La inversión en 2021: ganancias pero aún sin normalidad
Los expertos aconsejan asumir riesgo ante la vuelta a la actividad que permitirá la vacuna, aunque sin descuidar la prudencia
Recuperación, normalidad, renovación... Sustantivos llenos de esperanza, cuando no de declarado optimismo, dominan las perspectivas de los grandes bancos y gestoras de activos para el nuevo año. Tras un 2020 para olvidar –aunque en el terreno de la inversión no haya sido tan aciago como cabría pensar cuando estalló la pandemia–, el horizonte para 2021 se presenta con buenos augurios.
El hallazgo de diversas vacunas contra el coronavirus y su distribución exprés entre la población de las economías desarrolladas van a ser el punto de inflexión a partir del que emprender la remontada de la economía. Y también ha sido el punto de partida en 2020 para el viraje de los inversores desde los sectores más defensivos hacia los de perfil más cíclico, un trasvase que se desbordó en noviembre y que, ya con más mesura, va a ser una de las tendencias clave para el nuevo año.
Pero la ansiada recuperación no será sencilla. La segunda ola de la pandemia y la mutación del virus ya han demostrado que la senda se puede torcer: el PIB de la zona euro se contraerá de nuevo en el cuarto trimestre de 2020. Y la prioridad más inmediata es evitar que las Navidades se conviertan en el germen para una tercera ola de devastadoras consecuencias económicas. Además, incluso en un escenario neutral, sin nuevos sobresaltos, la inmunidad de la población en las economías desarrolladas que permitiría la vacuna, y con ello el regreso a la normalidad, no se alcanzaría hasta el tercer o cuarto trimestre del nuevo año, lo que impone una recuperación gradual, sin grandes concesiones a la euforia.
“La reactivación económica, por muy espectacular que sea, aunque solo sea por el efecto de base, tardará mucho en subsanar los estragos que ha sufrido en 2020 la economía mundial, que ya mostraba un anémico crecimiento estructural”, advierte Didier Saint-Georges, director general y miembro del comité de inversiones estratégicas de Carmignac.
La recuperación económica favorecerá a la Bolsa, mas la incertidumbre no desaparecerá y se impondrá la selección de valores
Frente a la debacle de 2020, 2021 será sin duda un año de crecimiento económico, en el que el regreso del PIB a los niveles previos a la pandemia será muy desigual. La producción económica y los beneficios de las empresas a nivel global podrían recuperar los niveles de 2019 a finales del nuevo año, según prevé UBS.
Pero si bien China prácticamente ya ha encajado el golpe, la recuperación plena en la zona euro no llegaría hasta mediados de 2022, de acuerdo a las estimaciones del propio BCE, a un ritmo más lento que el de EE UU. “En la zona euro, las consecuencias de la pandemia siguen siendo sumamente heterogéneas: se prevé que la economía alemana se contraerá un 5,5% en 2020, frente a la caída del 11,4 % que sufrirá España”, añaden en Barclays, donde auguran un alza del PIB en EE UU en 2021 del 4,3% y del 8,4% en China.
La Bolsa, el activo estrella
En este escenario de crecimiento, lleno de matices, la apuesta unánime de inversión de los gestores es la Bolsa. No solo por contraposición a la renta fija –con rentabilidades bajo mínimos por la actuación de los bancos centrales–, sino por el evidente crecimiento en los beneficios empresariales que traerá la recuperación, en especial en los sectores más castigados en 2020.
El giro a lo cíclico se mantendrá, aunque también las posiciones defensivas
Goldman Sachs adopta un sesgo claramente procíclico en sus recomendaciones para 2021: más exposición a Bolsa, tanto en un plazo más corto de tres meses como a 12 meses vista, y a materias primas. Reconoce que el hallazgo de la vacuna ya ha impulsado a muchos activos a los niveles de valoración que había establecido la entidad, descontando así el efecto del remedio científico. Pero insiste en que hay recorrido. “Sobreponderamos los activos de riesgo sobre los bonos de calidad, ya que los inversores miran más allá del corto plazo, de un invierno de Covid, y ponen el foco en la resistencia de la economía y en un regreso más rápido a la normalidad en 2021”, añaden desde Barclays.
Las firmas de inversión se posicionan para sacar partido al crecimiento que vendrá en el más corto plazo y también en el largo. Las acciones de empresas con visibilidad sobre su crecimiento, China y su zona de influencia, los actores que se ven beneficiados por la transición energética y, por último, las minas de oro conforman la receta de Carmignac para 2021.
“Si en 2020 la inversión giró en torno a lo grande, lo resiliente y lo estadounidense, pensamos que en 2021 la clave estará en lo cíclico, lo pequeño y lo global, a medida que los mercados y sectores más perjudicados por los confinamientos comiencen a reactivarse”, concluyen en UBS.