Qué impacto puede tener la pandemia en todo el mundo
Estudios como el de la Universidad de Australia ofrecen como escenario más favorable 15 millones de muertes y una caída de 2,4 billones en el PIB global
El coronavirus ha infectado hasta ahora a 612.000 personas y costado la vida a 6000. Merece la pena repasar algunas de las pandemias respiratorias más mortíferas del siglo XX y XXI. En 1918-20, la gripe española causó 650.000 muertes en EEUU y 50 millones en el mundo. La llamada gripe de Hong Kong de 1968-69 tuvo su origen en China, cobrándose la vida de un millón de personas. Casi 800 personas perdieron la vida en 2002 debido a SARS, cuyo virus también procedió de China. Durante la segunda parte de la crisis financiera de 2007 a 2010, el mundo tuvo que enfrentarse al virus H1N1. Entre abril de 2009 y abril de 2010, en EEUU el virus H1N1 infectó a 60 millones de personas, provocó la hospitalización de otras 274.304 y fallecieron 12.469. La vacuna que se desarrolló no estuvo disponible en cantidades altas hasta finales de noviembre de 2010, después de que dos olas de la enfermedad asolaran a EEUU.
Diez años después, la gran diferencia ante el acoso del coronavirus es la estabilidad macroeconómica y financiera de las principales potencias económicas desarrolladas y la mayoría de las emergentes. Los bancos de los países desarrollados están saneados. La mayoría de países desarrollados registran tasas de inflación muy reducidas y gozan de plena ocupación. Así sucede en EEUU (3,5%), Canadá (5,5%), Japón (2,2%), República Checa (2%), Alemania (3,2%), Dinamarca (3,7%), Reino Unido (3,8%), Noruega (4%), Países Bajos (4,1%), Austria (4,2%), Polonia (5,5%) y Australia (5,3%). El endeudamiento de los particulares es menor que en 2008, el sector empresarial registraba ganancias y los índices bursátiles lograron récords históricos en EEUU en febrero antes de perder 4 billones en capitalización bursátil en diez días.
Los países más afectados están en el hemisferio norte. Muchas pandemias han empezado en China porque permite que en mercados se vendan animales vivos (conejos, pollos y murciélagos) junto a carne preparada. Beijing rechazó la ayuda de la OMS y decretó la mayor cuarentena de la historia, aislando a los 11 millones de residentes de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, núcleo destacado de producción. Mientras que la tasa de mortalidad de la gripe es del 0,1%, la del Covid-19 es del 3,4% para los colectivos más vulnerables y 1% para toda la población.
La diferencia entre la epidemia del coronavirus y las de SARS (2003) y H1N1 (2009-10) es el gran peso comercial, industrial y turista de China en la actualidad. Su contribución al PIB mundial ha ascendido del 4% en 2003 (SARS) al 9,3% en 2010 (H1N1) y 19% en 2019. China es la primera potencia exportadora (13%) y segunda importadora (11%) mundial y parte sustancial de las cadenas de producción global. Cuarentenas totales como las de Wuhan, Italia y la recién decretada en España son necesarias pero difíciles de mantener, especialmente en democracias.
La Universidad Internacional de Australia ha elaborado siete escenarios basándose en la experiencia de la gripe de Hong Kong de 1968-69. El más optimista pronostica que la reducción del PIB de la economía internacional ascenderá a 2,4 billones de dólares y perderán la vida 15 millones de personas. Bloomberg Analitics, por su parte, prevé en su escenario más pesimista una pérdida de PIB mundial del 2,7 billones y recesiones en EEUU, Japón y la eurozona. Goldman Sachs proyecta un estancamiento del PIB en EEUU en el primer trimestre de 2020 seguido de una contracción del 5% en el segundo. Asimismo pronostica que el índice S&P podría sufrir una caída adicional de entre el 10% y 41% en los próximos tres meses.
El Consejo Mundial de Viajes y Turismo prevé la pérdida de 50 millones de empleos. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha revisado al alza su proyección de pérdida de ingresos este año para las líneas aéreas a una franja de entre 63.000 y 113.000 millones de dólares.
La Reserva Federal, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón han recortado los tipos de interés en marzo. La Fed redujo por segunda vez el domingo su tasa de fondos federales, dejándola en la horquilla de 0-0,25%. Pretende estimular la inversión de las empresas y reducir la carga de los particulares con hipotecas, deudas de tarjeta de crédito y préstamos de consumo. La Fed además inyectará 700.000 millones mediante la compra de activos. La Fed, el BCE y los bancos centrales de Japón, Inglaterra, Canadá y Suiza asegurarán el suministro de dólares –cuya demanda se dispara en una crisis a empresas– y el sistema financiero global rebajando los intereses y alargando el vencimiento de sus actuales líneas de intercambio de liquidez en dólares.
Los niveles históricamente bajos de tipos limitan la aportación de la política monetaria. Por ello, los gobiernos deben adoptar programas de estímulo. El Congreso de EEUU aprobó un paquete de medidas por valor de 8300 millones. Alarga las subvenciones por desempleo, proporciona ayuda alimentaria y asegura la baja remunerada para asalariados por hora, autónomos y los padres de los 25 millones de estudiantes cuyos colegios se han cerrado. Se otorga liquidez a las pymes y se retrasa el cobro de intereses sobre la deuda de los estudiantes.
Hay algunos indicios positivos. En China se ha estancado el número de nuevos casos. La capacidad de producción de las fábricas de China se ha elevado al 80% de la habitual. Las temperaturas altas podrían dejar inactivo al virus. El G20 tiene la oportunidad de ser la entidad de gobernanza global. Si cada uno de sus miembros aportara la modesta cantidad de 10.000 millones de dólares, un total de 200.000 millones financiaría la fabricación y distribución de material sanitario.
Hay que forjar partenariados con laboratorios, hospitales y empresas farmacéuticas privadas (GeoVax, iBio, CC-Pharming) para contener la pandemia y obtener una vacuna. La OMS debería coordinar las acciones de los gobiernos, las organizaciones internacionales y el sector privado. Para ello es imprescindible que las dictaduras –China entre ellas– sean completamente transparentes. Y que todos los agentes actúen anteponiendo las necesidades de las personas a los intereses económicos de empresas o países.
Alexandre Muns es analista de economía internacional y profesor de EAE Business School