El BCE discrepa sobre su munición para atajar la crisis del virus
El gobernador del Banco de Austria afirma que el banco central no puede hacer más para dinamizar la economía
El seno del BCE emana todo menos calma. La institución que preside Christine Lagarde ha tenido que salir al paso este miércoles de las declaraciones del gobernador del Banco de Austria, Robert Holzmann, que sugirió en una entrevista que la política monetaria "tenía sus límites". El banco comunitario le contestó con un comunicado en el que enmienda sus palabras.
Holzman está presente en el consejo de Gobierno del banco central, el organismo que toma las decisiones en política monetaria en Europa. Y pertenece a los llamados halcones, aquellos partidarios de una política monetaria más estricta y con menos guiños a los países del sur. "Lagarde dijo que la política monetaria había alcanzado sus límites. No podemos solucionar nosotros solos el problema, antes que nada es una cuestión de política fiscal. Es responsabilidad de los estados", ha afirmado en la entrevista. Y ha avisado de que iba a ser posible "cumplir las expectativas" del mercado.
"El consejo de Gobierno fue unánime en su análisis de que en suma a las medidas que decidió el pasado 12 de marzo, el BCE continuará monitorizando de cerca las consecuencias para la economía de la expansión del coronavirus y que el BCE está listo para ajustar todas sus medidas, como sea apropiado, en caso de que se necesite salvaguardar las condiciones de liquidez en el sistema bancario y para asegurar una transmisión suave de sus decisiones en política monetaria en todas las jurisdicciones", reza el comuniado con el que le ha contestado la institución.
Este cruce de declaraciones no ha hecho más que encender aún más la mecha en la deuda de los países periféricos. La rentabilidad del bono español a 10 años sube en 28 puntos básicos hasta el 1,31%. Y la prima de riesgo se eleva hasta el 1,51%. El rendimiento del bono italiano, por su parte, se encaroma al 2,84%.
En el trasfondo se oye el eco de las palabras de la propia presidenta del BCE. "Nuestra tarea no es cerrar las primas de riesgo", dijo Lagarde el pasado jueves, unas palabras que sentaron como un tiro a los bonos soberanos de los países como Italia, España, Portugal o Grecia. Con una situación de déficit público y de deuda más complicada, tienen muy limitada la capacidad para desplegar un paquete de estímulos suficiente para vencer a la crisis que se avecina por la expansión del coronavirus sin el respaldo de las instituciones europeas.
También el vicepresidente del BCE, el español Luis de Guindos, quiso contribuir a calmar las aguas. En una entrevista esta mañana en RNE, ha apuntado a que la respuesta española a la crisis es la adecuada. También ha señalado la necesidad de contar con una respuesta paneuropea para la crisis y no ha descartado para ell utilizar el MEDE.