Los residuos mantienen a la élite de la banca de inversión de París
Unos 16 bancos trabajan en la opa hostil de Veolia por la división de aguas de Suez
Quién hubiera pensado que los residuos mantendrían a la banca de inversión de París? Es lo que ha hecho la oferta hostil lanzada de Veolia por la división de aguas de Suez. Unos 16 bancos trabajan en la operación, con rendimientos tipo utility que, empero, podrían mejorar.
A priori, el negocio es pequeño: Veolia ofrece 2.900 millones por una participación en su presa, propiedad de Engie, de la que Francia tiene el 24%. Pero es la salva inicial de una posible compra de Suez (10.000 millones). Los tres han contratado consiglieri, dejando a los excluidos buscando alternativas, como fondos de infraestructura o private equity.
El asaltante está flanqueado por dos boutiques, Messier Maris y Perella Weinberg, además de Citi, HSBC, Bank of America, Morgan Stanley y Credit Agricole. Suez se ha agachado como un gato asustado, contratando los locales Rothschild y Société Générale, la fuerza bruta americana de JP Morgan y Goldman Sachs, y el bufete Bredin Prat. Engie tiene a los incondicionales de la liga parisina Lazard y BNP, además de Credit Suisse. Barclays asesora al Gobierno.
Tantas bocas que alimentar no se traducen necesariamente en un festín. Asumiendo que los honorarios equivalen al 1% de la oferta en el mejor de los casos, los siete asesores de Veolia podrían ganar unos 4 millones cada uno: suficiente para nuevas corbatas de Hermès pero no para un nuevo guardarropa en Cifonelli. Además, hay una lista de abogados que pagar, como Cleary Gottlieb. Y Deloitte, que trabaja en asuntos antimonopolio.
El sector está necesitado. El fuerte reclutamiento de boutiques como Centerview (cuyo nuevo socio Matthieu Pigasse asesorará a Engie) se basaba en los traslados por el Brexit y en más exclusiones de Bolsa. Pero la pandemia ha reducido a la mitad el volumen de las fusiones locales. Eso podría cambiar si la oferta de Veolia es un mero aperitivo de una compra completa de Suez. Puede que sea un año pésimo, y el de las aguas residuales un negocio poco glamoroso, pero los banqueros de París seguirán pareciendo elegantes cuando se acabe.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías