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Tiffany no está bien preparada para la vida de soltera

Con un cambio de imagen como el de LVMH, podría valer lo que quería pagar Arnault inicialmente

LVMH justifica por qué la pandemia invalida la compra de Tiffany
EFE

La otrora ardiente persecución de LVMH a Tiffany ha pasado a acritud. Es mala suerte, porque la joyera no parece preparada para la vida de soltera. Si el acuerdo de 16.000 millones de dólares se cae, Tif­fany podría valer casi un tercio menos que su valor de cierre del lunes.

LVMH aduce en una demanda que Tiffany no ha gestionado bien la crisis, y reclama el derecho a liberarse del trato. La segunda, por supuesto, no está de acuerdo, y ha presentado su propia demanda para que lo cumpla.

Aunque todo esto sea muy entretenido, la pregunta clave es cuánto vale Tiffany si LVMH se escapa. Richemont es una comparación natural. La dueña suiza de Cartier y Van Cleef & Arpels también vende joyas a los superricos. Pero su división de relojes está en apuros, y por tanto Richemont cotiza con descuento respecto a sus pares Hermès y Kering, en unas 12 veces el ebitda. Con ese mismo múltiplo, Tiffany valdría 12.000 millones.

Pero Tiffany no es una Richemont. Para empezar, tiene la mitad del tamaño y está menos diversificada. Y además, más del 40% de sus ventas provienen de América, frente a un quinto de las de Richemont. Por contra, esta está más expuesta a Asia, que crece más rápido y parece estar saliendo del Covid más rápido que EE UU.

En su dependencia de EE UU, Tiffany se parece a otra marca emblemática autóctona, Ralph Lauren, que cotiza a unas 7 veces el ebitda. Vale, Tiffany es de gama alta, y le afectan menos las frívolas modas. Pero colocada en algún lugar al sur de Richemont y bastante al norte de Ralph Lauren, debería valer quizás 10 veces el ebitda, unos 10.000 millones: su valor actual es de 14.000 millones.

¿Por qué llegó a ofrecer tanto Arnault? Tal vez porque con un cambio de imagen al estilo de LVMH, la marca de Tiffany aún podría brillar. Una reciente encuesta de UBS detectó que la hoyera es la segunda favorita de los compradores de lujo de China, tras Cartier. Pero rediseñar su impacto global requeriría un trabajo considerable. Con tanta mala voluntad, esa propuesta debe de estar perdiendo rápidamente su atractivo.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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