BBVA muestra a Santander y HSBC cómo salir de Estados Unidos
A los rivales del banco de Torres puede costarles más irse, por la falta de compradores adecuados
Históricamente, los inmigrantes europeos se desplazaban hacia el oeste para buscar su suerte. BBVA está tomando el camino opuesto después de vender su filial estadounidense a PNC Financial Services por 11.600 millones de dólares en efectivo. La transacción permite a su jefe, Carlos Torres convertir un negocio ingrato en oro de los accionistas. Sus compañeros errantes Santander y HSBC pueden tener dificultades para repetir el viaje.
La venta representa un doloroso revés a los esfuerzos de BBVA por desarrollar su frontera occidental después de gastar 9.600 millones en Compass Bancshares en 2007.
Estratégicamente, sin embargo, tiene sentido. Un aumento en los cargos por deudas incobrables ha hecho que los beneficios de la división estadounidense se reduzcan en tres cuartas partes este año, disminuyendo su rentabilidad anualizada sobre los fondos propios tangibles hasta alrededor del 2%, según nuestros cálculos.
Sin embargo, si bien la pandemia ha reducido las valoraciones de los bancos regionales de Estados Unidos, estas siguen siendo mucho más altas que en Europa. PNC va a pagar a BBVA el equivalente a 1,3 veces el valor contable tangible de la unidad.
La inesperada ganancia resuelve el problema de capital de BBVA, elevando su ratio de capital Tier 1 del 11,5% al 14,5%. Ello coloca al grupo español en línea con la media de la industria europea y unos 250 puntos básicos por delante de su rival nacional, Santander.
Torres planea devolver parte del efectivo a los accionistas, una vez que lo permitan los reguladores. Pero la venta también le permite jugar a ser el que mueve los hilos en un mercado español en proceso de concentración.
Otros bancos europeos con filiales estadounidenses de menor escala deberían seguir el ejemplo y recoger los bártulos. Bancos como Santander y HSBC sostienen que Estados Unidos les proporciona una importante fuente de diversificación de ganancias. Pero ambos prestamistas obtienen menos de una décima parte de sus ganancias totales de sus operaciones en aquel país. Además, a las divisiones les costaba obtener un rendimiento respetable incluso antes de la pandemia. Las operaciones locales de Santander y HSBC obtuvieron rendimientos sobre el capital tangible del 5% y el 1,5%, respectivamente, en 2019.
Una venta similar a la de BBVA sería bien recibida por los accionistas, que hicieron subir su valor hasta un 15% en la mañana del lunes. Pero hay escasez de compradores adecuados. PNC se había embolsado unos envidiables 17.000 millones de dólares por la venta de su participación del 22% en el gigante de la gestión de activos BlackRock antes de la pandemia. La mayoría del resto de prestamistas americanos están bajo presión de los reguladores para preservar capital, mientras que los legisladores son escépticos respecto a la concentración bancaria.
A los rivales de BBVA les puede resultar más difícil marcharse de vuelta al Viejo Mundo.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías