El BCE alerta del alto apalancamiento de las compras del capital riesgo
La entidad avisa sobre un tercio de los 8 billones que supone el sector
El capital riesgo ha espoleado las finanzas mundiales tras la anterior crisis. Sin embargo, sus agresivas estrategias de financiación han encendido las alarmas cuando la economía se enfrenta a otro shock económico, en este caso derivado del coronavirus. El BCE ha considerado las operaciones llamadas de buyout –basadas en financiar la toma de una participación mayoritaria en una compañía utilizando capital por alrededor del 50% y financiando el resto con deuda– como un riesgo para la estabilidad financiera.
El BCE calcula que el private equity representa actualmente 8 billones de dólares en todo el mundo. En torno a un tercio corresponde con esos grandes fondos de buyout, que son los que la institución europea pone ahora en cuarentena. Al margen quedarían otro tipo de operaciones con menor endeudamiento, o aquellas dedicadas a apoyar firmas en fase de crecimiento con participaciones minoritarias (growth) o inversiones en startups (venture capital).
“Los altos niveles de endeudamiento incrementan los retornos de los inversores en private equity, pero al mismo tiempo amplifican el riesgo de crisis las recesiones. En segundo lugar, los altos niveles de endeudamiento incrementa las probabilidades de default. La recesión por la pandemia del coronavirus incrementa el riesgo de default en las carteras de los fondos de buyout”, indica el informe de estabilidad financiera de la institución que preside Christine Lagarde.
El BCE apunta a un conflicto entre los inversores en private equity, que buscan maximizar sus retornos en capital y cuentan con menos incentivos que los inversores estratégicos para apoyar a las compañías con problemas. Mientras, apunta que los tenedores de deuda se orientan hacia buscar un repago. También señala, como tercer riesgo del sector, su alto grado de concentración en unos pocos gestores.
La institución recalca, además, que las compañías controladas por fondos de capital riesgo cuentan con un rating inferior –en el entorno de B–, prueba de su alto endeudamiento. Además, el BCE calcula que el 80% del mercado europeo de finanzas apalancadas lo protagonizan créditos respaldados por compañías participadas por fondos de private equity, mientras que en EE UU suponen en torno a la mitad del mercado.
Efectos positivos
No todos los efectos de este tipo de fondos son negativos, según el BCE. “Los fondos de private equity pueden apoyar la productividad reestructurando cúpulas ineficientes e impulsando el capital a las industrias de mayor crecimiento”, señala el informe. También apunta al papel clave que puede jugar el exceso de capital, el llamado dry-powder, para proveer de financiación a las compañías participadas en caso de recesión, que puede incrementar tanto los retornos del fondo como tener un efecto contracíclico. El BCE calcula que el valor de este dry-powder alcanza el billón de dólares en todo el mundo.