Unas elecciones en EEUU que atañen a la economía del resto del mundo
Los analistas coinciden en que el peor escenario posible sería un resultado ajustado que propicie la impugnación por parte de uno u otro candidato
Un total de 200 millones de votantes, casi la mitad de los cuales ya ha depositado su voto por correo, eligen hoy al presidente de EE UU para los próximos cuatro años, así como a la totalidad de la Cámara de Representantes y a un tercio de los escaños del Senado. La elección del futuro inquilino de la Casa Blanca entre Donald Trump y Joseph Biden es una cuestión que atañe principalmente al pueblo estadounidense, pero no solo a este. Los resultados de los comicios de la primera potencia del mundo constituyen un factor determinante en el equilibrio de la política internacional y en la evolución de la economía mundial, algo que en un contexto como el actual, marcado por el azote de la pandemia del Covid-19 y por la histórica recesión desencadenada por los infructuosos intentos de contenerla, resulta especialmente trascendente.
Aunque las encuestas arrojan como favorito al candidato demócrata, la experiencia de otros comicios y el recuerdo del vuelco electoral producido a favor de Donald Trump hace cuatro años hacen aconsejable la prudencia. Más allá de que los programas de uno y otro mantienen sustanciales diferencias –también similitudes–, los analistas coinciden en que el peor escenario posible sería un resultado ajustado que propicie la impugnación de las elecciones por parte de uno u otro candidato, tal y como ocurrió en el año 2000, cuando la Corte Suprema falló al final a favor de George W. Bush. La incertidumbre que la judicialización del resultado proyectaría sobre la política y la economía estadounidenses sería un enorme factor de riesgo no solo para el país, sino también para Europa y para las empresas europeas con intereses en el mercado norteamericano, en un contexto de extrema fragilidad geopolítica y económica.
EE UU genera en torno al 20% de los ingresos de muchas de las principales empresas españolas. A cierre de 2019, las nueve cotizadas con mayor exposición en el país elevaron su cifra de negocios en aquel mercado hasta los 46.000 millones de euros. Tanto Trump como Biden ofrecen oportunidades para unas y otras en sus programas; es el caso de la apuesta del candidato demócrata por las energías renovables, que beneficiaría a compañías como Iberdrola, la inversión en infraestructuras que ambos defienden, que haría lo propio con ACS y Ferrovial, o la frenética carrera por la vacuna y el tratamiento para el Covid-19, importante para laboratorios como Grifols.
Pese a las diferencias que Trump y Biden pueden imprimir a las relaciones comerciales y diplomáticas con Europa y el resto del mundo, el nuevo presidente de EE UU tendrá ante sí una prioridad ineludible: combatir la crisis económica que sacude hoy el país y controlar una pandemia capaz de trastocar todas las previsiones.