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Contante y Sonante
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El nuevo mapa bancario español estará concluido en 2023

Quedarán CaixaBank, Santander y BBVA, y un pequeño grupo de bancos nicho o locales. De momento, Sabadell será el próximo en fusionarse, según el mercado, mientras Kutxabank busca una gran operación

MADRID, 04/09/2020.- Fotografía de multiexposición que muestra los logotipos de las entidades bancarias Bankia y CaixaBank
MADRID, 04/09/2020.- Fotografía de multiexposición que muestra los logotipos de las entidades bancarias Bankia y CaixaBankJuan Carlos Hidalgo (EFE)

El cambio del mapa bancario español ya es imparable. El inicio de la pandemia había paralizado los posibles proyectos de integración en España, el que se ha sabido ahora era el de Bankia y CaixaBank. Se esperaba que la crisis del Covid fuera cuestión de unos meses. Pero no ha sido así. Y lo que se había paralizado, ha tenido que reactivarse incluso con urgencia. A los tipos negativos de interés se le ha unido la parálisis económica durante más tiempo de lo previsto. De ahí que las fusiones que se habían postergado, se han tenido que reactivar ante la cada vez más debilitada rentabilidad del sector.

El primer paso es la fusión de Bankia y CaixaBank, que dará lugar al mayor banco español. Esta unión será la impulsora de otras operaciones en el mercado nacional, pero se espera que también a nivel continental, o eso desean los supervisores. Es curioso, según destacan algunas fuentes financieras, que al final, el mayor banco de España, fruto de más de una decena de uniones, tenga su origen en las caja de ahorros. Aunque también destacan que entre CaixaBank y Bankia suman alrededor de 32.000 millones de euros en ayudas públicas (24.000 millones de Bankia, unos 1.500 millones de BMN y unos 7.000 millones de Banco de Valencia, absorbido por CaixaBank).

Ahora el mercado espera que la siguiente fusión sea la de BBVA y Sabadell. Aunque como repite el Banco de España, las fusiones dependen de sus accionistas, no de los supervisores.

De hecho, según mantienen todas las fuentes consultadas, es la única que puede llevar a cabo Sabadell para ser más rentable, una vez eliminados CaixaBank y, sobre todo, Bankia, con quien ha negociado en varias ocasiones. Santander, por su parte, que no tiene intención de abordar otra operación corporativa en España tras la compra de Popular.

El banco que preside Ana Botín tiene aún que terminar de digerir su compra, a lo que se suma que sus planes pasan por ganar tamaño en otras ligas, como la europea. Aunque en el mercado apoyarían una unión de Santander y BBVA.

El resto de los bancos son demasiado pequeños o débiles para llegar a protagonizar una fusión con Sabadell que consiga elevar la rentabilidad de la entidad resultante y poder resistir los envites de un bajo negocio y una fuerte competencia. “Aunque nunca se sabe”, señalaba ayer un banquero con gran experiencia, que recordaba que en el mercado se rumorea que Kutxabank quiere protagonizar una operación corporativa importante, que le permitiera dar un gran salto, comentario que ha sido corroborado por otras fuentes.

De cualquier forma, y repitiendo las declaraciones de varias fuentes financieras, “ahora, todos los que hemos salido de la crisis volveremos a hablar con todos. Incluso CaixaBank se había acercado recientemente a Banco Sabadell, aunque su sueño siempre ha sido Bankia, objetivo que parece que se va a cumplir”.

El Banco de España eso sí está a favor de que se lleven a cabo estas operaciones. Pero de momento, y según mantienen todas las fuentes consultadas, la operación ahora con más sentido, tras la de CaixaBank y Bankia, es la de BBVA y Sabadell, una vez eliminados sus dos  eternos pretendendientes (las dos excajas de ahorros han coqueteado con el banco que preside Josep Oliu).

El supervisor no pone trabas a una fusión de Liberbank, Unicaja, Kutxabank, Ibercaja y Abanca, para dar lugar a un banco mediano potente, pero cree, según apuntan fuentes financieras, que es una operación imposible, con grandes egos entre sus dirigentes. Pero hasta que se resuelva este puzzle de fusiones, las entidades seguirán cerrando oficinas y reduciendo plantillas.

Los planes del Banco Central Europeo (BCE) para lograr bancos transfronterizos tardará aún varios años. Mínimo tres, según las mismas fuentes. Primero cada país tiene que arreglar su casa y luego lanzarse a formar acuerdos europeos si es que las normativas han comenzado unificarse. “Las fusiones buscan rentabilizar el negocio bancario, buscan sinergias y hoy por hoy, no nos engañemos, no hay sinergias entre un banco español y otro francés, por ejemplo’, asegura un alto directivo financiero.

Por cierto, Bankinter podría resistir en el futuro como banco de nicho. Las dudas que presenta para el mercado esta firma es si podra seguir siendo tan rentable una vez que se desprensa de Línea Directo. Abanca, considerado un banco de autor, también tiene que pasar por una transformación. ¿Nuevas compras? ¿Salida a Bolsa?. El mercado no menosprecia la habilidad de Juan Carlos Escotet para hacer banca, pero el tamaño de Abanca es como el del resto de la banca mediana, por lo que necesita más fuelle para superar unos años de travesía entre tipos negativos y la crisis económica derivada de la pandemia.

Eso sí, el otoño parece presentarse caliente, por lo menos para el sector financiero español y para el italiano, que también ha iniciado, como el español, su propio proceso de fusiones nacionales. El Gobierno italiano plantea la integración del Monte de Pach di Siena, recapitalizada cautelarmente en 2017, con otra entidad italiana para fomentar “el nacimiento del tercer o cuarto banco del país”.

El Estado tiene el 68% del capital de la entidad italiana, pero su más reciente nacionalización hace que esté menos madura que Bankia para buscar pareja: aún tiene que levantar capital y quitarse de encima varios miles de millones en activos tóxicos.

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