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Noticia patrocinada

Avanzando en sostenibilidad

El universo de activos financieros ESG creció más de un 100% en 2020

Getty Images

El cambio hacia un mundo más sostenible continúa su inexorable avance. La demanda colectiva está impulsando un entorno político y regulatorio favorable para la inversión con criterios ESG (por sus siglas en inglés) o factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Sin embargo, el enfoque varía en cada región.

El Viejo Continente continúa liderando la política de cambio climático con el Green Deal hacia un modelo donde el sector financiero juegue un papel cada vez más relevante financiando proyectos sostenibles. En Estados Unidos, la victoria demócrata cambia radicalmente las prioridades políticas en la agenda ESG a través del programa Build Back Better. Este plan persigue una recuperación verde, centrada en la creación de empleo y en la lucha contra la desigualdad y cuyo principal objetivo es el de conseguir un sector energético sin emisiones de carbono para 2035 y emisiones cero para 2050. Este foco en la acción climática podría provocar un aumento de los flujos hacia activos ESG continuando el positivo momentum vivido actualmente.

Las grandes economías asiáticas como Japón, Corea del Sur y China están alineadas para el objetivo de emisiones cero en 2050 y 2060, respectivamente. En los países emergentes se van cerrando los gaps de desarrollo con los mandatos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), mientras que la inversión ESG comienza a coger tracción a través de las alianzas público-privadas y los estímulos a la innovación.

La inversión sostenible y la destinada al desarrollo están cada vez más solapadas, aunque el problema sigue siendo la escasez relativa de activos y la menor información disponible con respecto a los países desarrollados.

En la economía real, estas fuertes tendencias inevitablemente pueden provocar cierta escasez de oferta e inflación local y puntual. Algunos constructores de vehículos eléctricos ya han avisado de la escasez de semiconductores y ciertos fabricantes de chips han reconocido problemas de suministro que afectan a toda la cadena. Estas consecuencias también se están dejando notar en el alza del precio de alguna materia prima como el cobre, utilizado para la electrificación.

En el mundo financiero, el universo ESG creció más de un 100% en 2020, concentrándose, su mayor parte, en activos de renta variable y bonos verdes. La inversión institucional en este tipo de activos sobrepasa los 70 billones de dólares y en la asignación de activos fue la clase de activo que más aumentó su posicionamiento.

Estados Unidos registró un crecimiento superior a la media y continúa con el mayor potencial ya que el 80% de los activos ESG siguen estando en Europa. Este tipo de activo demostró gran resistencia ante la fuerte incertidumbre generada por la pandemia, arrojando al cierre del año un mejor rendimiento que los índices globales, reforzando así la teoría de la correlación positiva entre sostenibilidad y performance financiero.

César Martinez Martin es director de asesoramiento y análisis de producto de Bankia

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