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Banca

El Estado se sentará en el consejo de la nueva entidad

Goirigolzarri será presidente ejecutivo, con menos funciones, mientras que Gual y Sevilla salen del organigrama, dominado por la firma catalana

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank (izq), y José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Banki (der)
 EUROPA PRESS
   (Foto de ARCHIVO)
 01/01/1970
Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank (izq), y José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Banki (der) EUROPA PRESS (Foto de ARCHIVO) 01/01/1970EUROPA PRESS

Esta semana es decisiva para el futuro de Bankia y CaixaBank. Si todo sale como está previsto, el próximo domingo 13 de septiembre, los consejos de administración de ambas entidades se reunirán para aprobar su fusión, aunque será a finales de octubre, también según el calendario previsto pero totalmente modificable, cuando las respectivas juntas extraordinarias de accionistas deberán ratificar la fusión.

Culminará así un proceso que se inició entre enero y febrero de este año, cuando la pandemia no había hecho aún acto de presencia a nivel internacional y solo era un problema para China. Varias fuentes implicadas en las negociaciones desvinculan así esta operación de la crisis del coronavirus, aunque es cierto que con el Covid a la negativa influencia para el negocio bancario de unos tipos de interés bajo cero se le unió la parálisis de la economía, lo que agravaba la salud de la banca.

Los primeros contactos fueron impulsados por el presidente de la Fundación La Caixa, Isidro Fainé, con la ministra de Economía, Nadia Calviño, el presidente del FROB, que controla casi el 62% del capital de Bankia, Jaime Ponce, y por el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. La participación del BCE en este proceso ha sido prácticamente nula.

En junio se intensificaron los contactos, aunque no fue hasta hace unas semanas, cuando se contrataron los servicios de los bancos de inversión para realizar la due dilligence de la operación.

Ahora, gran parte de los números están hechos, pero quedan flecos muy importantes para que la operación llegue a buen puerto. Uno de ellos es cerrar la prima que CaixaBank pagará a los accionistas de Bankia por su absorción. El FROB reclama inicialmente una prima del 20% sobre el valor de la cotización: el viernes Bankia subió un 33% y CaixaBank y 12%.

La operación se llevará a cabo sin ampliación de capital en efectivo, y el coste de la reestructuración, con la salida de 7.000 a 8.000 empleados en tres años, de una plantilla de unos 44.000 trabajadores (sin contar las filiales del grupo), y el cierre de 1.500 oficinas, de unas 6.600 que suman entre las dos entidades, irán a cargo de la cuenta de resultados.

Además, tanto CaixaBank como Bankia cuentan con excedente de capital. Otro punto también clave que queda por cerrar es el organigrama y el consejo de administración. De momento, y si no cambian las cosas en los próximos días el actual presidente de CaixaBank, Jordi Gual, queda fuera de la futura entidad, lo mismo que el consejero delegado de Bankia, José Sevilla.

El presidente del futuro banco será José Ignacio Goirigolzarri, que contará con funciones ejecutivas, aunque sus funciones estarán limitadas. Gonzalo Gortázar, actual consejero delegado de CaixaBank, repetirá cargo en la nueva entidad, y en la práctica tendrá más funciones que el presidente, algo que fuentes implicadas en las negociaciones consideran lógico, ya que es la entidad catalana la que adquiere Bankia. Por esta razón el organigrama estará dominado por directivos de CaixaBank, lo mismo que el consejo, también ahora en pleno diseño.

El mayor accionista de la sociedad será la Fundación La Caixa, que a través de Criteria controlará en torno al 30% de la nueva entidad. Mientras tanto, el Estado, a través del Frob, quedará relegado a entre un 14% y un 16% de la nueva CaixaBank-Bankia.

El consejo, así, se repartirá entre tres cuartas partes de consejeros procedentes de CaixaBank: casi todos independientes, pero habrá consejeros dominicales para representar a Criteria; y una cuarta parte corresponderán a consejeros derivados de Bankia. De hecho, el FROB, que en la entidad de origen madrileño carecía de representante, tendrá ahora como mínimo un vocal. En cualquier caso, el número total miembros del consejo de administración es un extremo aún por decidir.

Los responsables del nuevo banco tienen la intención de pactar las salidas de empleados con prejubilaciones y bajas incentivadas. El problema es que las plantillas de ambas entidades han sufrido ya varios ajustes, por lo que el número de empleados mayores de 52 años parece reducido para sumar la mayoría de las salidas. Hay territorios con medias muy por debajo de los 50 años de edad.

De momento, el viernes pasado, equipos de Bankia trasladaron a toda la plantilla mensajes positivos. En el caso de CaixaBank, los directores de zona de la entidad no han dirigido ningún mensaje a la plantilla.

CaixaBank acaba de acometer un ajuste de plantilla, con la salida de más de 2.000 empleados el pasado año. Es cierto que las adhesiones al ERE de esta entidad superaron en un 33% el número pactado de salidas entre el banco y los sindicatos. CaixaBank ha cerrado tres ERE consecuentivos, con más voluntarios que despidos.

Goiri y Gartázar, ya hicieron negocios juntos

Bancomer. El actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (conocido en el sector como Goiri), y Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, y que repetirán cargo en la nueva entiadad resultante de la fusión de los dos bancos, no es la primera vez que compartirán negocio. En el año 2000, lo dos directivos estuvieron trabajando juntos en la compra del mexicano Bancomer, adquirido por BBVA ese año, y que es desde entonces su principal fuente de ingresos. Entonces, Gortázar era el responsable del equipo de Morgan Stanley que asesoró al banco español en la batalla por hacerse con la firma mexicana frente al también banco azteca Banamex. Goirigolzarri, entonces responsable de las operaciones en Latinoamérica de BBVA fue quien dirigió la operación porparte del grupo espaol en México.

Asesores. Ahora, Morgan Stanley trabaja como asesor de CaixaBank en la operación de fusión, mientras que Rotschid lo hace para Bankia.

El contribuyente. La operación de fusión de Bankia y CaixaBank no supondrá la devolución de los 24.000 millones de euros inyectados en la firma que preside Goirigolzarri. Eso sí, el banco público se unirá a otra entidad para crear el mayor banco de España, lo que hará mas rentable la participación en el capital de la futura institución, explican desde las entidades.

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