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BP debe demostrar que su apuesta verde no se queda entre dos aguas

Puede que los inversores prefieran la transición de Total, con mayor flexibilidad financiera

Gasolinera de Londres, con el logo de BP.
Gasolinera de Londres, con el logo de BP.Alastair Grant (AP)

La gran transición de Bernard Looney tiene una cojerilla. Desde que reveló más detalles de su giro hacia las renovables a mediados de septiembre, el nuevo CEO de BP ha visto caer la acción un 22%, más que cualquier otra petrolera. Más que un rechazo absoluto de su apuesta, puede reflejar que los inversores prefieren otras alternativas similares.

Los resultados del tercer trimestre muestran un pequeño beneficio, ayudado por la recuperación china, después de una gran pérdida en el trimestre anterior. Pero es pronto para saber si el plan de reducir la producción de petróleo un 40% para 2030 y multiplicar por 10 la inversión en renovables es correcto. Los entusiastas del crudo pueden preferir a Exxon, que solo ha caído un 8% desde el 15 de septiembre, y es mucho más optimista en cuanto a la producción de petróleo y reticente a reducir emisiones: cotiza al 75% del valor contable, frente al 40% de BP. Y a diferencia de esta, no ha recortado sus dividendos, lo que significa que sus acciones rinden más del 10%, frente al 8% de su rival.

Debería preocupar más a Looney que los inversores verdes escojan a otro. A primera vista, no hay mucha diferencia entre BP y Total (ambos quieren invertir más en eólica y solar para tener unos 20 GW de capacidad en 2025). Pero Total, que ha bajado un 17% desde mediados de septiembre, tiene un balance más navegable.

Incluyendo arrendamientos, la deuda neta de BP es el 38% de su capital. La de Total es el 28%. Dado que evitado recortar el dividendo, su acción rinde un 9,5%. Debería poder cubrirlo con el flujo de caja operativo si el crudo se mantiene en 40 dólares, predice Bank of America. También debería hacerlo BP, y hay sitio para dos grandes petroleras en transición.

Pero la capitalización de 72.000 millones de euros de Total, frente a los 46.000 millones de BP, y una mayor flexibilidad financiera la dejan en mejor posición. Su objetivo de capacidad para 2025 consiste en instalaciones construidas, mientras que BP solo requiere que sean compromisos de proyectos firmados. El desafío de Looney es demostrar que su estrategia no se queda entre dos aguas.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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