La diversificación geográfica, un arma de doble filo para Santander
El frenazo, los tipos bajos y el impacto cambiario son las amenazas
Santander ha sido uno de los primeros bancos en reconocer que el coronavirus podría afectar negativamente a sus resultados para el ejercicio de 2020. Así lo explicó a sus inversores a través del informe anual (20-F) depositado en el regulador estadounidense de los mercados (SEC), como avanzó CincoDías.
Como el resto de bancos, Santander está expuesto a un doble impacto por el frenazo económico. Por una parte, porque puede suponer que se extienda el periodo de tipos de interés ultrabajos, lo que afecta a la rentabilidad, y por otro, porque ese frenazo elevará la morosidad y la necesidad de provisiones, deteriorando la calidad del activo y erosionando el capital.
La entidad presidida por Ana Botín cuenta con una gran diversificación geográfica de mercados lo que, por un lado, implica que se verá impactada en zonas castigadas por el contagio del virus, pero por otra parte tiene la posibilidad de salvar el negocio en las áreas menos afectadas por brote. Esa diversificación geográfica se traduce también en un impacto cambiario por la depreciación de las divisas de algunos mercados en los que opera, como Brasil.
Según datos de Bloomberg, la mayor parte de los ingresos obtenidos por Santander en 2019 procedieron de América Latina (el 43,9%). Los países de esta zona geográfica son los que menos contagios por el virus registran por el momento, aunque Brasil, primer mercado de la entidad cántabra (supone el 27,3% de los ingresos) es el país de Sudamérica con más positivos.
En Europa se ubican sus mercados más golpeados por la propagación del virus. En el último ejercicio el banco generó el 31,9% de sus ingresos netos en Europa continental y un 9,3% en Reino Unido. De hecho, España, segundo país de Europa y quinto del mundo con más positivos por coronavirus, representa el 14,7% de los ingresos de la entidad; Polonia, el 3,4%, y Portugal, el 2,7%.
La entidad que preside Ana Botín explicó en el citado informe anual remitido a la SEC que “estos eventos podrían causar la interrupción de la actividad económica regional o global, lo que podría afectar a nuestras operaciones y resultados financieros”, aunque no ha cuantificado todavía el posible efecto en sus resultados.
Santander señala que ahora mismo existe una incertidumbre acerca del impacto real en su negocio y que dependerá de la evolución del virus aunque “ha activado todos los protocolos y acciones necesarias para mitigar sus posibles efectos”.
El banco ha optado por medidas internas de contingencia para evitar el contagio entre sus empleados. Igualmente, ha activado un protocolo de ayudas a pymes y autónomos por el que pondrá a su disposición una línea de liquidez de créditos preconcedidos por 20.000 millones de euros, con tipos pagaderos a un año.
Con esta medida de financiación, Santander asegura que pretende “paliar el impacto del coronavirus sobre la economía y el normal funcionamiento de los negocios, además de dar a las empresas afectadas mayor flexibilidad en la gestión de su flujo de caja”.
Se une a la recomendación de teletrabajo para sus empleados
En línea con las recientes decisiones adoptadas por las autoridades sanitarias en varias comunidades autónomas, Santander ha pedido a los empleados de los centros corporativos del grupo en Madrid que teletrabajen durante las próximas dos semanas. Esta medida, que afecta a unos 8.000 trabajadores, se suma a las restricciones planteadas por el banco en las últimas semanas en todos los mercados en los que opera, como limitar los viajes que no fueran imprescindibles y evitar las reuniones con un número elevado de empleados. Además, con vistas a su junta de accionistas, prevista para el 3 de abril, la entidad ha recomendado la delegación, el voto y la asistencia remota.