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Política

El Congreso de EE UU ratifica la victoria de Biden y Trump prevé una "transición ordenada"

El presidente electo llegará al poder el próximo 20 de enero.

El Congreso de EE UU ratificó este jueves la victoria del presidente electo, el demócrata Joe Biden, en las elecciones de noviembre, tras una larga y extraordinaria jornada que incluyó un asalto al Capitolio para interferir en el proceso de confirmación de los resultados.

Inmediatamente después de la aprobación del Congreso, el presidente saliente, Donald Trump, distribuyó un comunicado en el que se comprometía a "una transición ordenada el 20 de enero", cuando Biden llegará al poder, aunque volvió a mostrarse "totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones".

La sesión conjunta de ambas cámaras del Congreso confirmó que Biden y la vicepresidenta electa, Kamala Harris, superaron la barrera de los 270 votos electorales que da las llaves de la Casa Blanca, con un total de 306, y por tanto llegarán al poder el próximo 20 de enero. La decisión del Congreso ha llegado poco después de que el Senado y la Cámara de Representantes rechazaran las objeciones presentadas por un pequeño número de republicanos acérrimos seguidores de Trump para intentar invalidar los votos electorales de Biden en los estados de Arizona y Pensilvania.

El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, que presidía la sesión, confirmó que Biden "ha recibido 306 votos" electorales, frente a los 232 de Trump. Pence declaró que esa ratificación debía considerarse "suficiente" para aceptar la elección de Biden.

Pence puso así fin a una sesión que comenzó a primera hora de la tarde del miércoles y quedó interrumpida por el violento asalto al Capitolio de los seguidores del presidente Donald Trump, un asedio que duró casi cuatro horas y se saldó con cuatro muertos, 14 policías heridos y al menos 52 detenidos.

Al certificar la victoria de Biden, los antiguos aliados republicanos de Trump, como el vicepresidente Mike Pence y el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, ignoraron las peticiones del presidente de intervención. Además, la violencia en el Capitolio impulsó a varios asesores de la Casa Blanca a renunciar.

El resultado de los procedimientos de certificación nunca antes se habían puesto en duda, pero fue interrumpido por manifestantes que se abrieron paso a la fuerza entre las barricadas de seguridad de metal, rompieron ventanas y escalaron las paredes para abrirse paso hasta el Capitolio.

Pese a todo, tras la certificación y garantizar una transición ordenada, Trump aseguró que mantendrá su cruzada. "Siempre he dicho que continuaríamos nuestra lucha para asegurar que solo se contaban los votos legales. ¡Aunque esto representa el fin del mejor primer mandato en la historia presidencial, solo es el comienzo de nuestra lucha para Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo!", añadió, citando su lema electoral.

 Procedimiento interrumpido por el asalto

Unas dos horas después de que las autoridades consiguieran despejar el Capitolio y sus inmediaciones, ambas cámaras del Congreso volvieron a reunirse para seguir con el proceso de ratificación del resultado de las elecciones, que ya quedó confirmado en diciembre por el órgano competente en EE UU, el Colegio Electoral.

La nueva sesión duró más de siete horas debido al debate en ambas cámaras sobre dos objeciones al resultado de las elecciones en Pensilvania y en Arizona, ambas presentadas por los aliados de Trump.

Como se esperaba, las dos cámaras votaron a favor de respetar lo votado en los comicios en esos dos estados, y la sesión conjunta continuó según lo previsto.

Tras fracasar la objeción sobre Pensilvania, Pence siguió abriendo los sobres para contar el resultado relativo a cada estado, por orden alfabético, y no hubo más objeciones exitosas.

Al comenzar la jornada se esperaba que al menos trece senadores presentaran o respaldaran objeciones posiblemente en cuatro estados más: Georgia, Michigan, Nevada y Wisconsin. No obstante, el asalto al Capitolio disuadió a algunos de ellos de continuar con su plan, y ningún senador apoyó las objeciones que presentaron en esos estados varios congresistas republicanos.

Según la ley estadounidense, para desencadenar un debate y una votación en el Congreso sobre la posibilidad de rechazar el resultado en un estado, es necesario contar con al menos un congresista y un senador que apoyen la idea.

Nunca hubo ninguna perspectiva de que las objeciones presentadas en el Congreso prosperaran, puesto que cada una de ellas debe superar una votación en el pleno y los demócratas, el partido de Biden, son mayoría en la Cámara de Representantes.

Sin embargo, el presidente saliente, Donald Trump, insistió en presionar a los legisladores y a su propio vicepresidente, Mike Pence, para que se arrogaran unos poderes que no les corresponden bajo la Constitución e interfirieran en una sesión que normalmente es simplemente un trámite formal.

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