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La gestión de las ayudas europeas determinará el futuro de la España rural

La pandemia evidencia las carencias fuera de las ciudades Las asociaciones rurales piden conectividad de calidad

Imagen de La Puebla del Río (Sevilla).
Imagen de La Puebla del Río (Sevilla).EFE

El acuerdo alcanzado el pasado mes de julio sobre el fondo europeo de recuperación da esperanza a los sectores y colectivos más afectados por la crisis provocada por la pandemia de coronavirus. Las ayudas que se otorgarán a los Estados miembros estarán condicionadas a la presentación previa de planes de reformas e inversiones que tendrán que poner su foco en fomentar la digitalización, la transición ecológica o la cohesión social y territorial. Por ello, las organizaciones que luchan por el reto demográfico ven en ellas una oportunidad para paliar los problemas que la pandemia ha evidenciado en el medio rural. Aun así, aseguran que la clave no está solo en la cantidad de los fondos comunitarios que se reciban para este fin sino en el cómo se van a gestionar.

Desde la Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA, por sus siglas en inglés) subrayan que en España haría falta una reformulación de las políticas de cohesión territorial que tengan más en cuenta la realidad de los núcleos poblacionales. La coordinadora de este lobby europeo, Sara Bianchi, señala la digitalización como punto de partida, pero no solo con el objetivo de que España esté al 100% conectada, sino que lo haga con un servicio de “última generación”, que le permita competir con otros territorios.

El presidente de la Red Española de Desarrollo Rural (REDR), Secundino Caso, coincide en este sentido y asegura que “la fibra óptica hasta la última casa es una ventana al mundo, una oportunidad, algo clave”, y más después de la pandemia, cuando a su juicio será clave saber el cómo y en dónde invertir. Por lo pronto, la Agenda España Digital, que presentó este mismo mes el Gobierno, tiene el objetivo de garantizar que el 100% de la población tenga cobertura de 100 Mbps en 2025,

Asimismo, la necesidad de teletrabajar por la crisis, evidenció las carencias de la red de infraestructuras y también de los sistemas más básicos, como el sanitario. El aislamiento de algunas zonas supuso más protección frente al Covid, “pero una vez que entra, el territorio es el más vulnerable”, asegura la presidenta de la Asociación Española contra la Despoblación, Lidia Díaz.

En este sentido, Bianchi (SSPA) también subraya que la pandemia hizo temblar a provincias como por ejemplo Soria, una de las más afectadas a nivel europeo por el virus, "que cuenta con una red sanitaria caracterizada por la poca accesibilidad y la falta de personal". De hecho, poner el foco de las ayudas comunitarias en la España vaciada es algo que reclaman expresamente desde los Gobiernos de las comunidades de Castilla y León, Aragón y Castilla-La Mancha, que cuentan con las tres provincias más despobladas del país: Soria, Cuenca y Teruel, con una densidad de menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado.

Oportunidades

Por otro lado, Lidia Díaz asegura que hay zonas rurales con “una red económica muy básica”, que han recibido un gran impacto en estos últimos meses, a pesar de la importancia de la agricultura y la ganadería, que aunque no pararon la actividad, “muchos empresarios no conseguían vender sus productos a un nivel normal”. Asegura que los bancos de alimentos aumentaron considerablemente su demanda porque las familias se vieron con dificultades económicas.

Frente a ello, Díaz apunta que la puesta en marcha del Ingreso mínimo vital (IMV), medida que adoptó el Gobierno en medio de la crisis sanitaria, puede favorecer a que esas personas no se vayan de los pueblos y que decidan quedarse para buscar el trabajo sin recurrir a las grandes ciudades.

Asimismo, señala que la pandemia ha evidenciado la necesidad de invertir en la industria nacional, para proveer al país de los recursos básicos sin tener que depender del exterior, lo que se traduce en una oportunidad de crear y deslocalizar empresas de distintos sectores en pequeños municipios, “también de alto componente tecnológico” que active los territorios y tengan oportunidades a escala global, según Sara Bianchi, que destaca los incentivos fiscales y la inversión en I+D como unas de las claves para la recuperación.

“Los fondos se tienen que orientar no a gastarlos lo más pronto posible, sino a tener claras las medidas que se van a adoptar”, subraya, poniendo en valor las conclusiones relativas a la vertebración territorial que se adoptaron en el marco de la Comisión para la Reconstrucción que se creó en el Congreso para recoger propuestas anticrisis, que están en línea con las peticiones de las organizaciones rurales. Así, todas ellas señalan que el fondo europeo, que pondrá a disposición de España hasta 140.000 millones (la mitad en transferencias) ofrece muchas posibilidades, alineadas con los objetivos del Marco financiero plurianual, que aspiran a una Europa verde y conectada.

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