Los txokos se vacían en Euskadi por la extensión del virus
Los socios cancelan los encuentros gastronómicos que habían previsto celebrar
La pandemia del coronavirus se ha extendido a los txokos, uno de los núcleos sociales más característicos del País Vasco. Son centros privados a los que solo acceden los socios y sus acompañantes, básicamente para hablar, comer y beber. Y jugar con pasión al mus.
Los txokos tienen una cocina común para todas las cuadrillas que acuden al local. Se comparte el uso de platos, vasos y menaje. Y los comedores también están abiertos a todos los asistentes. Es una tradición vasca, antes solo reservada a los hombres, pero en muchas de estas sociedades ya se permite el acceso a las mujeres, que además pueden convertirse en socias.
Los txokos son unos países en pequeño, con sus propias leyes, marcadas en los estatutos de cada sociedad. Las juntas directivas de estos clubes privados están limitando la actividad en sus instalaciones, aunque el acceso sigue siendo libre, según el sentido común de cada cual.
Mazarredo Zuloa es uno de los txokos históricos de Bilbao. Su junta directiva ha decidido suspender durante quince días el servicio de menú que de lunes a viernes elabora un cocinero para aquellos socios que no tienen tiempo de lunes a viernes para acercarse a los fogones.
En Mazarredo Zuloa, como en otros socios, ha caído la asistencia de comensales. Este fin de semana, hasta tres cuadrillas habían reservado casi todas las mesas para comidas y cenas. Unos 80 asistentes en total. Todos han anulado las reservas. Se impone comer en casa y con la familia, por si acaso.