¿Subir el salario mínimo para pagar mejor a los esenciales de EE UU?
Es de 7,25 dólares la hora a nivel federal, frente a los 15 de la ciudad de Nueva York
No hay nada como un encierro inducido por un virus para poner de manifiesto quién es realmente importante. Todos los que atienden a los enfermos, para empezar. Sin embargo, muchos trabajadores ahora designados “esenciales” por líderes como el Gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ganan menos que el salario medio de Estados Unidos. Cualquier replanteamiento posvirus de las cadenas de suministro y otros problemas expuestos por la crisis debe considerar quién cobra qué.
Tomemos el caso de los trabajadores de ventas al por menor que mantienen alimentos en los estantes con poca esperanza de distanciarse con seguridad de sus colegas o clientes. Su salario promedio a nivel nacional es inferior a 28.000 dólares al año, o alrededor de 13 dólares la hora. Eso es apenas más que el umbral de pobreza del Departamento de Salud y Servicios Humanos para un hogar de cuatro personas, y solo alrededor de la mitad del salario promedio nacional, según el Bureau of Labor Statistics (BLS).
Los profesionales de la salud ganan al menos unos decentes 84.000 dólares al año en promedio, más de 40 dólares la hora. Eso está sesgado por los médicos y los dentistas, ambos cerca de los 200.000 dólares, pero a la enfermera titulada típica, por ejemplo, también le va bien. Sin embargo, los conductores de ambulancias y los auxiliares, que no están en la misma categoría laboral, ganan menos de 30.000 dólares en promedio, o menos de 15 dólares la hora. Los técnicos de emergencias médicas ganan solo un poco más.
Como en Reino Unido y otros lugares, los asistentes de salud en el hogar están olvidados financieramente, y muy expuestos al Covid-19. Ganan menos que los trabajadores de las tiendas en promedio, según el BLS, al igual que los conductores de servicios como Uber, según las estimaciones del think tank Economic Policy Institute. Los conductores de autobuses y los trabajadores de correos se acercan más a la media nacional. Periodistas, bancarios y funerarios están entre los más afortunados, con un salario por encima de la media.
Mientras, no hay nada remotamente esencial en los astronómicamente pagados altos financieros o, digamos, las estrellas del deporte. La pregunta es qué hacer con esta iniquidad.
Las leyes de salario mínimo son un instrumento contundente. El salario mínimo por hora en la ciudad de Nueva York es de 15 dólares. Hacer cumplir eso a nivel nacional engordaría las carteras de una decena de las aproximadamente 40 categorías del BLS que hemos identificado como coincidentes con la gente “esencial” del gobernador Cuomo, aunque eso requeriría doblar con creces el ridículo salario mínimo federal de 7,25 dólares, una víctima a largo plazo del titubeo legislativo.
Otros remedios incluyen una mayor redistribución de la riqueza a través de los impuestos, incluyendo mayores gravámenes a los ricos y a las empresas, o incluso establecer un ingreso básico universal. El que los legisladores se tomen en serio estas cosas dependerá de la rapidez con que se desvanezcan sus recuerdos del confinamiento, o de que sus vidas, como la del líder británico Boris Johnson, sean salvadas por un trabajador esencial.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías