El Gobierno francés advierte de que Renault "puede desaparecer"
Francia y Renault negocian un préstamo estatal de unos 5.000 millones de euros
El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, ha lamentado la grave situación que vive Renault debido a la crisis del coronavirus y ha llegado a asegurar que "se juega la supervivencia" y "puede desaparecer".
Así lo ha señalado Le Maire en entrevistas publicadas por el diario Le Figaro y la radio Europe1, en las que ha advertido que tanto la marca del rombo como los grandes constructores industriales "pueden desaparecer".
Le Maire anunció a finales de abril que el Estado está negociando un préstamo de unos 5.000 millones a Renault para ayudar a la empresa frente a la crisis provocada por la pandemia. El Ejecutivo galo posee un 15% del capital de la empresa.
Para llevar a cabo esa transacción, el Ejecutivo le reclama "compromisos" en tres direcciones: el vehículo eléctrico, el respeto de las compañías auxiliares y la localización en Francia de sus actividades tecnológicas más avanzadas.
El primer ministro francés, Édouard Philippe, afirmó miércoles que el Gobierno de Emmanuel Macron será "intransigente" sobre el cierre de plantas de la marca del rombo en el país. "Seremos intransigentes en la preservación de las plantas de Francia. Es una empresa mundial pero su raíz francesa es evidente, y seremos exigentes sobre este punto", afirmó en el Senado.
Renault informará de su plan de reestructuración el 29 de mayo, un día después que Nissan. La marca del rombo prevé un ahorro de 2.000 millones de euros en tres años y el cierre de tres plantas en Francia, según la publicación Challenges.
De acuerdo con el medio francés, las factorías que están sobre las cuerdas son las de Dieppe, Caudan y Choisy-le Roi, que entre las tres suman más de 1.000 empleados. Mientras tanto su planta de Flins podría dejar de fabricar automóviles y pasar a ser utilizada para otras tareas, como la producción de prototipos. Allí trabajan unas 2.600 personas, sin contar el personal temporal.
El fabricante francés cuenta con cuatro factorías en España: Sevilla, de cajas de velocidades; Valladolid, una de motores y otra de automóviles, donde ensambla el Captur; y Palencia, donde monta los modelos Mégane y Kadjar. En total, emplea a unas 11.000 personas.