Es pronto para declarar ganadores y perdedores en el sprint de las vacunas
Los inversores deberían tener cuidado de no apostar por quienes ganan ventaja muy al principio de la carrera
Declarar quién va a ganar la carrera cuando se acaba de dar la salida no es lo más aconsejable. Lo mismo puede decirse con respecto a los países se afanan en vacunar a sus poblaciones. El Reino Unido e Israel parecen haber cobrado ventaja, mientras que Francia se está quedando a la zaga. Para inocular a una parte significativa de la población, los países deberían contar con un planteamiento centralizado, con una población dispuesta y con que nadie meta la pata. Los inversores deberían tener cuidado de no apostar por quienes ganan ventaja muy al principio.
El despliegue de vacunaciones de Israel destaca en todo el mundo. El país ha inoculado a más del 15% de su población de nueve millones, casi el doble que en Emiratos Árabes Unidos, que de momento aspira al segundo puesto del podio. El Reino Unido y Estados Unidos han subido en semanas recientes, pero al tratarse de poblaciones tan amplias no han llegado ni al 2% de sus ciudadanos. A 1 de enero, Francia apenas había vacunado a 516 personas.
Será difícil replicar el éxito de Israel. El país se aseguró algunas de las primeras dosis de Pfizer y BioNTech, tras pagar unos 30 dólares por cada vacuna, casi el doble de lo que pagaron otros países. Pero además cuenta con 400 centros de vacunación para coordinar todo el proceso de manera centralizada. El registro previo de vacunaciones de Israel hace más fácil para los profesionales sanitarios localizar a las personas para ponerles la segunda dosis.
Gran Bretaña carece de este sistema. Aunque hayan conseguido vacunar a 1,2 millones de personas en menos de un mes, el Reino Unido aún está construyendo centros de vacunación y reclutando personal. De momento, las vacunas normalmente se dispensan de manera centralizada en los hospitales y las consultas de los médicos. Peor aún, la rápida propagación de una nueva variante del virus ha llevado a los políticos británicos a la medida desesperada de retrasar la segunda dosis para poder vacunar parcialmente a más personas. Esto podría disminuir la protección de los más vulnerables.
Francia se enfrenta a problemas más gordos. Pese a contar con un sistema sanitario centralizado, la gente tiene miedo. Aunque ahora mismo el 60% de sus ciudadanos estarían dispuestos a vacunarse, en comparación con el 40% de hace una semana, sigue habiendo muchos que se niegan. Esto podría suponer que las medidas de confinamiento se tengan que prolongar durante más tiempo.
Hasta ahora, a los inversores parece gustarles la rapidez. Sin duda entran en juego otros factores, pero el índice israelí de las 125 empresas más importantes y el índice FTSE 100 de Reino Unido han subido, respectivamente, un 6% y un 5% desde primeros de diciembre, mientras que el índice selectivo de las primeras 40 empresas de Francia apenas ha subido el 2%. Con el tiempo, los mercados acabarán premiando tanto la calidad como la cantidad.