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Regulación

La CNMV y los otros supervisores de la UE revisarán los costes de los fondos de inversión

ESMA coordina una acción común para verificar el cumplimiento de la normativa

Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV.
Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV.

Los fondos de inversión están de nuevo bajo la lupa. En España las comisiones máximas están más que tasadas, aunque se aplica el café para todos: la máxima de gestión es del 2,25% y la de depositario, el 0,2%. En ambos casos, anuales sobre el patrimonio del fondo. También se puede cobrar un 18% sobre las plusvalías anuales del fondo o del 1,35% anual sobre patrimonio más el 9% sobre los resultados si se calcula sobre ambas variables. Pero ESMA quiere ir más allá y saber cómo se aplican esos costes, para lo que ha lanzado este miércoles una acción común de supervisión junto con las comisiones de valores nacionales de valores, incluida la CNMV. El análisis se ejecutará este ejercicio, según un comunicado.

Ya en 2019 la CNMV efectuó en solitario la revisión de fondos de inversión con un patrimonio de más de 6.000 millones de euros, como publicó CincoDías el 10 de junio de ese año. El análisis se centrará ahora en evaluar el cumplimiento por parte de las entidades supervisadas de las disposiciones pertinentes relativas a los costes y en la obligación de no cobrar a los inversores costes indebidos.

Desde enero de 2018, con la puesta en marcha de la regulación Mifid 2, los comercializadores de carteras solo pueden cobrar si ofrecen una mejora del servicio. Tienen dos fórmulas. Primera, cuando solo vendan (es decir, no ofrezcan asesoramiento) deberán incluir en su oferta de fondos un 25% de productos de otras gestoras en la misma categoría. Segunda, si prestan el servicio de asesoramiento no independiente, han de comparar las características de los productos  y realizar un seguimiento de su idoneidad para el cliente. Además, todas gestoras y asesores deben explicar a sus clientes, incluso antes de la contratación, qué tipo de gastos y comisiones supondrá cada producto.

ESMA también quiere que la CNMV y el resto de los supervisores vigilen las entidades que emplean técnicas de gestión eficiente de carteras (EPM, por sus siglas en inglés). El objetivo es evaluar si cumplen las directrices respecto a fondos cotizados (ETF) y otras carteras, publicadas  en julio de 2018. Los fondos españoles terminaron 2020 con una pequeña caída del patrimonio acumulado, del 0,7%, hasta los 274.721 millones de euros, según los datos preliminares de Inverco. En cambio, el Ibex se dejó más del 15% el año pasado.

La revisión se realizará sobre la base de una metodología común desarrollada por ESMA. Los supervisores nacionales recibirán las expectativas de supervisión y el calendario. A juicio del coordinador de las comisiones de valores europeas, el resultado será un "esfuerzo conjunto para llevar a cabo una acción de supervisión exhaustiva de manera convergente".

"A lo largo de 2021, los supervisores compartirán conocimientos y experiencias a través de ESMA para asegurar la convergencia de la supervisión (...) y, en última instancia, mejorar la protección de los inversores en toda la UE", señala en un comunicado. "La cuestión de los costes y el rendimiento de los productos de inversión minorista se identificó como una de las prioridades de supervisión estratégica de la Unión", añade.

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