Telefónica confirma las negociaciones para fusionar O2 con Virgin Media
La filial de la española y Liberty Global sacuden el mercado de comunicaciones británico
Después de tres días de informaciones en los medios, Telefónica ha comunicado a la CNMV que está negociando la fusión de su negocio en Reino Unido, la teleco O2, con el de la firma estadounidense Liberty Global, que opera con la marca Virgin Media, tal y como informó CincoDías el pasado viernes, tras ser adelantadas las conversaciones por Bloomberg. Según ha indicado la empresa, la operación se encuentra en dicha fase de negociación, "sin que puedan garantizarse, a esta fecha, ni los términos precisos ni la probabilidad de éxito del mismo".
En caso de alcanzarse un acuerdo, la empresa informará al supervisor, explica Telefónica, siguiendo la comunicación habitual en este tipo de operaciones.
La fusión entre ambas ha sido adelantanda en la tarde del pasado viernes. La operación, en todo caso, sería de gran volumen, unos 27.000 millones de euros, y reconfiguraría por completo el mapa de las comunicaciones en Reino Unido. Juntas, formarían el primer operador del país, con una couta de mercado del 34%, según un informe de Goldman Sachs citado por Bloomberg, en un momento en el que el sector debe afrontar cuantiosas inversiones para desplegar la tecnología 5G. La integración generaría múltiples sinergias, cuya rentabilización sería uno de los objetivos de la dirección de la operadora.
El diario The Telegraph publicaba este fin de semana que la transacción se estructuraría a través de a una joint venture con la misma participación para Telefónica y Liberty Global. De igual forma, apuntaba que ambas partes estuvieron negociando durante el fin de semana para cerrar los flecos.
La compañía resultante desafiaría al antiguo monopolio BT en el segmento de las tarifas convergentes fijo-móvil, y podría dejar a otros rivales en el negocio móvil como Vodafone y Three en una posición complicada en el caso de que este tipo de tarifas se generalizasen durante el periodo de crisis que ahora se inicia.
En términos operativos, O2 y Virgin Media son dos grupos muy complementarios, puesto que implicaría la fusión de una operadora casi completamente de móvil como O2, con uno de los principales proveedores de banda ancha fija, como es Virgin Media. Telefónica, que en 2013 vendió su pequeña filial de banda ancha fija en el Reino Unido a Sky por cerca de 200 millones de euros, gestiona 34,5 millones de líneas móviles en el país (incluidas 5,11 millones de accesos M2M y 8,71 millones de accesos mayoristas). La división británica incrementó sus ingresos un 3,8% orgánico en 2019, hasta 7.109 millones de euros, aportando más del 14,5% del total del grupo Telefónica.
A su vez, Virgin Media cuenta con cerca de 3,3 millones de clientes de móvil y seis millones de suscriptores de banda ancha fija, su principal pilar. La filial de Liberty compite con grupos como Sky, TalkTalk y la citada BT, entre otros.
Los medios británicos han especulado este fin de semana sobre los términos de la operación. Según la agencia Bloomberg, la firma estadounidense estaría preparando un pago en efectivo a Telefónica como parte de la fusión. Telefónica podría aprovechar los fondos para recortar endeudamiento.
Telefónica ha iniciado la sesión bursátil del lunes con una subida del 1%, en una jornada marcada por las bajadas generalizadas en los mercados. De hecho, a la apertura, la operadora era el único valor del Ibex 35 que registraba subidas. Pasadas las diez de la mañana, suben más de un 3% y cotizan en el entorno de los 4,31 euros. El pasado viernes, día en el que se conocieron los primeros contactos, las Bolsas europeas estuvieron cerradas. En Wall Street, los ADR de Telefónica subieron más de un 6%, mientras que las acciones de Liberty se dispararon más de un 14% en el Nasdaq.
La transacción sería la mayor de Telefónica la era de José María Álvarez-Pallete como presidente, que ha estado marcada por las estrategias de reducción de deuda. En este periodo, la operadora compró el 50% del negocio de alarmas de seguridad en España de Prosegur, por cerca de 300 millones de euros, pagados en acciones. Además, recompró un 6% del capital de su filial alemana, que estaba en manos de KPN desde la integración con E-Plus, en este caso también pagados con títulos propios que tenía en autocartera.
Telefónica ya trató de vender O2, y de hecho cerró un acuerdo en 2015 con Hutchison Three. Sin embargo, apenas unos días antes del referéndum del Brexit, la Comisión Europea bloquéo la operación, indicando que al reducirse el número de operadores móviles de red, habría un impacto en los precios que perjudicaría a los usuarios británicos.
Posteriormente, Telefónica centró su estrategia para colocar en Bolsa parte del capital de O2, pero la incertidumbre en los mercados financieros generada por el Brexit, imposibilitó cualquier movimiento en esa dirección. En la úlima reorganización, anunciada a final de noviembre, Telefónica situó a Reino Unido entre los cuatro mercados principales, junto a España, Alemania y Brasil.
Ahora, las miradas apuntan a las autoridades británicas de la competencia como claves para decidir sobre la transacción en términos regulatorios, una vez que el proceso del Brexit se ha iniciado, aunque está por ver si la Comisión Europea reclama el expediente, dada la presencia de Telefónica y la propia Liberty Global en otros países comunitarios. La compra de Everything Everywhere por parte de BT fue decidida por los reguladores británicos, que apenas pusieron condiciones.
En cualquier caso, Pallete siempre ha considerado la división británica de gran importancia, tanto por operar en un mercado de indudable peso financiero al incluir la City londinense, como tecnológica. De hecho, O2 fue la primera división del grupo Telefónica en estrenar el 5G.