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La euforia por las vacunas se puede estrellar con la realidad

Para alcanzar la inmunidad de rebaño hace falta vacunar al 70% de la población, y cada vez hay más gente reacia a hacerlo

Cuando un barco se está hundiendo, normalmente se salva primero a las mujeres y niños. En una pandemia ocurre justo lo contrario. Después de que ayer AstraZeneca se convirtiera en la última gran farmacéutica en anunciar que su vacuna ofrece un alto grado de protección frente al Covid-19, las personas de más edad tienen muchas esperanzas de poder vacunarse pronto. En cambio, los más jóvenes tendrán que esperar más tiempo. Los inversores que contaban con una rápida recuperación se pueden llevar una decepción.

Tiene mucho sentido vacunar a los más vulnerables. En Gran Bretaña, el comité conjunto de vacunación e inmunización ha declarado que, si la vacuna se inoculase a las personas de más de 50 años, a los trabajadores del sector sanitario y a las personas cuyo sistema inmune funciona peor, se evitarían el 99% de las muertes por Covid-19. Esto permitiría a los países que han impuesto duras restricciones para proteger sus sistemas de salud empezar a reabrir sus economías.

La llegada inminente de múltiples vacunas hace que esto se vislumbre como una posibilidad real. AstraZeneca afirma que su tratamiento, desarrollado junto a la Universidad de Oxford, podría ser efectivo en hasta un 90% de los pacientes si reciben la dosis adecuada. Las vacunas rivales desarrolladas por Pfizer y Moderna parecen tener una efectividad del 95%.

Sin embargo, un despliegue rápido de las vacunas sigue siendo algo muy ambicioso. Solo en el Reino Unido hay 3,2 millones de personas de 80 o más años, y son los primeros en la cola para recibir la vacuna. Debido al elevado riesgo de infección, las autoridades serán reacias a ofrecer que se ponga la vacuna en hospitales o consultas médicas. Algunos países están considerando la posibilidad de habilitar centros accesibles en coche para las dos dosis, que deberán administrarse con un mes de diferencia.

Para alcanzar la inmunidad de rebaño, con la cual el virus deja de contagiarse, hace falta vacunar a en torno al 70% de la población, según la Organización Mundial de la Salud. Los escépticos son otro impedimento. Solo el 40% de los estadounidenses dicen que se apuntarán para recibir una vacuna de primera generación, según un índice recopilado por Axios e Ipsos.

Incluso si están dispuestos, los jóvenes y demás personas sin impedimentos quizá tengan que esperar a 2022 para vacunarse, según la OMS. Aunque algunos estén dispuestos a convivir con el riesgo, otros probablemente sigan evitando el transporte público y las grandes aglomeraciones. Esto va a limitar la recuperación de los beneficios empresariales.

Los inversores están descontando una recuperación más rápida. Los analistas esperan que las empresas del índice MSCI Global registren una caída del 17% en los beneficios de este año, según datos de JP Morgan, pero los resultados del año próximo superarían los niveles de 2019. A pesar de las buenas noticias en el tema de las vacunas, esas expectativas podrían estar teñidas por la euforia.

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