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Los autónomos piden extender el balón de oxígeno de las ayudas públicas para encarar el futuro

ATA y UPTA esperan que algunas medidas propuestas para los Presupuestos Generales del Estado de 2021 mejoren esta situación

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Hacer frente a los problemas del presente y a la vez con la mirada puesta ya en el futuro. Así es el día a día del colectivo de los autónomos y también de las pequeñas y medianas empresas en España. En estas circunstancias se preparan para una Navidad que no se presenta con buenos augurios; oteando con inquietud el final de las ayudas con fecha 31 de enero de 2021 y con una esperanza atravesada por la incertidumbre ante el principio del final de la pandemia que pueda traer la vacuna.

Pero para empezar hay que hacerlo por lo inmediato. “Antes de pensar en el futuro, arreglemos el presente”, lanza Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos, ATA. Y esto significa responder a 1.600.000 autónomos cuya actividad ha caído un 60% o los 500.000 que están cobrando la prestación por cese de actividad, según los datos de esta organización.

Amor defiende “prorrogar el cese de actividad y los ERTES más allá del 31 de enero de 2021”, llevándolos “como mínimo hasta verano” y poner en marcha “un plan de rescate a sectores estratégicos castigados por la pandemia”. También cree que hay arreglar los problemas que tienen en el acceso a las ayudas algunas personas.

Hasta el pasado mes de octubre se habían creado casi tantas empresas como las que han cerrado

Algunos ejemplos

Es lo que le ocurre a Pablo Prieto, que tiene una empresa de marketing digital. Le han denegado la ayuda ordinaria y extraordinaria recogidas en el Real Decreto de 29 de septiembre “por lo mal que están hechas las cosas”, denuncia. La primera se la rechazaron por no haber pedido la anterior de junio y la segunda por haber cotizado los doce meses previos. “Cuando leo las dos cartas no dejo de sorprenderme por este despropósito”.

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El caso de Fran Baños es el de un autónomo que ha echado mano de varias ayudas para resistir. Como su imprenta en Vilagarcía de Arousa no va bien, ha vuelto a meter al único empleado que tiene en un ERTE, ha conseguido la ayuda en el cese de la actividad por caída en el volumen de la facturación y tiene concedidos dos créditos ICO. “O la economía se reactiva o esto es inviable”, afirma pensando en lo que tendrá que pagar cuando terminen estas ayudas.

“Lo que necesitan realmente es una moratoria, una amnistía fiscal, garantizarles que puedan pasar lo duro de la pandemia y a partir de 2021, cuando se hayan recuperado, volver a la normalidad”, declara Massimo Cermelli, profesor de economía en Deusto Business School.

Para los expertos es imprescindible que los fondos europeos lleguen a estos colectivos para su recuperación

Para el medio y largo plazo, Raúl Castellón, director del programa para directores propietarios de Esade Executive Education, propone “formación que permita redefinir sus estrategias de negocio si queremos empresas sostenibles”.

En unos meses, cuando pase esta crisis, entonces será el momento para “facilitar la creación de empresas y de autónomos con menos burocracia e impuestos”, indica Emilio González. Profesor de Economía de Comillas ICADE, y de llevar “los fondos europeos” a estos colectivos para que avancen “en la digitalización o el teletrabajo”.

Sin embargo y hasta que llegue ese día, habrá que seguir capeando “la inseguridad, no saber ni cómo ni cuándo va a terminar todo esto”, declara César García, secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos, UPTA. Una incertidumbre que curiosamente ha funcionado en los dos sentidos, negocios que cierran y otros que han surgido en estos tiempos difíciles.

“Hay mucha rotación”, aclara García. Los datos aportados desde esta asociación así lo atestiguan. En los diez meses que llevamos de 2020 se han creado casi tantas empresas como las que han desaparecido. Ganan estas últimas, pero solo por 996 unidades. “Muchos han emprendido por oportunidad, se han dedicado a hacer números y planes de viabilidad y han tirado para delante”. El dirigente de la UPTA los sitúa “en todo lo que tiene que ver con tecnología, venta por internet, pequeños talleres para mascarillas, clases particulares, etc”.

Como Arantxa López, que empezó en el mes de marzo a hacer mascarillas para amigos y familiares y decidió dar el paso en agosto creando su propia empresa, Mundo Pablopez. “Esta época es la que me ha tocado vivir. Si esperas, nunca llega el momento bueno”, dice para explicar por qué dar un paso como este en plena crisis provocada por el coronavirus.

Presupuestos Generales

Ambas organizaciones han intentado canalizar a través de distintos partidos políticos medidas para introducir en los Presupuestos Generales del Estado de 2021 y mejorar así las condiciones de los autónomos y pymes.

ATA se ha centrado en aplazamientos automáticos en el pago de impuestos y en la exoneración de las cuotas a la Seguridad Social de los autónomos con restricciones mientras dure el estado de alarma y que no se penalice el ahorro individual en los planes de pensiones.

UPTA lo ha hecho a través de dos enmiendas destinadas a reforzar el sector de la hostelería y que los autónomos puedan deducirse los gastos de manutención. La primera busca devolver alguna ventaja fiscal a las empresas con los vales de comida, para que estas se los vuelvan a ofrecer a sus empleados y beneficie también a bares y restaurantes. La segunda quiere unificar en un solo registro los gastos de alimentación y los lugares donde se hacen para que Hacienda tenga acceso a ellos y así el autónomo pueda deducírselos.

Ganadores de Lotería de Navidad en administración de Málaga
Ganadores de Lotería de Navidad en administración de MálagaEfe

El Covid se come parte de los beneficios de la lotería de Navidad

Los autónomos que trabajan en las administraciones de lotería han sufrido también el impacto del coronavirus. Lo sintieron como todos en los meses de confinamiento. Pero ahora lo están notando especialmente con el bocado que el virus le ha dado al sorteo más tradicional y esperado, el de Navidad.

“Hemos calculado un descenso en los beneficios de entre un 20% y un 30%”, asegura Alejandro Aznar, vicepresidente de la plataforma independiente de administradores de lotería, Pidal, que aglutina a unos 4.100 administradores de estos establecimientos y unos doce mil puestos de trabajo. Esto supone según sus cálculos, un descenso en los ingresos de entre los 800 y los 1.200 millones de euros.

“Ha habido un desfase importante en la venta que empezó en verano con las restricciones a los movimientos que limitaron el turismo nacional”, explica Aznar. A esto se unieron la suspensión de las fiestas patronales, “donde se venden muchos décimos y participaciones en las peñas, asociaciones culturales, etc”, la no celebración de las competiciones del deporte de base, “en los que también hay mucho movimiento”, y finalmente el cierre de la hostelería, “con la pérdida de las ventas de décimos” que se hace en estos locales. “Lo gordo se ha perdido”, se lamenta.

Estas pérdidas vienen a sumarse a unas “circunstancias que están menoscabando nuestra posición”, señala Aznar. Entre estas figuran “el descenso de las ventas”, los incrementos en “los gastos estructurales que tenemos que pagar”, unas comisiones “congeladas desde hace 16 años” (solo se subió en 2010 la correspondiente a la lotería de Navidad, de un 3,70 a un 4%) y la “competencia desleal” que nos hace el propio Estado. “Este año la situación está fatal”, se lamenta.

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