Las aerolíneas más fuertes saldrán reforzadas de la epidemia
Con 6.600 millones de efectivo y una deuda neta de 1,4 veces el ebitda, IAG parece tener un buen colchón
Si el pasado puede servir de guía, el maltrato del mercado de valores a las aerolíneas debido al brote de coronavirus de Wuhan es excesivo. La propagación global de la enfermedad ha machacado a la demanda de viajes aéreos, golpeado a los precios de las acciones y empujado a la británica Flybe a la bancarrota. Sin embargo, períodos de turbulencia anteriores no han detenido la constante trayectoria ascendente de la industria.
Las consecuencias financieras de esta epidemia serán graves. Ayer, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), patronal del sector, dijo que el impacto en los ingresos de las aerolíneas podría oscilar entre 63.000 millones de dólares –alrededor del 10% de las ventas anuales mundiales– y 113.000 millones (entre 56.000 y 101.000 millones de euros) si las cosas empeoran.
Aunque algunas aerolíneas han cancelado vuelos, los aviones medio vacíos y los altos gastos generales agotarán el efectivo. La naturaleza global del brote también implica que los jefes no pueden desviar los aviones y las tripulaciones fuera de las zonas afectadas.
Sin embargo, es instructivo echar un vistazo a sacudidas anteriores. Cuando el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) surgió en China en 2003, Cathay Pacific Airways, la compañía aérea con sede en Hong Kong más expuesta al brote, sufrió una caída del 80% en el tráfico. Tres meses más tarde, sin embargo, el número de pasajeros se había recuperado completamente. Los ingresos del año siguiente fueron un 10% superiores a los de 2002. Si bien el coronavirus sigue siendo un problema para 2020, las perspectivas de ganancias de las aerolíneas para 2021 y más allá deberían mantenerse en su curso previrus.
Los inversores están adoptando un punto de vista más sombrío. Ayer por la mañana, la matriz de Iberia y British Airways, International Consolidated Airlines (IAG), había perdido 3.400 millones de euros de valor de mercado desde el 21 de febrero, cuando el coronavirus llegó a Italia. Eso equivale al beneficio de explotación del año pasado.
Sin embargo, los analistas de Bernstein calculan que el golpe a su balance final será solo un tercio de esa cantidad si la crisis dura hasta julio. Una disminución del 10% en el tráfico este año produciría el mismo resultado.
Una caída prolongada podría acabar rápidamente con los dividendos, y amenazar la existencia de las aerolíneas si no pueden pagar las deudas. Con 6.600 millones de euros de efectivo y una deuda neta equivalente a 1.4 veces el ebitda del año pasado, IAG parece tener un buen colchón. La pequeña Norwegian Air Shuttle, con 6.000 millones de euros de deuda neta, parece más inestable.
Las aerolíneas más fuertes que puedan sobrevivir a los baches deberían recuperarse. Eso convierte al sector en una partida para los creyentes en una recuperación del virus con forma de V.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías