La holandesa SHV y la francesa Rubis se disputan el butano de Cepsa
La petrolera espera recabar unos 700 millones de euros; enfoca la operación para cambiar su perfil a las energías verdes
Cepsa avanza en el proceso de venta de su división de gas GLP, aquel orientado a la producción, transporte y comercialización de gas licuado del petróleo, concretamente butano y propano. Y cuenta con dos ofertas encima de la mesa de dos de las mayores compañías del sector en Europa, según indican fuentes financieras a CincoDías. Son la holandesa SHV y la francesa Rubis.
La compañía que pilota Philippe Boisseau espera cerrar la operación antes de finales de año y recabar así en torno a 700 millones de euros. Pero llenar sus arcas de liquidez y también beneficios no es la única motivación que mueve a Cepsa para desprenderse de esta división. Tiene, además, como objetivo potenciar su perfil verde, ahora muy bajo. Este movimiento se circunscribe dentro de la nueva estrategia que la empresa prevé presentar al mercado a inicios del próximo año. Busca dotarse de una nueva estructura basada en energía verde, para lo que no descarta vender más activos y hacer adquisiciones de otros centrados en las renovables.
De acuerdo al folleto de su fallida salida a Bolsa de 2018, esta división engloba tanto la producción de butano y propano para uso clásico como la de su empleo para vehículos. Es el segundo mayor vendedor minorista de estos productos en España tras Repsol. Portugal –donde el butano no está regulado, como en España las bombonas de menos de 11 kilos, que son las que comercializa Cepsa– supone un 33% adicional en venta al por menor.
La venta retail y doméstica supone un 73% de las ventas de esta división. Mientras, el resto de facturación se concentra en la industrial, en la comercial y la relacionada con la agricultura, con un 17%, un 8% y un 2%, respectivamente. Ni desde la petrolera ni desde JP Morgan, el banco que pilota la operación, hicieron comentarios.
El negocio está en declive leve, pero constante, desde hace años
El problema está en que la distribución de bombonas de butano a hogares se encuentra en un lento declive, propiciado por el despliegue de las redes de gas natural y la mayor preferencia de los consumidores por energías más seguras y limpias. Los operadores actuales tienen complicado crecer más de manera orgánica y la única forma que encuentran de expandir su negocio es la concentración.
Ante este contexto, Cepsa, tras haber dado entrada en su capital a Carlyle hace poco más de un año con un 37% por unos 2.900 millones excluyendo la deuda –después elevó su peso al 38,5%–, ha optado por desprenderse de este negocio en su estrategia por virar hacia negocios más sostenibles medioambientalmente. Así, encomendó a JP Morgan la búsqueda de un comprador en verano, según publicó El Confidencial el pasado 22 de julio.
El problema está en que con esas exiguas opciones de crecimiento no le sobran los novios. Las exigencias medioambientales de sus inversiones y las perspectivas del negocio han retraído a los fondos de infraestructuras, muy enfocados en las renovables españolas. Uno de ellos fue el fondo francés Antin, que decidió retirarse del proceso.
Los fondos han dejado solos a los competidores industriales. Entre ellos, emergen dos ofertas, que son las que más han avanzado en el proceso, según fuentes de la banca de inversión. Se trata de los dos principales operadores del mercado en Europa: la francesa Rubis y la holandesa SHV. De momento, la operación aún no se ha cerrado.
Crecimiento reducido
La propia Cepsa apuntaba hace dos años hacia las perspectivas de crecimiento de este negocio. “Mientras que esperamos que las ventas de GLP en España se mantengan estables a medio plazo, hemos identificado Portugal e Islas Canarias como mercados para expandirnos. Hemos identificado a Portugal como un mercado en expansión debido a su déficit en GLP (la producción nacional cubre un tercio de la demanda), así como clara oportunidad de reforzar nuestra marca en el país y construir sinergias con nuestra plataforma existente. Por ello, hemos empezado a vender bombonas de butano y propano en Portugal y nuestra intención es tomar partido en el proyecto del Gobierno para dar bombonas a precios reducidos a las familias sin recursos, con el objetivo de alcanzar una cuota de mercado del 8% en 2020”, cita en el folleto de su fallida OPV.
Los fondos de infraestructura se han ido retirando del proceso
En cuanto al mercado español se fija como objetivo expandirse por las Islas Canarias, donde ha identificado un mercado con solo competidor. Espera alcanzar una cuota de mercado del 25% en 2021.
Su tercera palanca de crecimiento es la automoción, donde afirma que el gas licuado del petróleo está “incrementando su relevancia”. Sostiene que se centra en instalar nuevas estaciones con más potencia. En todo caso, estas líneas estratégicas son el aliciente con el que intenta vender este negocio, una vez que la nueva cúpula de la empresa ha determinado sacudirse esta línea operativa para ir girando su estrategia hacia la de una compañía verde.
Una actividad con precio regulado
Gases licuados del petróleo (GLP). El precio máximo de venta del gas licuado de petróleo en determinados envases, como el de la bombona de butano, está regulado en España. En la práctica, ese el precio de venta. Solo se aplica, de entrada, a los envases con carga de al menos de ocho kilos y de menos de 20, y el precio incluye el coste del traslado de la bombona al domicilio. El resto de los gases comercializados en envases diferentes tiene precio libre. La última resolución del Ministerio para la Transición Ecológica publicada el pasado 14 de septiembre establece un precio antes de impuestos de 0,784482 euros por kilo.
Estadísticas. El consumo de este tipo de gas ha ido descendiendo de forma paulatina desde 2014, según las estadísticas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Ese año, se vendieron 1,65 millones de toneladas de GLP en todas sus variantes, con precio tasado y también de venta libre, mientras que el año pasado el consumo bajó a los 1,44 millones de toneladas.
Las cuentas en Cepsa. La petrolera incluye sus negocios de GLP en el área de Marketing. En el primer semestre, esta unidad contribuyó con 176 millones de ebitda ajustado, frente a los 214 millones de euros que reportó en el mismo periodo de 2019. El ebitda ajustado total de la compañía en el segundo trimestre fue de 180 millones, un 60% menos.