Inteligencia artificial: un activo al alza para el futuro
Sus implicaciones y aplicaciones van a revolucionar muchos sectores y nuestro día a día: desde la inversión hasta la domótica o la salud
Hace unas semanas conocimos que un grupo de investigadores internacionales han desarrollado una tecnología capaz de diagnosticar dolencias infantiles; en verano, la revista “Science Robotics” publicó un artículo en el que daba a conocer el “brazo de Luke”, una prótesis motorizada capaz de sentir el tacto y moverse por los pensamientos del usuario, fruto de un desarrollo y una investigación de más de 15 años en la Universidad de Utah. Y estos son solo unos ejemplos de todo lo que se está desarrollando gracias a la inteligencia artificial.
El campo de la salud y de la medicina es uno de los que más está capitalizando los avances tecnológicos y el desarrollo del big data, pero no es el único. Desde la clásica imagen del robot, al coche autónomo, el sistema de reconocimiento facial y de voz, el teclado predictivo, las recomendaciones musicales, hasta los sistemas de navegación y los filtros de SPAM de los correos electrónicos.
Que la inteligencia artificial está de moda es una realidad, que ya está presente en nuestro día a día es un hecho, y que aún no somos conscientes de su enorme potencial es algo que poco a poco iremos descubriendo; su futuro se antoja tan prometedor como incierto.
Contexto e impacto económico
Desde el Foro Económico Mundial estiman que el gasto global en inteligencia artificial se va a situar en 52.000 millones de dólares en el próximo trienio. De hecho, la inteligencia artificial ha sido uno de los temas que se han tratado este año en el foro de Davos, en el marco de la Cuarta Revolución Industrial
A grandes rasgos, podríamos definir la inteligencia artificial como la tecnología que permite a las máquinas aprender a partir de grandes datos que funcionan mediante algoritmos, lo que les permite identificar patrones y tendencias y formar predicciones. Desde las investigaciones de Alan Turing, hasta la primera vez que se acuñó el término de la mano de John McCarthy en 1956, hoy en día la inteligencia artificial abarca muchos campos y se alimenta de muchas otras tecnologías: robótica, biotecnología, machine learning, etc.
En Salesforce comentan que la inteligencia artificial es uno de los temas que más invita a la reflexión en el campo de la tecnología y los negocios y que ese entusiasmo tiene su razón de ser: vivimos en un mundo cada vez más conectado e inteligente. Y la definen como “el campo científico de la informática que se centra en la creación de programas y mecanismos que pueden mostrar comportamientos considerados inteligentes” y añaden que es el concepto por el que “las máquinas piensan como seres humanos”.
Según un informe de Accenture del año 2017, la inteligencia artificial tiene el potencial de duplicar las tasas de crecimiento de los países -analizaron 12 para el estudio, entre los que se encontraba España-. El informe también ponía el foco en las industrias y destaca que para 2035 va a incrementar el crecimiento de 16 sectores, entre los que destacaba información y comunicación, manufacturas, servicios financieros, retail, transporte y alimentación o salud.
De hecho, las empresas más punteras en inteligencia artificial, tecnología y big data, son también las más valiosas del mundo por capitalización bursátil. Apple, Amazon, Microsoft o Alphabet son solo algunos ejemplos. La inteligencia artificial está despuntando en bolsa como una de las mayores megatendencias y una de las apuestas favoritas de los gestores, entre otras temáticas como la longevidad, el agua o el cambio climático.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el incremento de la esperanza de vida nos está llevando a sociedades envejecidas en las que van a primar las personas de más edad. Esta nueva realidad va a obligar a la sociedad, a las instituciones y a las empresas a adaptarse: se van a necesitar ciudades más inteligentes y modernas, casas más accesibles para facilitar la vida de los más mayores, para lo que la inteligencia artificial va a ser indispensable. La domótica va a jugar un papel fundamental para mejorar la asistencia y automatizar procesos. Además, en esta línea, también se va a incrementar la tasa de dependencia y el desarrollo de enfermedades, lo que va a venir de la mano de nuevos avances tecnológicos en materia de salud y prevención médica.
¿Qué papel están jugando los gobiernos?
Otra realidad es que son muchas las voces que alertan de la pérdida de empleo que va a traer la inteligencia artificial y reclaman más regulación. Desde Bruselas ya han propuesto limitar su desarrollo para garantizar que se respetan los derechos fundamentales, al tiempo que buscan regular su uso en algunos sectores que consideran de “alto riesgo” para el interés público.
En nuestro país, se ha creado la primera secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, que depende del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. El objetivo de esta nueva secretaría es “impulsar la transformación digital de nuestra sociedad, con la finalidad de lograr un crecimiento seguro, confiable, integrador y que respete los derechos de los ciudadanos”.