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Pandemia

La banca recortará sus ganancias un 5% si el Covid-19 dura tres meses

Si la pandemia se extiende a seis meses los beneficios se reducirán en dos dígitos

Sede el Banco Central Europeo (BCE), en Fráncfort.
Sede el Banco Central Europeo (BCE), en Fráncfort.AFP

El coronavirus está afectando a todos los sectores de la economía en el mundo. Y los bancos no solo no son ajenos a este descalabro de la economía, sino que es una de las industrias que más sufrirán la crisis a medio plazo. Parece así que los peores escenarios planteados en los test de estrés se superarán en Europa.

El brote, además, se produce en un momento en el que la economía mostraba un frágil crecimiento desde la segunda mitad de 2019, y con unas previsiones para este año a la baja. A lo que se suma la cada vez mayor amenaza con tintes de muy grave para todos los negocios, según apunta un informe de Oliver Wyman sobre la banca y el Covid-19.

El estudio asegura que los bancos ya llevan algún tiempo preparándose y evaluando los efectos negativos de este virus. Pese a ello, a medida que el brote se extiende los bancos verán como aumenta el número de impagados, y por lo tanto de un incremento de la morosidad y de las provisiones, a lo que se suma unos menores ingresos por su negocio, con caída del crédito, que se une a la presión existente de los negativos tipos de interés.

Ante este desolador panorama, Oliver Wyman mantiene que tras la presión de los bajos tipos de interés, la caída de la economía, y las mayores provisiones derivarán en un recorte de los ingresos de los bancos en Europa de entre un 3% a un 5% como mínimo este año, solo si el brote dura entre dos a tres meses. A medida que el periodo se alargue, las ganancias también descenderán más.

De esta forma, si los efectos del coronavirus se extienden a seis meses la caída de los ingresos alcanzarían los dos dígitos y la amenaza de un desplome del crédito se incrementarán “considerablemente”, añade el informe.

“No hemos modelado un tercer escenario más grave porque entraríamos en un terreno desconocido para nosotros”, reza el estudio.

Oliver Wyman ha dibujado una serie de escenarios para los bancos ante los efectos del covid-19 que afectar a sus clientes, a las finanzas y a sus propias operaciones.La consultora cree que se deben considerarse tres escenarios:

1. Lo peor ha pasado en dos o tres meses: La crisis aguda se resuelve en gran medida en un período de dos a tres meses, donde el negocio vuelve a la normalidad rápidamente después de un "bache" en el camino.

2. Seis meses para recuperar el control: Un período más extenso de interrupción en un período de seis meses que conduce a un escenario de no crecimiento de la economía o a una recesión limitada.

3. Más de 12 meses de pandemia en curso: El virus se propaga ampliamente y la población permanece en estado de ansiedad que desencadena una recesión mundial.

Una vez los escenarios se han tenido en cuenta, describe cinco niveles de incidencia, entre los que destaca el quinto, que parece acercarse cada vez más a lo que está sucediendo en la actualidad.

Este nivel analiza el resultante en el consumidor final, desde los que ya viven las consecuencias en algunos sectores (como la reducción de los contratos de cero horas por parte de las empresas para reducir gastos a corto plazo), hasta una rebaja de costes más sistemática (y por lo tanto la pérdida de puestos de trabajo) en una amplia gama de sectores, a medida que las empresas adoptan medidas proactivas para proteger los márgenes de explotación durante un período de agitación de la demanda o la oferta.

El informe señala que no hay reglas perfectas para tomar las decisiones porque la información existente es imperfecta. “Pero las instituciones que tengan éxito serán aquellas que muestren los niveles necesarios de agilidad para tomar medidas decisivas y centrarse en áreas de apoyo significativas (por ejemplo, ofrecer ampliación de los plazos de crédito, vacaciones de crédito y más sin conocer las consecuencias finales de las pérdidas y ganancias y del balance general). Precisamente, esto es parte de lo que se prevé hacer en estos momentos en España, según las medidas anunciadas por el Gobierno y por las propias entidades.

La demanda de tecnología digital

El informe cita como un ejemplo de lo ocurrido en el sector financiero a China, país en el que se ha producido como consecuencia del virus, una aceleración masiva en la demanda de los clientes de los canales digitales. El sector de servicios financieros de China experimentó picos de tráfico del 900% en canales digitales clave durante el brote.

De esta forma, es poco probable que los clientes vuelvan a los canales analógicos, por ello, según explican otros expertos del sector, es muy probable que cuando se vuelva a la normalidad, el sector en España aproveche para llevar a cabo nuevos y profundos ajustes de plantilla y oficinas.

En España en la última semana está sucediendo algo similar, según los anuncios que han realizado las propias entidades.

Para lograr esto, la consultora recomienda desarrollar y poner en marcha rápidamente una campaña de concienciación sobre las capacidades digitales y aumentar el apoyo del centro de llamadas para los clientes menos expertos en tecnología en su transición a los canales digitales.

Además, recomienda que se planifiquen los cambios en la infraestructura física de las sucursales, si es necesario, para apoyar a los clientes vulnerables a través de un periodo largo de la cuarentena.

Peticiones al Gobierno y al BCE

La consultora señala que tras los planes de contingencia puestos en marcha por la banca para este periodo de cuarentena, que previsiblemente puede alargarse cuatro semanas, y después de una década de pruebas de estrés, “La mayoría de las instituciones tienen recursos suficientes para capear una recesión. Sin embargo, tras la batalla inicial, los bancos tendrán que analizar los efectos de su negocio a largo plazo. Frente a cualquier desaceleración prolongada se necesitarán estrategias de gestión renovadas”, recomienda el informe.

Concluye que los esfuerzos para que la banca logre salir del bache deben contar con la colaboración de los gobiernos y reguladores y crear políticas que apoyen la capacidad del sector para minimizar el impacto de esta crisis con sus clientes.

Entre estas medidas cita iniciativas monetarias y fiscales para apoyar la economía; cambios de la política tributaria para aliviar los negocios con problemas de flujo de efectivo, extender el plazo para el pago de impuestos; medidas para apoyar el crédito; cambios en las políticas sociales; acelerar los pagos de los procedimientos de contratación pública, sobre todo para las pymes; o medidas regulatorias para que los bancos puedan utilizar su colchón anticrisis, medidas para inyectar liquidez (ya lo ha hecho el BCE), u otros programas para aumentar las garantías o de flexibilización en ciertos plazos.

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