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Los astros se alinean para la economía circular... del lujo

La propensión a la frugalidad por la pandemia y el deseo de frenar la contaminación estimularán este mercado

 Un miembro del personal prepara un bolso durante una sesión de fotos para la plataforma de venta de artículos de lujo de segunda mano Plum.
Un miembro del personal prepara un bolso durante una sesión de fotos para la plataforma de venta de artículos de lujo de segunda mano Plum.reuters

La economía circular despegará con estilo. La propensión a la frugalidad por la pandemia y el deseo de frenar la contaminación incitarán a comprar alta gama de segunda mano. Es una ventaja para los revendedores de artículos que pueden durar una generación o más. Incluso las casas de lujo podrían involucrarse.

Levi Strauss ha lanzado una plataforma de recompra; Ikea, su primera tienda de muebles reparados; y Amazon ofrece electrónica renovada desde 2015. La durabilidad y el encanto de un bolso Louis Vuitton Speedy, lanzado en la década de 1930, le permiten conservar gran parte de su valor monetario. Debido a la escasez, los artículos de cuero usado de Hermès suelen costar un 10% más que el precio de venta al público.

Antes de la pandemia, las ventas de artículos de lujo de segunda mano ya crecían tres veces más rápido que el mercado primario, y se esperaba que se doblaran, hasta los 41.000 millones de euros, entre 2018 y 2023, según UBS. Pero las reservas potenciales son mucho mayores. Alrededor del 60% del vestuario de una mujer está ocioso en su armario, dice el distribuidor ThredUp. Basándonos en los 1,1 billones en zapatos, bolsos y ropa de alta gama vendidos en los últimos 10 años, a partir de las estimaciones de Bain & Co, y aplicando un 30% de descuento al precio original, calculamos que hay unos 500.000 millones en objetos esperando para volver a entrar en circulación.

Para actores online como The RealReal y Vestiaire Collective, que venden múltiples marcas, eso es un flujo potencial de ingresos de 98.000 millones, aplicando una comisión típica del 20%. O mayor, si el mismo artículo se vende repetidamente. La reventa también podría tentar a Gucci o Burberry, que ya han llevado a cabo proyectos piloto. Los márgenes serían probablemente menores que los de sus productos nuevos: las prendas usadas deben examinarse y, si es necesario, pulirse.

Pero vale la pena. Hasta la pandemia, la moda generaba el 10% de las emisiones anuales de carbono y era el segundo mayor consumidor de agua. Inversores y clientes pueden desarrollar un afecto nuevo por las marcas que decidan abrazar el círculo virtuoso.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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