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Financiación

El BCE comprará pagarés de Telefónica, Repsol, Iberdrola, Naturgy, Ferrovial y ACS

Financiará emisiones a ultracorto plazo de 14 firmas españolas. El importe máximo de los programas suma 18.000 millones de euros

Programas de pagarés de empresas españolas

Todo el mundo rema para que los círculos de la liquidez no se detengan pese al influjo maligno del Covid-19. Las empresas que cuenten con el venerado grado de inversión tendrán un comprador de último recurso para su financiación a corto plazo. El mismísimo BCE entra en la batalla de los pagarés. Adquirirá este tipo de deuda, de vencimiento ultracorto –a partir de tres días–, en el mercado primario. Las, al menos, 14 empresas españolas que cuentan con la nota requerida suman programas de emisión de esta deuda por unos 18.000 millones.

Entre las compañías que sacarán partido de la medida están Aena, Endesa, Iberdrola, Repsol, Telefónica, Red Eléctrica, Ferrovial, Naturgy, Abertis, ACS, Amadeus, Cellnex, Colonial y Viesgo (véase gráfico). Ni mucho menos esto quiere decir que les vaya a comprar todo el papel que lancen al mercado, pero sí una parte considerable.

La bazuca del BCE está cargada ahora con 750.000 millones de euros para adquirir bonos hasta final de año, que se suman a los 120.000 millones anunciados el 12 de marzo y al programa de adquisiciones mensuales por 20.000 millones. Además, irá reinvirtiendo el dinero que obtenga de los vencimientos. El arsenal de adquisiciones hasta el 31 de diciembre, que además puede ampliarse más allá y concentrarse en países o compañías en concreto, supera el billón de euros.

El Banco Central que pilota Christine Lagarde abrió la puerta la semana pasada a una medida inédita hasta el momento: la compra de pagarés. Hasta ahora, la institución solo adquiría bonos con un vencimiento residual de al menos seis meses. Los pagarés son empleados por todo tipo de empresas, incluso por aquellas de tamaño medio, si bien necesitarían un rating proporcionado por alguna de las agencias registradas en la ESMA. Y la nota mínima es el venerado BBB-, según la nomenclatura de Standard & Poor's, de Fitch y de DBRS Morningstar, y de Baa3, según la de Moody's.

Al margen de los avales que anuncio ayer el Gobierno por 20.000 millones, que cubrirán el 80% del importe en los préstamos a pymes y autónomos, y el 70% en los concedidos al resto de las firmas, los pagarés se convierten en una fórmula blindada por el jefe de la política monetaria de la zona euro.

Las compañías con grado de inversión españolas ya estaban vendiendo pagarés con rentabilidades negativas. Incluso algunas que no llegaban a ese umbral también conseguían financiarse en negativo, como El Corte Inglés o el fabricante de piezas de coches Gestamp.

La financiación en el mercado monetario es una opción para obtener dinero a corto plazo. Los pagarés, o commercial paper en la jerga, permiten obtener financiación por un plazo máximo de dos años. Y son un mecanismo ultrarrápido que se puso de moda en España cuando la banca comenzó a cobrar a los grandes clientes por la liquidez que estos tenían en sus cuentas.

Ahora, Christine Lagarde pone en marcha este plan de compras de pagarés. Desde que Mario Draghi apretó en junio de 2016 el botón de comprar bonos de empresas –desde 2015, había adquirido deuda bancaria y soberana–, nunca se había dado cabida a este instrumento de pasivo.

Los programas de El Corte Inglés, MásMóvil o Acciona, a la espera

Las compras de pagarés están restringidas, como en el caso de los bonos, a aquellas empresas con grado de inversión. Esto deja fuera a un gran número de firmas que han recurrido a este tipo de deuda a corto plazo para financiarse. Esperan que, en cualquier caso, la aparición de un comprador como el Banco Central Europeo dinamice todo el mercado.

BME cambió en 2018 la regulación del MARF. Desde entonces, ha dejado de exigir que las empresas que acuden a su mercado alternativo cuenten con un rating. La medida buscaba equiparar a su plataforma con la análogas en Londres o Dublín. Una medida que ha dinamizado el lanzamiento de deuda corto plazo en España. Las compañías sin rating, por solventes que sean, quedarán fuera de las compras del BCE.

Este es el caso de Acciona, que cuenta con un programa de papel comercial europeo por 1.000 millones en la Bolsa de Dublín. El grupo de infraestructuras, sin embargo, trabaja en un plan para refinanciar su deuda. Y lleva varios meses negociando con las agencias de calificación para obtener un rating de inversión que le permitiese lanzar bonos. De ello dependerá que el BCE pueda comprar sus pagarés.

La otra empresa del Ibex que quedará fuera de este programa es MásMóvil. Cuenta con pagarés por un máximo de 200 millones, pero la nota otorgada por las agencias está cuatro escalones por debajo del mínimo exigido.

Al borde del grado de inversión se encuentra El Corte Inglés. De hecho, S&P ya califica la emisión de 690 millones en bonos de 2018 del gigante de la distribución como BBB-, si bien la nota de la compañía se sitúa un escalón por debajo. El grupo cuenta además con un programa de pagarés registrado en el MARF, que amplió en diciembre a 1.200 millones.

La mayor parte de las compañías que integran esta plataforma alternativa necesita hacer un trabajo más profundo con las agencias de calificación si quieren beneficiarse de las compras del BCE en la deuda a corto plazo. El problema está en que algunas empresas –habitualmente familiares y muchas sin tradición en Bolsa– son reticentes a dejar que un tercero hurgue en las cuentas de la empresa y publique un informe reflejando sus debilidades y fortalezas.

Más sencillo parece el camino para compañías cotizadas en Bolsa. Algunas de ellas cuentan con los mayores programas de la plataforma de BME. Un ejemplo es Sacyr, con pagarés por 350 millones, o Elecnor, cuyo montante asciende a los 300 millones. En una situación similar están las promotoras cotizadas, como Aedas, o Europac, que estaba en Bolsa hasta la opa del pasado enero.

Un caso distinto es el de las no cotizadas. Mango, por ejemplo, lanzó hace pocos meses su primer programa de pagarés, por 200 millones de euros, en el marco de la refinanciación de su deuda.

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