El virus de Wuhan lleva al Ibex a su peor semana desde noviembre
El Ibex se deja un 0,46% en la jornada y eleva al 1,23% el descenso semanal. Es la caída más pronunciada en cinco sesiones desde el pasado mes de noviembre .
El virus de tipo respiratorio detectado por primera vez en la ciudad china de Wuhan ha encendido las alarmas. El brote, que en la tarde del viernes ya había provocado 26 muertos y 830 afectados, ha llevado a China a restringir los viajes en todo el país y los transportes públicos en 13 de sus ciudades, dejando con ello a 41 millones de personas confinadas en ellas. La preocupación por la expansión de esta enfermedad se ha extendido a los mercados y pese a que en la sesión del viernes los avances volvieron a las Bolsas europeas gracias a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) descartó por el momento activar una alarma sanitaria global, esa subida solo sirvió para maquillar una semana de caídas generalizadas.
Las Bolsas asiáticas fueron las más castigadas. El Hang Seng, índice de la ciudad de Hong Kong, se ha dejado un 3,3% de su valor en las últimas cinco sesiones. En Europa, aunque haya sido menor, el impacto del coronavirus ha provocado que todas las grandes Bolsas del Viejo Continente a excepción de la alemana hayan terminado en pérdidas. En el caso del Ibex, los descensos fueron del 1,23% en la semana. Es la caída más pronunciada en cinco sesiones desde el pasado mes de noviembre y dejó al índice en los 9.562 puntos, cerca de entrar en pérdidas en lo que va de año.
Como es habitual en los momentos de inquietud, los sectores defensivos tuvieron un mejor desempeño que los cíclicos. En el caso del Ibex, Iberdrola fue la mejor cotizada de la semana al anotarse un 5,13%. La eléctrica ha arrebatado al Santander el segundo puesto por capitalización de mercado en el Ibex y además, ha rebasado al banco en peso sobre el índice. En el lado opuesto, Repsol, IAG y ACS fueron las peores de la semana.
El sector ganador en medio del temor al virus ha sido el farmacéutico. En la Bolsa de Shanghái destaca la subida semanal de Jiangsu Lihuan (un 46%), una farmacéutica que vende, entre otros fármacos, antihistamínicos. Este grupo de medicamentos sirve para combatir, entre otros síntomas, el goteo nasal, uno de los más comunes del coronavirus. La imagen se repite en otros valores del sector, como la farmacéutica Jiansgsu Wuzhong Industrial (avanza un 40% en solo cinco sesiones) o Shangdong Lukang Pharm, que subió un 10,05% solo el viernes y comercializa medicamentos contra las infecciones, al igual que Henan Thalop (un 20% en la semana). En el Hang Seng las mayores subidas de la semana fueron para Hengan International, un fabricante de productos de higiene personal y sanitarios.
Otras compañías chinas ajenas a ese sector han escapado de la quema. Un caso llamativo es el de China Wafer Level, una empresa de la industria de los sensores. Esta compañía ofrece soluciones para vigilancia, controles de seguridad e identificación biométrica (análisis de factores físicos en las personas). También superaron el comportamiento medio de la Bolsa china los fabricantes de mascarillas protectoras, como Tianjin Teda o Shanghai Dragon, que subieron con fuerza cuando las autoridades de Wuhan pidieron a la población que utilizase esa protección en los espacios públicos.
En el lado opuesto, las empresas que peor paradas han salido por el brote epidémico han sido aquellas relacionadas con los viajes y con las materias primas. En medio de una epidemia de estas características, el miedo de los ciudadanos provoca que los desplazamientos se reduzcan, así como la demanda.
De esta forma, el sector del viaje ha retrocedido en la semana un 2,51% en el Stoxx 600, con Carnival y Air France como las cotizadas más perjudicadas del índice sectorial al dejarse un 7,55% y el 9,62% respectivamente. En las materias primas, la bajada del conjunto de la industria ha sido del 3,25%, con mineras como Evraz y Antofagasta perdiendo el 9,46% y un 11,02% de su valor de mercado.
Pero pese a la influencia que ha tenido la epidemia de Wuhan, el peor sector de la semana en Europa ha sido el automovilístico. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a insistir en Davos en la posible imposición de aranceles del 25% a la importación de vehículos europeos si finalmente el país norteamericano y el Viejo Continente no llegan a un acuerdo comercial.
En medio de este tenso clima en el mercado, en las materias primas también se dejó sentir la mayor cautela. El petróleo, muy sensible a las expectativas de demanda y a China, se ha abaratado un 6,46% en la semana en el caso del Brent. Se trata de la caída más brusca desde diciembre de 2018. En cambio, el oro, valor refugio por excelencia, se ha encarecido un 2,19% en la semana hasta los 1.510,6 dólares por onza. El mayor repunte semanal desde agosto de 2019.
Los inversors huyen así del riesgo y ven en la propagación del coronavirus chino una amenaza para el crecimiento económico global, no solo del país asiático. “Ya hay analistas que han calculado que el impacto del virus en la economía china podría llegar a ser de 1 punto porcentual, aunque nosotros pensamos que todavía es demasiado pronto para aventurarse a determinar el mismo”, explica Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.
En la opinión de Yves Bonzon, jefe de inversión de Julius Baer, “un mercado con exceso de compra necesita un catalizador para corregir y restaurar su salud técnica a corto plazo”. “Después del shock que supuso el asesinato de un general iraní de alto rango, el virus de Wuhan ha frenado la recuperación del mercado en Hong Kong y en China”, comenta el experto. Con todo, Bonzon se muestra optimista: “creemos que la situación se estabilizará a medio plazo”, concluye.
La decisión de la OMS de no decretar alerta sanitaria internacional puede haber calmado los ánimos, aunque el mercado es especialmente sensible a eventos adversos en un momento de madurez del ciclo económico y después de diez años de Bolsa alcista. En todo caso, el mundo económico estará pendiente de la evolución del virus chino en los próximos días, cuando se producirán millones de desplazamientos por la celebración del Año Nuevo, principal periodo vacacional en el país. Además de las cuarentenas declaradas, las autoridades también han cancelado celebraciones en las grandes ciudades. La gestión de la crisis por las autoridades chinas será clave.