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Entrevista

Juan José Nieto (NK5): "Si no se amplian los ERTE en el turismo, quebrarán muchas empresas"

"Vamos a asistir a muchos concursos y reestructuraciones de deuda en 2021 por el endeudamiento contraído para parar el primer golpe"

Juan José Nieto, fundador de NK5
Juan José Nieto, fundador de NK5

NK5 es la última aventura de Juan José Nieto, un empresario con un extenso currículum. Director general de Proyectos y Alianzas Estratégicas de Telefónica, consejero delegado de Antena 3, presidente de Via Digital y de Service Point y fundador de la firma de servicios financieros Arcano. "NK5 fue fundada hace cinco años centrada en dos direcciones: reestructurar compañías desde el punto de vista financiero y ayudarlas a sobrevivir e invertir en empresas con problemas. Solemos hacer una o dos operaciones al año", recalca Juan José Nieto, fundador de NK5, que confiesa que lleva trabajando desde hace 15 meses de forma intensa en el sector turístico, sin sospechar la crisis que se iba a desencadenar a partir de marzo como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Cree que el sector atraviesa una crisis que solo superará con la ayuda de la banca para ganar liquidez, con la ayuda del Estado para suspender el empleo hasta final de año y con reestructuraciones empresariales para reducir los niveles de deuda acumulados en el pasado y en los tres últimos meses. "No se recuperarán los ingresos previos al coronavirus hasta 2022 0 2023", asegura.

R. Lleva más de un año revisando las entrañas financieras de muchas empresas ligadas al turismo. ¿Es tan dramática la situación como la pintan aerolíneas, hoteles y agencias de viajes?
R. Sí. Lo que hemos hecho estos meses es realizar planes de choque para dejar a las empresas en suspenso, con poco nivel de gasto y en ERTE, y ahora entramos en la fase de estabilización. Creo que julio va a ser un mal mes y agosto será mejor de lo previsto. Ahora empieza una recuperación lenta de la actividad, en la que los grupos hoteleros van a tener margen negativo. Estas compañías van a poder seguir operando, con menos clientes y cuentas de resultados destrozadas, pero cuando vamos a ver los problemas operativos va a ser en 2021. Se recuperarán los flujos de turistas, pero todo el esfuerzo financiero que han hecho las empresas para resolver su corto plazo habrá que devolverlo. Eso le ha metido mucho plomo en deuda a empresas que no están trabajando ni al 10% de lo habitual. Vamos a asistir en 2021 a muchos concursos, reestructuraciones de deuda o compras masivas de activos.
R. Pese a la lo duro de la crisis, las moratorias hipotecarias y los pactos entre propietarios e inquilinos han impedido que se dispare la morosidad...
R. Superado el envite del verano va a a haber una segunda vuelta. El que tenga más deudas tendrá que sentarse a perder carga hotelera y tanto propietarios como gestores deberán pagar los créditos en doce meses, que se sumarán a los que ya tenían en escenario en que no van a recuperar la actividad como la tenían antes de la crisis. La gran diferencia con la anterior crisis es que los bancos han actuado con gran sentido de la responsabilidad y del deber poniendo dinero gracias al apoyo del ICO. En los dos últimos meses han autorizado tantas operaciones como en 2019, ya que ahora están mucho más sanos financieramente y disponen de mucha liquidez.
R. ¿Qué valoración hace de las medidas adoptadas por el Ejecutivo para mitigar el impacto de la crisis sanitaria en un sector que representa el 13% del PIB y del empleo en España?
R. Las medidas sectoriales están fallando y se ha titubeado mucho con los anuncios y desmentidos respecto a la movilidad y a las cuarentenas. Los mensajes tienen que ser pocos, claros y concretos y no puede haber tanta gente interviniendo en ello. No hemos sabido dar la batalla de la comunicación y eso ha perjudicado, ya que si el turoperador no lo ve claro moviliza recursos a otros países. También me ha sorprendido la pasividad de algunas autonomías a la hora de retomar la actividad. No entiendo como la Comunidad Valenciana, Baleares o Andalucía no han hecho planes de choque para potenciar el turismo local a través de bonos de viaje, como en Italia.
R. El principal escollo se encuentra ahora en la negociación de la ampliación de los ERTE de fuerza mayor para el turismo, que afectan a un millón de trabajadores.
R. Los hoteles que están empezando a abrir ahora son negocios de recursos humanos y no van a poder echarse a la espalda el peso de los salarios cuando se han quedado sin ingresos. Si los ERTE no se amplían en el turismo, quebrarán muchos grupos. Y eso será un drama porque no habrán quebrado por la mala actuación de los accionistas o de los gestores, si no exclusivamente por la desaparición de los ingresos. Es necesario que los ERTE puedan extenderse y sean flexibles para incorporar gente. Tiene que ser una herramienta para que las empresas mantengan negocio y empleo.
R. En los últimos trimestres se ha producido una tendencia en la que las cadenas se han quedado como gestoras de los hoteles y han transmitido la propiedad a grandes fondos. ¿Cree que esa tendencia ha llegado para quedarse?
R. Las grandes hoteleras que explotan muchas marcas venderán hoteles y saldrán de enseñas. El negocio se va a reciclar por inversores con perfiles de riesgo diferente, se ampliará la separación entre el operador y el gestor del negocio y se tiene que reorientar la estrategia turística, que hasta ahora ha estado conducida por el volumen de llegadas y no por los ingresos. Con la llegada de inversores, como Atom, Corum o Blackstone, se ha cambiado la visión del sector. Un hotel ya no es un edificio lleno de camas, sino un activo en el que se puede invertir para mejorarlo y del que se pueden sacar mejores precios medios y una mejor experiencia para el cliente.

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