La lucha contra el virus depende de medidas económicas prácticas
Los bancos centrales no tienen mucho margen para actuar tras años de política monetaria ultraflexible
La lucha económica contra la epidemia del coronavirus depende de medidas prácticas. Los mercados bursátiles se recuperaron brevemente el lunes por la mañana después de que la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Japón indicasen que adoptarán una política monetaria más flexible en respuesta a la enfermedad, que ya se ha cobrado la vida de unas 3.000 personas en todo el mundo. A los inversores les convendría analizar a Italia, el país europeo más afectado por el brote, que va a gastar 4.500 millones de euros para ayudar a su economía. Las exenciones tributarias y otras medidas de alivio diseñadas para mantener a flote a las empresas podrían ser fundamentales para garantizar una recuperación rápida.
La crisis sanitaria que estalló en la ciudad china de Wuhan podría provocar la peor recesión económica desde la crisis financiera mundial. La OCDE rebajó el lunes sus previsiones para el crecimiento mundial este año del 2,9% anterior al 2,4%. El club de los países ricos no descartaba una recesión en la eurozona o en Japón. Sin embargo, las autoridades monetarias no tienen mucho margen para responder. Gracias a los años de política monetaria ultraflexible, los balances de los bancos centrales han engordado y los tipos de interés registran unos mínimos históricos, o casi. Además, los costes de endeudamiento más bajos poco pueden hacer para estimular la demanda cuando empresas y turistas cancelan viajes y hay localidades que permanecen aisladas. Los Gobiernos necesitarán más medidas específicas para suavizar el impacto económico.
Por esa razón, el ministro de Economía italiano, Roberto Gualtieri, tiene intención de permitir que las empresas y las familias en las localidades más afectadas no tengan que pagar impuestos y algunas facturas. Las empresas cuyos ingresos se contraigan más de un 25% en el primer trimestre, en comparación con años anteriores, recibirán ventajas fiscales. El Estado también pagará los salarios de los trabajadores a los que haya que despedir temporalmente por una drástica caída de la demanda. La idea es garantizar que las empresas que en circunstancias normales son sólidas no quiebren debido a una crisis grave pero posiblemente temporal.
Si la crisis dura cuatro semanas, Italia perderá solamente alrededor del 0,2% de su PIB este año, según los analistas de Intesa Sanpaolo. Eso equivale más o menos al paquete de estímulos del Gobierno. Sin embargo, si el brote persiste, serán necesarias medidas más fuertes. Por ejemplo, los reguladores chinos han permitido que los bancos concedan préstamos más baratos a las pequeñas empresas, y las autoridades de Hong Kong han dado dinero a los residentes. El mensaje es claro: para luchar contra los efectos económicos del virus habrá que adoptar medidas precisas.
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