que se solapan y conseguir acuerdos de suministro más baratos podría generar quizás 500 millones de euros de sinergias anuales, dado el probable ahorro de alrededor del 2% de los costes del objetivo. Gravados y capitalizados, valen alrededor de 3.200 millones de euros, más de tres veces el valor de la prima.

Los reguladores de competencia de Francia podrían inquietarse. Juntos, Carrefour y Casino tendrían una cuota de mercado de aproximadamente un tercio. Y el Gobierno francés puede ser reacio a la pérdida de empleos. Sin embargo, la creación de un líder nacional más fuerte ayudaría a defenderse de los rivales internacionales y de los minoristas online. El presidente Emmanuel Macron probablemente pueda respaldarlo.

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