Los españoles son los que miran más la calidad-precio
El 41% de los consumidores califica su situación financiera como preocupante y prevén una reducción del gasto mensual del 27% en el próximo año
La crisis económica derivada de la pandemia ha deteriorado la situación financiera del 57% de los españoles. El 41% considera la situación actual de su economía doméstica como preocupante. Los datos se recogen en la última encuesta del informe Consumidores y nueva realidad, elaborado por KPMG, que examina la evolución de los comportamientos, entre mayo y septiembre, de más de 75.000 consumidores de 12 países y que asegura que el impacto económico es más acentuado en España que en la media global.
Esta circunstancia condiciona su gasto, ya que 9 de cada 10 consumidores han modificado su comportamiento de compra como consecuencia de esta crisis. Esta tendencia previsiblemente continuará, pues los españoles prevén una reducción neta del gasto mensual del 27% en los próximos seis a 12 meses. Este recorte afecta especialmente a los productos no alimentarios, para los que se espera una caída del gasto neto mensual del 46% en dicho periodo. Por el contrario, el gasto neto en productos alimentarios podría crecer siete puntos.
La preocupación por su situación económica y por su salud explican que los principales atributos que consideran los consumidores españoles sean la relación calidad precio (70%) y la seguridad (49%), que se consolidan como principales factores de compra. Esta segunda variable ha mostrado un especial crecimiento desde la realización del primer sondeo en mayo, situándose por encima en este último. A continuación, se sitúan la confianza en la marca (42%) y la facilidad de compra (41%).
Para Enrique Porta, socio responsable de consumo y distribución de KPMG en España, “estamos identificando cambios permanentes en el comportamiento del consumidor, que se pueden agrupar en cuatro grandes tendencias: polarización del consumo por el impacto económico de la crisis; empoderamiento del hogar como centro de experiencias; aceleración del canal online, y una relación cada vez más emocional entre consumidor y marcas, condicionada por la confianza, la credibilidad y la cercanía”.
La búsqueda de seguridad explica que 6 de cada 10 consumidores españoles prevean pasar más tiempo en casa: el 47% de los encuestados afirma que evitará los espacios públicos y que solo realizará salidas esenciales cuando se levanten las restricciones a la movilidad, mientras que el 14% asegura que se seguirá quedando en casa lo máximo posible.
De este modo, el hogar se convierte en el centro neurálgico del gasto y de las experiencias, haciendo que las previsiones de compra de los productos que se consumen en casa hayan ido en ascenso desde la primera ola. Del 16% al 21% en el caso de la comida, y del 14% al 17% en productos eléctricos y tecnología. Además, un 20% de los encuestados tiene intención de realizar mejoras en su domicilio. Todo esto va en aumento de la digitalización de los hábitos de consumo. Casi la mitad (46%) de los consumidores españoles compra ahora online de forma frecuente (frente al 33% de antes de la crisis) y esta frecuencia de compra virtual ha aumentado en todos los rangos de edad. Destaca el crecimiento del uso de las plataformas digitales especializadas en comercio electrónico, que ha aumentado un 43% en España (un incremento superior a la media global en cinco puntos porcentuales). También el canal digital de los distribuidores tradicionales ha experimentado un notable crecimiento: un 23% asegura que lo usa más que antes a la hora de adquirir productos de alimentación, y un 34% afirma que recurre más a ellos cuando desea comprar otro tipo de productos.
Aunque la confianza en la marca es uno de los principales atributos de compra para el consumidor en la actualidad, tanto la relación con las marcas como la confianza en ellas se ha visto perjudicada en estos meses: el primer factor ha empeorado hasta el 28%, mientras que la confianza neta ha descendido seis puntos desde el inicio de la pandemia.
A pesar de ello, los consumidores españoles mantienen su decisión de recurrir al consumo local, de tal manera que el 23% desean incrementar la compra de productos locales y el 6% el de marcas nacionales de alimentación, mientras que en el caso de otros productos los porcentajes ascienden al 16% y 35%, respectivamente.